los gastos no médicos derivados de la dependencia son altos
El coste anual de la artrosis de rodilla y cadera es de 4.738 millones de euros
El coste medio anual en España de la artrosis de rodilla y cadera por
paciente asciende a 1.500 euros, según el estudio ArtRoCad sobre la
utilización de recursos sanitarios y la repercusión socioeconómica de
esta patología. Coordinado por Emilio García Criado, de Semergen, y
Enrique Batlle, de la Sociedad Española de Reumatología (SER), el
estudio muestra que el gasto total es de aproximadamente 4.738 millones
de euros al año, equivalente al 5 por ciento del PIB en 2007.
E. Crespo
| 27/02/2012 00:00
Los costes directos representan el 86 por ciento y los
indirectos, el 14 por ciento. Dentro de los directos, la mayor parte se
destina a los costes médicos (47 por ciento), sobre todo a las visitas
de los especialistas (22 por ciento) y a los ingresos hospitalarios (13
por ciento), ya que a las pruebas analíticas o de imagen sólo
corresponde el 7 por ciento y a los fármacos, el 5 por ciento. "Por cada
dos enfermos operados había un tercero en lista de espera para
artroplastia, tanto para rodilla como para cadera", apunta Battle.
Por las limitaciones
Uno de los aspectos que a Battle le llama la atención del estudio es que los costes no médicos son muy altos. "Son costes relacionados con las ayudas necesarias para realizar las tareas de casa, el trabajo, el autocuidado o los apoyos técnicos y el transporte. Es la consecuencia de la dependencia y las limitaciones causadas por esta patología".
Y es que se trata de una enfermedad con un gran impacto social. La mitad de los encuestados necesitaba algún tipo de ayuda para realizar las actividades cotidianas más básicas. Si se suman todas las horas necesarias para prestar estas ayudas, explica Batlle, resulta que el 24 por ciento precisa de ocho horas o más de ayuda a la semana, el 14 por ciento de 16 horas o más y el 8 por ciento de 24 horas o más.
Otro aspecto importante del estudio es que, aunque sólo un 10 por ciento de los encuestados permanecían laboralmente activos, una tercera parte estaba de baja laboral en el momento de la entrevista, la mayoría durante más de un mes y provocado por la artrosis.
En cuanto a las consultas, cada enfermo realiza una visita al mes a su médico de cabecera, la mitad de ellas debidas a las recetas. El 49 por ciento visita, además, a algún especialista en el mismo periodo, la mayor parte al traumatólogo, seguido del rehabilitador y por último al reumatólogo. También manifestaron haber realizado visitas a otros profesionales, principalmente a fisioterapeutas (el 83 por ciento) y a masajistas (10 por ciento).
Consumo de fármacos
Por otra parte, el 70 por ciento consume analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos, según Battle. Un 43 por ciento toma al mismo tiempo los dos fármacos, el 10 por ciento toma algún fármaco sintomático de acción lenta, el 5 por ciento de las artrosis de rodilla habían recibido ácido hialurónico intraarticular y algo más del 60 por ciento recibían algún fármaco gastroprotector.
Con estos datos que muestran el gran impacto económico de la artrosis, los recortes sanitarios podrían perjudicar a cualquier proceso crónico y por tanto también a la artrosis. "Quizá la accesibilidad al médico o la posibilidad de ayudas técnicas, entre ellas los bastones y los andadores, así como la reducción de las ayudas sociales de apoyo a los discapacitados en sus domicilios y traslados, sean las áreas que puedan verse a priori más afectadas", añade.
No obstante, Emilio García Criado resalta la necesidad de futuros estudios entre Semergen y la SER para actualizar las consecuencias de dicha patología.
Por las limitaciones
Uno de los aspectos que a Battle le llama la atención del estudio es que los costes no médicos son muy altos. "Son costes relacionados con las ayudas necesarias para realizar las tareas de casa, el trabajo, el autocuidado o los apoyos técnicos y el transporte. Es la consecuencia de la dependencia y las limitaciones causadas por esta patología".
Y es que se trata de una enfermedad con un gran impacto social. La mitad de los encuestados necesitaba algún tipo de ayuda para realizar las actividades cotidianas más básicas. Si se suman todas las horas necesarias para prestar estas ayudas, explica Batlle, resulta que el 24 por ciento precisa de ocho horas o más de ayuda a la semana, el 14 por ciento de 16 horas o más y el 8 por ciento de 24 horas o más.
Otro aspecto importante del estudio es que, aunque sólo un 10 por ciento de los encuestados permanecían laboralmente activos, una tercera parte estaba de baja laboral en el momento de la entrevista, la mayoría durante más de un mes y provocado por la artrosis.
En cuanto a las consultas, cada enfermo realiza una visita al mes a su médico de cabecera, la mitad de ellas debidas a las recetas. El 49 por ciento visita, además, a algún especialista en el mismo periodo, la mayor parte al traumatólogo, seguido del rehabilitador y por último al reumatólogo. También manifestaron haber realizado visitas a otros profesionales, principalmente a fisioterapeutas (el 83 por ciento) y a masajistas (10 por ciento).
Consumo de fármacos
Por otra parte, el 70 por ciento consume analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos, según Battle. Un 43 por ciento toma al mismo tiempo los dos fármacos, el 10 por ciento toma algún fármaco sintomático de acción lenta, el 5 por ciento de las artrosis de rodilla habían recibido ácido hialurónico intraarticular y algo más del 60 por ciento recibían algún fármaco gastroprotector.
Con estos datos que muestran el gran impacto económico de la artrosis, los recortes sanitarios podrían perjudicar a cualquier proceso crónico y por tanto también a la artrosis. "Quizá la accesibilidad al médico o la posibilidad de ayudas técnicas, entre ellas los bastones y los andadores, así como la reducción de las ayudas sociales de apoyo a los discapacitados en sus domicilios y traslados, sean las áreas que puedan verse a priori más afectadas", añade.
No obstante, Emilio García Criado resalta la necesidad de futuros estudios entre Semergen y la SER para actualizar las consecuencias de dicha patología.
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