CARDIOLOGÍA
La telemonitorización podría ahorrar hasta el 50% de las visitas al hospital
JANO.es · 27 Febrero 2012 13:38
El control remoto por internet eleva la seguridad de los
pacientes con desfibriladores y marcapasos y abarata costes sanitarios,
según la SEC.
En España hay 11.939 pacientes
que llevan un marcapasos implantado, en su mayor parte varones (el
58,4%) con una media de edad de 76,6 años, según el Registro Nacional de
Marcapasos; asimismo, y según datos del Registro Español de
Desfibrilador Implantable de 2010, del Grupo de Trabajo de Desfibrilador
Automático Implantable de la Sección de Electrofisiología y Arritmias
de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en 2010 se realizaron
4.627 implantes de desfibriladores en 143 hospitales, en el 65% de los
casos por prevención primaria y mayoritariamente en varones con una
media de edad de 65 años.
Por ahora, tal como asegura el Dr.
Antonio Hernández Madrid, coordinador del grupo de trabajo de
Resincronización Cardíaca de la SEC y cardiólogo de la Unidad de
Arritmias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, “el porcentaje de
centros que realizan un control remoto a pacientes con un
resincronizador es aún bajo, aunque reconocen que, si se hace de forma
adecuada, no solo disminuyen las visitas, sino que también sirve para
mejorar el pronóstico y el tratamiento de los pacientes o para saber
cuándo el dispositivo no está funcionado correctamente y detectarlo
pronto”.
La monitorización remota de los
desfibriladores implantables reduce a casi la mitad las visitas al
hospital y permite una detección más rápida de eventos cardiovasculares,
según recoge el estudio TRUST (Safely RedUceS RouTine Office Device
Flollow-Up), llevado a cabo por un grupo de investigadores del
Departamento de Medicina Cardiovascular de la Cleveland Clinic y
publicado en 2010 en Circulation: Arrhythmia and Electrophisiology.
La telemonitorización o monitorización
remota consiste en analizar completamente, a través de internet, tanto
el estado de un dispositivo -un desfibrilador o un marcapasos- como el
de los biomarcadores del paciente que lo lleva, que quedan registrados y
se analizan de forma remota.
Este sistema funciona con internet y
un módem que el paciente puede tener en su mesilla de noche y que se
conecta por telefonía móvil o por wifi, de forma que el dispositivo
implantado (desfibrilador o marcapasos), manda la información por
telefonía o wifi a internet.
“Se ha demostrado que esta herramienta
es fiable y segura. Hasta hace poco, estos dispositivos solo se podían
revisar en la consulta de forma presencial. Ahora, su uso rutinario va a
permitir detectar anomalías en la función de resincronización de los
marcapasos, cuando antes se hubiera tardado meses en diagnosticarlas”,
destaca Hernández Madrid.
“En general, las nuevas tecnologías
son útiles en pacientes con enfermedades cardiovasculares crónicas, como
la insuficiencia cardiaca, porque pueden detectar precozmente cambios o
alteraciones que no hayan sido diagnosticadas clínicamente y que
permitan mejorar el pronóstico y el tratamiento de la cardiopatía”,
explica la Dra. Isabel Díaz, vocal de la sección de Cardiología
Preventiva y Rehabilitación Cardiaca de la SEC y jefa del Servicio de
Cardiología del Hospital Universitario Infanta Elena.
Además, la teleasistencia puede
abaratar los costes de la atención a los pacientes con enfermedades
cardiovasculares. “En épocas de crisis, aunque requieren una inversión
mínima e inicial, a medio y largo plazo podría suponer una mejora para
el seguimiento y manejo de estos pacientes. Hay que tener en cuenta que
la teleasistencia descongestiona los servicios de cardiología de los
pacientes con patologías crónicas, muchos de los cuales viven en
residencias y deben acudir y volver del hospital en ambulancia. Por lo
tanto, descongestiona, facilita, abarata y es una garantía de seguridad
para los pacientes”, según la Dra. Díaz.
“El avance de las tecnologías nos
permite tener dispositivos médicos implantables con capacidad para
monitorizarlos, y así transmitir de forma inalámbrica datos a Internet.
De esta forma, el médico puede controlar la evolución crítica de los
pacientes sin necesidad de que tengan que hacer visitas frecuentes al
hospital, lo que puede reducir las tasas de ingresos hospitalarios y las
complicaciones. Por ello, en un futuro no muy lejano todos estos
dispositivos implantables estarán controlados a distancia y es posible
que disminuyan los problemas clínicos y los costes”, anticipa el Dr.
Hernández Madrid.
Correr con pulsímetros
Los pulsímetros sirven para
monitorizar la frecuencia cardiaca o ritmo al que late el corazón y son
útiles para moderar la intensidad del ejercicio físico que se realiza y
mantener los márgenes de seguridad para entrenar a frecuencias cardiacas
ni demasiado altas, lo que supondría un peligro para el corazón, ni
demasiado bajas, sino a una frecuencia cardiaca determinada, la que sea
más eficaz en cada caso. Esta frecuencia cardiaca idónea para el
entrenamiento varía en función de las características de cada persona
(edad, patología que padece) y si recibe fármacos o no.
Estos dispositivos se colocan en
distintas partes del cuerpo, como las muñecas o el tórax, y cada vez hay
más personas que se los ponen para correr. Recurrir a ellos “es
correcto siempre que el paciente haya aprendido a utilizarlos. Todos los
pacientes que han tenido una enfermedad cardiovascular y un evento
cardiaco como un infarto deberían acudir antes a un programa de
rehabilitación cardiaca, para aprender a adquirir hábitos
cardiosaludables, a comer bien, a relajarse, a realizar ejercicio en su
justa medida y a cómo entrenarse; si no se sabe cómo entrenar, se pueden
interpretar inadecuadamente los pulsímetros”, advierte la Dra. Díaz.
Aplicación para móviles
Los expertos también auguran que, en
el futuro, surgirán aplicaciones para móviles relacionadas con la salud
cardiovascular. A este respecto, ya empieza a haber algunos ejemplos en
el mercado, como una aplicación en la que solo poniendo el dedo en la
zona flash del teléfono permite medir el ritmo cardiaco.
“El teléfono móvil puede utilizarse
actualmente para conocer la frecuencia cardiaca, siendo esta una
información muy parecida a la que dan los pulsímetros. La información
debe ser interpretada correctamente según las características de cada
paciente, que no son generalizables”, puntualiza la Dra. Díaz.
Los videojuegos que tradicionalmente
se han asociado al sedentarismo, la tendencia a la obesidad y la mala
salud cardiovascular podrían ser útiles, en ciertos casos, cuando se
utilizan para realizar ejercicio físico, puesto que existen algunos
videojuegos para este fin.
Desde la FEC se advierte de que los
videojuegos no son malos utilizados en su justa medida, siempre que el
niño y el adolescente no sean sedentarios. Pueden facilitar la
realización de ejercicio y ayudar al movimiento de, por ejemplo,
personas mayores. En niños pueden constituir un juego divertido y ayudar
al desarrollo de la psicomotricidad, pero no deberían sustituir nunca
el ejercicio físico al aire libre, que aporta una serie de ventajas
incomparables.
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