PRÁCTICA AÚN MÁS IMPORTANTE EN TIEMPOS DE CRISIS
La participación de los profesionales debe empezar por registrar resultados
La Medicina está asistiendo a cambios
muy importantes que justifican que en los sistemas sanitarios, tanto
públicos como privados, se incorporen estrategias de gestión sanitaria
basadas en la evidencia, como ha quedado claro durante el I Curso de
Introducción a la MBE y a la Investigación en Rehabilitación (Evigra),
celebrado en Granada.
Laura Pérez Torres. Granada
| 27/02/2012 00:00
La aplicación de la evidencia a la práctica clínica,
es decir, la medicina basada en la evidencia (MBE) es un hecho que "debe
relacionarse directamente con el coste y con la efectividad". Así opina
José Expósito, oncólogo del Hospital Virgen de las Nieves, de Granada,
que cree que "para ello son fundamentales la participación de los
profesionales sanitarios y las comisiones clínicas".
Así, en todos los hospitales hay reuniones diarias de comisiones clínicas en torno a grupos de pacientes y a procesos concretos, incluso en torno a problemas de una dimensión más amplia como puede ser el uso de antibióticos, la mortalidad y la comisión de tumores. "Desaprovechar este instrumento de validación, de uso y de aplicación de las evidencias en nuestra práctica clínica sería un error. Cuando hablo de participación como instrumento útil no me refiero a una reunión de expertos únicamente, sino a una reunión de expertos que aplica un método de trabajo específico -que busca el acuerdo- e idóneo en cada comisión".
"Con nuestras actividades estamos generando ese poder de decisión en el centro de una encrucijada económica. Al final, la espiral de los costes de tratamiento hace imposible escapar a este dilema", ha explicado José Expósito, quien ha reseñado que "en la medida en que antes se incorporen a las prácticas clínicas este tipo de evaluaciones económicas estarán más cerca de hacer una atención más parecida a la que la sociedad reclama".
Eficiencia
La medicina basada en la evidencia entronca con la mejora de la eficiencia. "Antes se gestionaba medicina; ahora, gasto sanitario. El 40 por ciento de lo que se hace no está basado en la evidencia, lo que supone un mayor gasto. Así, países como Estados Unidos han potenciado una línea de financiación en estudios de efectividad comparada", comenta.
Otras líneas de trabajo tienen que ver con la toma de decisiones: "De la mayoría de las actividades que hacen los profesionales sanitarios no existen resultados claros como para sustentar las decisiones". Y existe la tendencia de aumentar el volumen y la intensidad prácticamente de todas las especialidades médicas. "Si antes en oncología se hacían dos pruebas diagnósticas ahora se realizan 5,7 pruebas de media. Por eso hay argumentos suficientes para buscar estrategias y métodos que mejoren el nivel científico y la eficiencia de nuestras decisiones".
Asimismo, si se conoce y define bien qué es beneficio -incluyendo efectos adversos- y se conoce el coste de una intervención, "la metodología de evaluación socioeconómica puede ayudar a tomar la decisión más interesante para un mayor número de pacientes", ha finalizado Expósito.
Así, en todos los hospitales hay reuniones diarias de comisiones clínicas en torno a grupos de pacientes y a procesos concretos, incluso en torno a problemas de una dimensión más amplia como puede ser el uso de antibióticos, la mortalidad y la comisión de tumores. "Desaprovechar este instrumento de validación, de uso y de aplicación de las evidencias en nuestra práctica clínica sería un error. Cuando hablo de participación como instrumento útil no me refiero a una reunión de expertos únicamente, sino a una reunión de expertos que aplica un método de trabajo específico -que busca el acuerdo- e idóneo en cada comisión".
- Con nuestras actividades en unidades clínicas estamos generando ese poder de decisión en el centro de una encrucijada económica
"Con nuestras actividades estamos generando ese poder de decisión en el centro de una encrucijada económica. Al final, la espiral de los costes de tratamiento hace imposible escapar a este dilema", ha explicado José Expósito, quien ha reseñado que "en la medida en que antes se incorporen a las prácticas clínicas este tipo de evaluaciones económicas estarán más cerca de hacer una atención más parecida a la que la sociedad reclama".
Eficiencia
La medicina basada en la evidencia entronca con la mejora de la eficiencia. "Antes se gestionaba medicina; ahora, gasto sanitario. El 40 por ciento de lo que se hace no está basado en la evidencia, lo que supone un mayor gasto. Así, países como Estados Unidos han potenciado una línea de financiación en estudios de efectividad comparada", comenta.
Otras líneas de trabajo tienen que ver con la toma de decisiones: "De la mayoría de las actividades que hacen los profesionales sanitarios no existen resultados claros como para sustentar las decisiones". Y existe la tendencia de aumentar el volumen y la intensidad prácticamente de todas las especialidades médicas. "Si antes en oncología se hacían dos pruebas diagnósticas ahora se realizan 5,7 pruebas de media. Por eso hay argumentos suficientes para buscar estrategias y métodos que mejoren el nivel científico y la eficiencia de nuestras decisiones".
Asimismo, si se conoce y define bien qué es beneficio -incluyendo efectos adversos- y se conoce el coste de una intervención, "la metodología de evaluación socioeconómica puede ayudar a tomar la decisión más interesante para un mayor número de pacientes", ha finalizado Expósito.
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