“La incidencia de la enfermedad cardiovascular no sólo no va a reducirse en un futuro próximo, sino que podría aumentar”
Febrero de 2012
- Paco Romero
El presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el Dr. Vicente Bertomeu, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO
A pesar de los progresos en prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, éstas siguen siendo la primera causa de muerte en nuestro país. ¿Dónde radica el déficit?
Esto se debe a varias razones. Probablemente, la principal es el escaso éxito de las medidas de prevención, tanto en la población general como en los pacientes ya diagnosticados y tratados por la enfermedad. Ni siquiera en este tipo de población, que debería estar muy sensibilizada, se consigue un control de alguno los factores de riesgo superior al 50 por ciento; y no llega ni a un 20 por ciento el porcentaje de pacientes que tienen bien controlados todos sus factores de riesgo. Este hecho tiene relación con la segunda razón que justifica la elevada mortalidad cardiovascular, como es el deficiente control de los procesos crónicos en nuestro sistema asistencial.
¿Y qué se puede hacer para mejorar aún más el avance registrado en este ámbito?
Por una parte, debemos mejorar la accesibilidad de los pacientes a los procedimientos terapéuticos como la angioplastia primaria, cuya implantación en nuestro país es muy variable y, en general, insuficiente; también habría que mejorar la gestión de los procesos crónicos (como la enfermedad coronaria crónica y la insuficiencia cardiaca) para evitar recidivas y reingresos); y, por otra parte, sería necesario mejorar la educación sanitaria de la población y, especialmente, la de los enfermos con patología cardiovascular ya establecida.
Comparativamente con otros países de nuestro entorno, ¿seguimos siendo un país privilegiado y, en cierta manera, cardioprotegido?
Las actuales cifras de incidencia y mortalidad de la enfermedad cardiovascular en España siguen siendo menores que las de los países nórdicos y anglosajones. Cada vez somos un país menos "cardioprotegido", ya que el estilo de vida va cambiando y los factores de riesgo cardiovascular están aumentando. El clima de los países mediterráneos en general condiciona sus hábitos alimentarios, siendo frecuente el consumo de antioxidantes, que han demostrado un efecto protector.
¿Tiene la impresión de que la población está, en cierta medida, perdiendo sensibilidad frente a las políticas de prevención de estas enfermedades?
Ciertamente, el desplazamiento de la población del medio rural al urbano, con las modificaciones del estilo de vida que ello implica, tiene un efecto negativo en este ámbito. Es evidente que se están modificando los hábitos alimentarios del conjunto de la población, especialmente en la infancia y en la juventud, lo cual va a tener importantes y negativas repercusiones cardiovasculares en el futuro. Asimismo, el conjunto de la población es cada vez más sedentaria. Todo ello hace suponer que la incidencia de la enfermedad cardiovascular no sólo no va a reducirse en un futuro próximo, sino que podría aumentar.
¿Cree que la actual coyuntura económica y los ajustes presupuestarios en Sanidad podrían tener algún impacto negativo en este campo?
Sin duda, hay un alto riesgo de que así ocurra, pero la responsabilidad del conjunto de profesionales, sociedades científicas y gestores sanitarios es que no afecte sino que mejore. No sólo desde la perspectiva de la salud de la población sino desde una perspectiva económica, se debe asumir que los procesos terapéuticos son cada vez más caros y, por lo tanto, si no se consigue reducir la incidencia de nuevos casos el coste sanitario será cada vez más inasumible.
Son muchos los factores de riesgo implicados en el desarrollo de ECV; de todos ellos, ¿cuáles resultan de especial incidencia y trascendencia en nuestro país?
La hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, el tabaquismo y la diabetes son los que tienen mayor trascendencia en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares, no sólo por su elevada prevalencia sino también por su deficiente control.
En cuanto a la hipertensión arterial, ¿considera que la prevención, detección y tratamiento de este problema de salud es manifiestamente mejorable?
En los últimos años ha mejorado sensiblemente tanto el diagnóstico de la hipertensión arterial como su control. En los últimos datos disponibles el grado de control llega a cifras del 50-55 por ciento, lo que implica una notable mejoría. Sin embargo, su prevención no mejora ya que ello está relacionado con la implementación de medidas higiénico-dietéticas, que son la gran asignatura pendiente.
La obesidad es otro de los problemas de salud crecientes en España. ¿Qué se debería hacer para reducir su impacto?
El impacto de la obesidad sólo se puede combatir con la educación sanitaria de la población, lo cual pasa por la formación de los educadores, de los niños y de las familias. Hay que: fomentar los hábitos dietéticos saludables y la práctica de ejercicio físico; regular la publicidad de la industria alimentaria y la composición de los alimentos elaborados o precocinados; así como facilitar la práctica de ejercicio físico para el conjunto de la población. Estas medidas deben reforzarse en los niños y jóvenes, ya que es el colectivo más vulnerable y, además, en el que pueden obtenerse mayores beneficios.
Después de más de un año de vigencia, ¿cómo valora el resultado de la aplicación de la Ley Antitabaco? ¿Cómo verían la posibilidad que se barajó en su momento de anular algunas prohibiciones contempladas en esta Ley o, en cambio, serían partidarios de ser aún más restrictivos?
Los datos disponibles indican que se ha producido un importante beneficio en términos clínicos gracias a la Ley Antitabaco, con reducciones significativas de mortalidad y de ingresos hospitalarios con únicamente un año de vigencia. No existe ninguna razón para anular alguna prohibición contemplada en la Ley Antitabaco y, si se hiciera, sería un grave error desde el punto de vista sanitario, social y político. Todas las medidas que se tomen para mejorar la salud de la población serán apoyadas e impulsadas desde la Sociedad Española de Cardiología.
Recientemente ha estrenado cargo al frente de la SEC. ¿Cuáles son sus principales líneas de actuación y objetivos?
En el momento actual se están produciendo importantes cambios en la política sanitaria y en su gestión, que van a afectar notablemente a todos los profesionales sanitarios. Por ello, es fundamental que las sociedades científicas influyan para que estos cambios no sean lesivos y contribuyan a mejorar la asistencia sanitaria, no sólo en aspectos asistenciales sino también en la docencia y la investigación. En otro orden de cosas, es importante renovar los modelos tradicionales de formación médica orientándolos hacia actividades online, no asistenciales, impulsar la investigación clínica y reforzar el liderazgo del cardiólogo en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, estableciendo alianzas con otras especialidades médicas como Radiología, Medicina Interna y Atención Primaria con carácter prioritario.
Desde la SEC, ¿qué iniciativas se están llevando a cabo para lograr minimizar el impacto de las enfermedades cardiovasculares en nuestro medio?
Hay diferentes iniciativas en este sentido, ya que minimizar el impacto de las enfermedades cardiovasculares es el principal objetivo de la SEC. Por ejemplo, el programa Stent for life trata de ampliar la disponibilidad de la angioplastia primaria para el conjunto de la población española con resultados satisfactorios. Por otra parte, se ha puesto en marcha un proyecto para conocer los recursos disponibles en el momento actual con la intención de proponer estrategias concretas de mejora por comunidades autónomas. Además, la Fundación Española del Corazón tiene como objetivo fundamental la educación sanitaria de la población.
No hay comentarios:
Publicar un comentario