SALUD | Un sucio negocio para hacer caja
El misterio de las cesáreas italianas
- Los carabinieri llevan a cabo inspecciones en clínicas y hospitales
- Aumentan las sospechas sobre el elevadísimo número de estas intervenciones
En la antigua Roma había una ley, la llamada 'lex caesarea', que establecía que cuando una mujer en avanzado estado de gestación se encontraba al borde de la muerte se le debía realizar una incisión en el útero por donde extraer el feto y tratar así de salvarle la vida. Dos mil años después, sin embargo, las cesáreas se han convertido en Italia en una triste y mecánica rutina. Y, según todos los indicios, en un sucio negocio.
Italia se encuentra a la cabeza de Europa en partos por cesárea: casi cuatro de cada diez mujeres que dan a luz (el 38,2%) lo hacen por ese método. Y eso que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cifra no debería de pasar de tres cesáreas por cada 20 partos.
Por no hablar de las demenciales cifras que se alcanzan en el sur del país, donde las cesáreas se han convertido en la norma. En Calabria, por ejemplo, las mujeres que dan a luz con la ayuda del bisturí superan a las que lo hacen sin ser rajadas: suman el 61,6%. Y Sicilia, con el 52,8%, no se queda muy a la zaga. En la región de Puglia los partos quirúrgicos también hacen estragos: representan el 46,7% del total. Aunque el récord absoluto se lo lleva la clínica privada Villa Serenae Nuova San Francesco, en la localidad pugliese de Foggia, donde el año pasado el 95,45% de los partos fueron mediante la consabida incisión. Y pensar que en 1980 los partos por cesáreas en Italia eran sólo el 11%...
A saber: por un parto normal y corriente, los hospitales públicos y las clínicas privadas concertadas reciben del Estado italiano un reembolso de entre 1.200 y 2.000 euros. Pero, por una cesárea, considerada una intervención quirúrgica, los centros se embolsan entre 1.600 y 2.700 euros, dependiendo de cada región. Lo que significa que es muchísimo más rentable, en términos económicos, andar seccionando matrices que dejar a la naturaleza que siga su curso.
"Los controles son para determinar la utilización no apropiada del recurso al parto cesáreo en los departamentos de ginecología de los hospitales públicos y las clínicas privadas subvencionadas", se lee en el comunicado emitido por el ministerio de Sanidad.
Pero, más allá de los motivos mercantilistas y espurios que parecen encontrarse detrás del elevadísimo número de partos quirúrgicos que se practican en Italia, el caso es que son muchas las mujeres en este país que piden a gritos la cesárea. En Italia el uso de la anestesia epidural está muy limitado y sólo se administra en el 16% de los hospitales, según sospechan muchos por las presiones del Vaticano, que sigue creyendo que las mujeres deben parir con dolor. El caso es que, ante la perspectiva de que el parto se convierta en un calvario, numerosas italianas prefieren la cesárea.
Italia se encuentra a la cabeza de Europa en partos por cesárea: casi cuatro de cada diez mujeres que dan a luz (el 38,2%) lo hacen por ese método. Y eso que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cifra no debería de pasar de tres cesáreas por cada 20 partos.
Por no hablar de las demenciales cifras que se alcanzan en el sur del país, donde las cesáreas se han convertido en la norma. En Calabria, por ejemplo, las mujeres que dan a luz con la ayuda del bisturí superan a las que lo hacen sin ser rajadas: suman el 61,6%. Y Sicilia, con el 52,8%, no se queda muy a la zaga. En la región de Puglia los partos quirúrgicos también hacen estragos: representan el 46,7% del total. Aunque el récord absoluto se lo lleva la clínica privada Villa Serenae Nuova San Francesco, en la localidad pugliese de Foggia, donde el año pasado el 95,45% de los partos fueron mediante la consabida incisión. Y pensar que en 1980 los partos por cesáreas en Italia eran sólo el 11%...
Motivos puramente económicos
Pero, ¿por qué diantres hay ahora tantas cesáreas en el país de la bota? ¿Es que las italianas han sufrido una mutación genética que las condena a tener alumbramientos complicados? Frío, frío. La sospecha del ministro de Sanidad, Renato Balduzzi, es que detrás de esa estratosférica tasa de cesáreas se ocultan motivos puramente económicos. Hasta el punto de que ha comenzado a enviar a los carabinieri a varias clínicas y hospitales del país para que confisquen las historias clínicas de las mujeres que han dado a luz en esos centros y determinar si realmente había motivos médicos que justificaran que se les rajara el abdomen. O si, como sospecha él, la causa de tantas cesáreas tiene que ver con el vil metal.A saber: por un parto normal y corriente, los hospitales públicos y las clínicas privadas concertadas reciben del Estado italiano un reembolso de entre 1.200 y 2.000 euros. Pero, por una cesárea, considerada una intervención quirúrgica, los centros se embolsan entre 1.600 y 2.700 euros, dependiendo de cada región. Lo que significa que es muchísimo más rentable, en términos económicos, andar seccionando matrices que dejar a la naturaleza que siga su curso.
Incautación de historiales
Los carabinieri del NAS, el comando encargado de la tutela de la Salud, se dejaron caer ayer lunes por varios hospitales y clínicas de la región de Puglia y se incautaron de numerosos historiales clínicos, ecografías, análisis... Y se espera que en breve hagan lo propio en los centros sanitarios de otras zonas del país."Los controles son para determinar la utilización no apropiada del recurso al parto cesáreo en los departamentos de ginecología de los hospitales públicos y las clínicas privadas subvencionadas", se lee en el comunicado emitido por el ministerio de Sanidad.
Pero, más allá de los motivos mercantilistas y espurios que parecen encontrarse detrás del elevadísimo número de partos quirúrgicos que se practican en Italia, el caso es que son muchas las mujeres en este país que piden a gritos la cesárea. En Italia el uso de la anestesia epidural está muy limitado y sólo se administra en el 16% de los hospitales, según sospechan muchos por las presiones del Vaticano, que sigue creyendo que las mujeres deben parir con dolor. El caso es que, ante la perspectiva de que el parto se convierta en un calvario, numerosas italianas prefieren la cesárea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario