Interlife ha salvado ya 62 vidas en Kenia gracias a la formación de nativos en técnicas de trasplante de riñón
Madrid (16/02/2012) - Silvia C. Carpallo
La iniciativa de los laboratorios Novartis, en colaboración con el Hospital Nacional de Kenia y con los profesionales médicos del Hospital Clínic y del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, han conseguido crear un centro de referencia en trasplante de riñón para luchar contra los problemas de insuficiencia renal en el África Subsahariana
Los médicos españoles demuestran una vez más su compromiso con la cooperación internacional, como se ha puesto de manifiesto en la presentación del libro "Interlife: Cooperación médica para dar vida a través del trasplante". Se trata de un texto que recoge la experiencia del programa Interlife, una iniciativa de Novartis, en la que a través de un partenariado público-privado entre el propio laboratorio y el Hospital Nacional de Kenia (KNH) se ha conseguido hacer de este un centro de excelencia de trasplante renal, mediante la formación y capacitación de profesionales sanitarios por parte de reconocidos expertos del Hospital Clínic de Barcelona o del Hospital Universitario de Marqués de Valdecilla de Santander, entre ellos Manuel Arias, presidente de la Sociedad Española de Trasplantes (SET) o Antonio Alcaraz, director del servicio de urología del Hospital Cliníc.
Asistía a la presentación el embajador de Kenia en España, Bramwell W. Kisuya, que afirmaba que antes de este proyecto, el coste de un trasplante de riñón suponía una media de 10.000 euros a la familia- la mayoría de estos trasplantes se realizaban en India- y actualmente "con el conocimiento y los especialistas de Interlife, se ha conseguido que el coste de la internveción disminuya", de hecho, hasta casi una cuarta parte, además de reducir también el tiempo de espera del paciente hasta la intervención. Todo ello supone también un avance para el país a nivel económico, ya que abre vías de negocio.
El objetivo, tal y como lo describía el propio autor del libro, el periodista Marcos González, es "ayudarles a aprender a pescar, no darles peces", y por ello, la estrategia pasa no por una ayuda temporal, sino por crear una situación sostenible en el tiempo, cuidando también de la evolución de los pacientes. Así, este centro de excelencia pasaría a convertirse en centro de referencia también para los países vecinos del África Subsahariana.
Una historia con protagonistas
En Kenia más de 6000 personas sufren de insuficiencia renal, y tras 3 o 5 años de diálisis sin posibilidad de trasplantar, gran parte de los pacientes moría sin superar la enfermedad, y habiendo pagado un alto coste que suponía la ruina de las familias. Esta era la situación que María Sotomayor, impulsora y responsable del proyecto Interlife en Novartis se encontró en el país, y por la cual lleva luchando desde el año 2009. Tras plantearse un objetivo, buscar y convencer a un equipo capacitado en el propio KNH y buscar profesionales europeos capaces de enseñarles las técnicas necesarias, hoy informaba orgullosa de que "ya son 62 personas las personas trasplantadas por un equipo keniata". El objetivo es mantener un ritmo de 25 trasplantes anuales.
De igual relevancia fue el equipo de médicos implicados en este proyecto, de entre los cuáles asistía al acto Conchita Monsalve, anestesióloga del Clínic. "Nos dimos cuenta de que aunque llevábamos veinte años trabajando juntos, estábamos aprendiendo a trabajar en equipo y a ver por los ojos del otro". La doctora no sólo aprendió a nivel profesional, de sus propios compañeros y de los médicos keniatas, sino que también de los pacientes, donde se daba la situación inversa a España, ya que "los donantes eran los hijos que les daban los riñones a sus padres".
Asistía a la presentación el embajador de Kenia en España, Bramwell W. Kisuya, que afirmaba que antes de este proyecto, el coste de un trasplante de riñón suponía una media de 10.000 euros a la familia- la mayoría de estos trasplantes se realizaban en India- y actualmente "con el conocimiento y los especialistas de Interlife, se ha conseguido que el coste de la internveción disminuya", de hecho, hasta casi una cuarta parte, además de reducir también el tiempo de espera del paciente hasta la intervención. Todo ello supone también un avance para el país a nivel económico, ya que abre vías de negocio.
El objetivo, tal y como lo describía el propio autor del libro, el periodista Marcos González, es "ayudarles a aprender a pescar, no darles peces", y por ello, la estrategia pasa no por una ayuda temporal, sino por crear una situación sostenible en el tiempo, cuidando también de la evolución de los pacientes. Así, este centro de excelencia pasaría a convertirse en centro de referencia también para los países vecinos del África Subsahariana.
Una historia con protagonistas
En Kenia más de 6000 personas sufren de insuficiencia renal, y tras 3 o 5 años de diálisis sin posibilidad de trasplantar, gran parte de los pacientes moría sin superar la enfermedad, y habiendo pagado un alto coste que suponía la ruina de las familias. Esta era la situación que María Sotomayor, impulsora y responsable del proyecto Interlife en Novartis se encontró en el país, y por la cual lleva luchando desde el año 2009. Tras plantearse un objetivo, buscar y convencer a un equipo capacitado en el propio KNH y buscar profesionales europeos capaces de enseñarles las técnicas necesarias, hoy informaba orgullosa de que "ya son 62 personas las personas trasplantadas por un equipo keniata". El objetivo es mantener un ritmo de 25 trasplantes anuales.
De igual relevancia fue el equipo de médicos implicados en este proyecto, de entre los cuáles asistía al acto Conchita Monsalve, anestesióloga del Clínic. "Nos dimos cuenta de que aunque llevábamos veinte años trabajando juntos, estábamos aprendiendo a trabajar en equipo y a ver por los ojos del otro". La doctora no sólo aprendió a nivel profesional, de sus propios compañeros y de los médicos keniatas, sino que también de los pacientes, donde se daba la situación inversa a España, ya que "los donantes eran los hijos que les daban los riñones a sus padres".
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