La Cirugía, una especialidad en continuo desarrollo profesional y clínico
Enero de 2012 - Nekane Lauzirika
Hoy, la Cirugía es una especialidad en continuo desarrollo que exige por parte de sus profesionales una constante actualización, tanto en procedimientos quirúrgicos como en conocimientos. En su ejercicio diario no es suficiente con adquirir destreza en las diferentes técnicas y saber en qué situaciones están indicadas, sino que el cirujano del siglo XXI debe conocer, además, las causas, síntomas y diagnósticos que acompañan a la enfermedad como parte de su tratamiento quirúrgico
La gran apuesta de la Cirugía hoy día es mejorar la seguridad de los pacientes y el mantenimiento de la competencia debida a lo largo de toda la vida profesional. El mejor camino para lograrlo es, sin duda, el desarrollo profesional continuo y la recertificación. En estos últimos aspectos cobran protagonismo las sociedades científicas. Ésta es la reflexión del doctor Ignacio Landa, vocal de Relaciones Institucionales de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), que aglutina a los facultativos de cirugía general y del aparato digestivo. Mientras la mayoría de especialidades denuncian el déficit de médicos que padecen, Cirugía General se mueve casi en el extremo contrario. Según los informes de la AEC son más que suficientes, ya que están por encima de las necesidades de países como el nuestro que se sitúan en torno al 7,1 por cien mil habitantes. En paralelo, la situación se agrava cuando se abre la puerta a cirujanos extracomunitarios, dispuestos a aceptar peores condiciones laborales.
Los cirujanos generales son especialistas que sin gozar de la popularidad mediática de otros especialistas son imprescindibles en los centros asistenciales. "Desafortunadamente es una especialidad que está perdiendo interés por parte de la sociedad; es muy poco lucida. El cirujano general trabaja mucho, hace guardias... por eso se está tendiendo a la especialidad. Buscan ganar más y disponer de mejor calidad de vida", reconoce el doctor Landa.
A pesar de ese descenso de "prestigio" por la especialidad, cada año siguen saliendo alrededor de 200 nuevos cirujanos, una cifra que para muchos profesionales resulta exagerada, ya que de seguir así el superávit puede desembocar "en paro o precariedad". "El problema es que no hay una planificación adecuada y las comunidades autónomas no quieren renunciar a sus plazas acreditadas. El programa formativo tendrá que cambiar con la troncalidad", subraya es experto.
Sin déficit de profesionales
En Cirugía General no hay problemas, añade Ricardo Lozano, presidente de la AEC, "aunque sí están surgiendo problemas en otras especialidades donde sí faltan cirujanos". Como catedrático de la Facultad de Medicina, este experto reconoce que los números clausus han mejorado mucho el nivel de los estudiantes de Medicina. "Las personas que entran en la facultad lo hacen con una notas altísimas. Eso indica lo vocacional de esta profesión. Y es para llegar a ser cirujano han tenido que pasar once años", añade.
En la misma línea que el vocal de relaciones institucionales de la AEC, este catedrático reconoce la dureza de la especialidad con un trabajo físico muchas veces extenuante; "se hacen muchas guardias y se pierden muchas noches. Hay programas de residencia en los que tienen que hacer 5 ó 6 días de guardia. Es una profesión que se tarda mucho en ejercer y la gratificación económica no es muy elevada", reconoce Lozano. Y es que la responsabilidad es fuerte. "Es duro el contacto con el enfermo y los familiares; hace falta mucha madurez humana para ejercerla. Enseñar a mis alumnos es un auténtico desafío porque están motivados y son del todo vocacionales", remata el catedrático con el conocimiento que le da el haber ejercido cuarenta años de profesor.
En cuanto a la formación, Ricardo Lozano es contundente "El programa formativo diseñado por la Comisión Nacional de Cirugía General y del Aparato Digestivo es bueno; y los MIR tras el periodo de residencia salen perfectamente formados; su preparación es muy completa. Y, además, las administraciones central y autonómicas, e instituciones como la Asociación Española de Cirujanos velan por la formación continuada de los profesionales durante toda su trayectoria.
Sin embargo, el cambio positivo que esperan desde la AEC es que se formalice cuanto antes el diseño definitivo de la formación troncal. "Cuando exista una troncalidad de Quirúrgica la preparación de los MIR será más intensa y la formación común para diferentes áreas permitirá a los facultativos cambiar fácilmente de especialidad si lo prefieren. La reforma mejorará sustancialmente el nivel formativo de todos los especialistas", explica Ignacio Landa.
Un cirujano general tiene carrera profesional si se pasa a la Administración, pero, ¿si continúa operando la tiene? "El problema radica en que hay 17 carreras distintas en el Estado. Todas las Comunidades Autónomas tienen una diferente. Esto es lo verdaderamente problemático. En Madrid, por ejemplo, se reconoce hasta el 4 nivel, pero se paga hasta el 3. Cada CC.AA. funciona de modo distinto. Esto es lo complejo", asegura Ignacio Landa. Sobre la carrera profesional, el catedrático de Medicina lo deja meridianamente claro. "Los cirujanos que permanecen durante muchos años en la Sanidad pública deberían ir recogiendo los incrementos de capacidad adquirida en la promoción a un puesto de responsabilidad y en el incremento salaria. Existe y está regulada en las Autonomías, pero en cada una de modo distinto", coincide en señalar.
En el Estado, la cirugía de urgencia está suficientemente cubierta por un sistema sanitario universal y eficiente, comparable con los mejores sistemas sanitarios del mundo según demuestran los indicadores clínicos. ¿Y las listas de espera son achacables a los cirujanos? "Ninguna, a los cirujanos nos gusta operar En un sistema universal como el nuestro que llega a todos los ciudadanos es imposible que no haya listas de espera. Lo importante es que no haya demoras en las cirugías oncológicas. En este sentido –asegura el cirujano Ignacio Landa- bueno sería que nuestros administradores pudieran enfrentarse a las listas de espera por prioridades".
Priorizar las listas de espera
De modo similar opina el profesor Lozano, "en las demoras, la cirugía general no suele ser el problemas; las largas listas se producen en otras especialidades. Además, en un sistema como el español siempre habrá que esperar, pero lo que hay que conseguir es que las demoras sean tiempos razonables".
La Cirugía Oncológica también forma parte de esta realidad, un paso decisivo teniendo en cuenta que el cáncer es una de las enfermedades de mayor relevancia en el mundo por su incidencia, prevalencia y mortalidad. Aún con todo ello, la Cirugía trabaja cada día para reducir las complicaciones de las técnicas quirúrgicas actuales, procurando siempre la mejor calidad en la asistencia a los pacientes. "La formación continuada del cirujano debe formar parte de su desarrollo profesional. Y es que si por algo sobresale la Cirugía como especialidad es por su carácter innovador y su apuesta por introducir nuevos procedimientos", explica el doctor Ricardo Lozano, presidente de la Asociación Española de Cirujanos (AEC).
En España, el 80 por ciento de las intervenciones quirúrgicas se realiza por laparoscopia, una técnica mucho menos invasiva que la cirugía tradicional, que se sirve de mínimas incisiones en el cuerpo del paciente para insertar el instrumental médico con el que se opera y que implica menos riesgos al enfermo.
Formación continua
En las últimas dos décadas, la cirugía mínimamente invasiva ha demostrado ser una técnica indispensable en el tratamiento quirúrgico con indudables ventajas frente a la cirugía convencional (o abierta), relegada a un segundo plano en algunas patologías como la extirpación de la vesícula biliar o el tratamiento del reflujo gastroesofágico. La intervención se lleva a cabo a través de pequeñas incisiones en el abdomen del paciente, controladas por sistemas de imagen miniaturizados de alta tecnología para reducir al mínimo el traumatismo quirúrgico. Pero además, por sus características menos agresivas como consecuencia del mantenimiento de la integridad de la pared abdominal, la cirugía de mínima invasión acorta el tiempo de estancia hospitalaria y ofrece un mayor confort postoperatorio.
"Este tipo de cirugía se basa en un soporte tecnológico más amplio y exigente que la cirugía convencional, lo que implica un nivel de capacitación elevado y de una habilidad técnica concreta", explica el doctor Ignacio Landa. Y es que entre el 10 y el 20 por ciento de las intervenciones quirúrgicas abdominales que se hacen actualmente en los centros de referencia en España se realizan a través del ombligo. "Prácticamente en toda la cirugía con carácter general se está utilizando la laparoscopia, salvo excepciones como el cáncer de mama, que no lo requiere, y alguna otra patología". La cirugía podría quedar relegada a ámbitos muy puntuales, como las hernias o los implantes, mientras que el resto de patologías podrían atacarse en exclusiva con fármacos.
"Las posibilidades de formación continuada son altas", remacha Ricardo Lozano, el presidente de AEC. "Todo es mejorable pero las sociedades científicas como la nuestra juegan un papel importantísimo para que nuestros cirujanos estén a la última. En España frente a otros países de nuestro entorno en desarrollo científico está bien preparada y se adapta a las nuevas necesidades; los médicos aquí son muy vocacionales".
En este sentido, la Asociación Española de Cirujanos cuenta con una amplia diversidad de cursos y programas formativos cuya finalidad es instruir y formar a estos profesionales en el manejo de las técnicas quirúrgicas. "En esta línea, el Manual de Cirugía -un libro de consulta para los cirujanos generales y del aparato digestivo- tiene mucho que aportar en cuanto a la educación médica de pregrado, postgrado y formación continuada del cirujano. Al mismo tiempo, la obra tiene como objetivo contribuir al desarrollo profesional continuo de los cirujanos y a la formación de los residentes de cirugía.
"La celeridad con la que suceden los avances científicos en esta especialidad nos obliga a estar constantemente revisando y actualizando conocimiento", apunta el doctor Landa, consciente de la excelente acogida que tienen entre los profesionales por su contenido científico". En este sentido –apunta el presidente de la AEC, el doctor Lozano- la Asociación está a disposición de los todos los cirujanos para ayudarles en el camino de la formación profesional, facilitando el intercambio de conocimientos, facilitando viajes de estudios, becas y otros medios y herramientas para estar al día. Esta es una de nuestras grandes preocupaciones", sentencia
La crisis acecha a la formación
La crisis económica sigue acechando a la Sanidad pública. Nada hace ser optimistas y los especialistas se muestran preocupados ante la posibilidad de que afecte a la formación de los médicos, tanto la de grado como la continuada.. "Los presupuestos en formación van a sufrir con la crisis. Estoy convencido de ello", reconoce Ignacio Landa. "Estamos preocupados". Los primeros síntomas se dejan notar. "Las empresas privadas que participan en la financiación de la formación continuada empiezan a enviar señales de que los fondos se restringirán en los próximos años", explica el portavoz de la Asociación Española de Cirujanos.
"En el caso de que la financiación privada disminuyera, la diferencia tendría que ser avalada por la Administración para que la calidad y cantidad de formación no se resienta", argumenta Landa, consciente de estar exponiendo más un deseo que una realidad. Porque sabe que "las arcas públicas tampoco estén para gastos adicionales", reconoce. ¿Qué alternativa nos queda? Deberemos ser imaginativos para hallar otros instrumentos que nos permitan a las asociaciones seguir colaborando con las casas comerciales". El portavoz de la AEC considera que a futuro la Sanidad pública tiene un reto magnífico por delante: mantener el nivel de cirugía actual. "La Medicina buena no es barata; la tecnología si queremos ser competitivos y ofrecer servicios de calidad es muy cara. La gran incógnita será cómo seguir ofreciendo tratamientos oncológicos muy onerosos para todo el mundo y gratuitos", concluye.
Los cirujanos generales son especialistas que sin gozar de la popularidad mediática de otros especialistas son imprescindibles en los centros asistenciales. "Desafortunadamente es una especialidad que está perdiendo interés por parte de la sociedad; es muy poco lucida. El cirujano general trabaja mucho, hace guardias... por eso se está tendiendo a la especialidad. Buscan ganar más y disponer de mejor calidad de vida", reconoce el doctor Landa.
A pesar de ese descenso de "prestigio" por la especialidad, cada año siguen saliendo alrededor de 200 nuevos cirujanos, una cifra que para muchos profesionales resulta exagerada, ya que de seguir así el superávit puede desembocar "en paro o precariedad". "El problema es que no hay una planificación adecuada y las comunidades autónomas no quieren renunciar a sus plazas acreditadas. El programa formativo tendrá que cambiar con la troncalidad", subraya es experto.
Sin déficit de profesionales
En Cirugía General no hay problemas, añade Ricardo Lozano, presidente de la AEC, "aunque sí están surgiendo problemas en otras especialidades donde sí faltan cirujanos". Como catedrático de la Facultad de Medicina, este experto reconoce que los números clausus han mejorado mucho el nivel de los estudiantes de Medicina. "Las personas que entran en la facultad lo hacen con una notas altísimas. Eso indica lo vocacional de esta profesión. Y es para llegar a ser cirujano han tenido que pasar once años", añade.
En la misma línea que el vocal de relaciones institucionales de la AEC, este catedrático reconoce la dureza de la especialidad con un trabajo físico muchas veces extenuante; "se hacen muchas guardias y se pierden muchas noches. Hay programas de residencia en los que tienen que hacer 5 ó 6 días de guardia. Es una profesión que se tarda mucho en ejercer y la gratificación económica no es muy elevada", reconoce Lozano. Y es que la responsabilidad es fuerte. "Es duro el contacto con el enfermo y los familiares; hace falta mucha madurez humana para ejercerla. Enseñar a mis alumnos es un auténtico desafío porque están motivados y son del todo vocacionales", remata el catedrático con el conocimiento que le da el haber ejercido cuarenta años de profesor.
En cuanto a la formación, Ricardo Lozano es contundente "El programa formativo diseñado por la Comisión Nacional de Cirugía General y del Aparato Digestivo es bueno; y los MIR tras el periodo de residencia salen perfectamente formados; su preparación es muy completa. Y, además, las administraciones central y autonómicas, e instituciones como la Asociación Española de Cirujanos velan por la formación continuada de los profesionales durante toda su trayectoria.
Sin embargo, el cambio positivo que esperan desde la AEC es que se formalice cuanto antes el diseño definitivo de la formación troncal. "Cuando exista una troncalidad de Quirúrgica la preparación de los MIR será más intensa y la formación común para diferentes áreas permitirá a los facultativos cambiar fácilmente de especialidad si lo prefieren. La reforma mejorará sustancialmente el nivel formativo de todos los especialistas", explica Ignacio Landa.
Un cirujano general tiene carrera profesional si se pasa a la Administración, pero, ¿si continúa operando la tiene? "El problema radica en que hay 17 carreras distintas en el Estado. Todas las Comunidades Autónomas tienen una diferente. Esto es lo verdaderamente problemático. En Madrid, por ejemplo, se reconoce hasta el 4 nivel, pero se paga hasta el 3. Cada CC.AA. funciona de modo distinto. Esto es lo complejo", asegura Ignacio Landa. Sobre la carrera profesional, el catedrático de Medicina lo deja meridianamente claro. "Los cirujanos que permanecen durante muchos años en la Sanidad pública deberían ir recogiendo los incrementos de capacidad adquirida en la promoción a un puesto de responsabilidad y en el incremento salaria. Existe y está regulada en las Autonomías, pero en cada una de modo distinto", coincide en señalar.
En el Estado, la cirugía de urgencia está suficientemente cubierta por un sistema sanitario universal y eficiente, comparable con los mejores sistemas sanitarios del mundo según demuestran los indicadores clínicos. ¿Y las listas de espera son achacables a los cirujanos? "Ninguna, a los cirujanos nos gusta operar En un sistema universal como el nuestro que llega a todos los ciudadanos es imposible que no haya listas de espera. Lo importante es que no haya demoras en las cirugías oncológicas. En este sentido –asegura el cirujano Ignacio Landa- bueno sería que nuestros administradores pudieran enfrentarse a las listas de espera por prioridades".
Priorizar las listas de espera
De modo similar opina el profesor Lozano, "en las demoras, la cirugía general no suele ser el problemas; las largas listas se producen en otras especialidades. Además, en un sistema como el español siempre habrá que esperar, pero lo que hay que conseguir es que las demoras sean tiempos razonables".
La Cirugía Oncológica también forma parte de esta realidad, un paso decisivo teniendo en cuenta que el cáncer es una de las enfermedades de mayor relevancia en el mundo por su incidencia, prevalencia y mortalidad. Aún con todo ello, la Cirugía trabaja cada día para reducir las complicaciones de las técnicas quirúrgicas actuales, procurando siempre la mejor calidad en la asistencia a los pacientes. "La formación continuada del cirujano debe formar parte de su desarrollo profesional. Y es que si por algo sobresale la Cirugía como especialidad es por su carácter innovador y su apuesta por introducir nuevos procedimientos", explica el doctor Ricardo Lozano, presidente de la Asociación Española de Cirujanos (AEC).
En España, el 80 por ciento de las intervenciones quirúrgicas se realiza por laparoscopia, una técnica mucho menos invasiva que la cirugía tradicional, que se sirve de mínimas incisiones en el cuerpo del paciente para insertar el instrumental médico con el que se opera y que implica menos riesgos al enfermo.
Formación continua
En las últimas dos décadas, la cirugía mínimamente invasiva ha demostrado ser una técnica indispensable en el tratamiento quirúrgico con indudables ventajas frente a la cirugía convencional (o abierta), relegada a un segundo plano en algunas patologías como la extirpación de la vesícula biliar o el tratamiento del reflujo gastroesofágico. La intervención se lleva a cabo a través de pequeñas incisiones en el abdomen del paciente, controladas por sistemas de imagen miniaturizados de alta tecnología para reducir al mínimo el traumatismo quirúrgico. Pero además, por sus características menos agresivas como consecuencia del mantenimiento de la integridad de la pared abdominal, la cirugía de mínima invasión acorta el tiempo de estancia hospitalaria y ofrece un mayor confort postoperatorio.
"Este tipo de cirugía se basa en un soporte tecnológico más amplio y exigente que la cirugía convencional, lo que implica un nivel de capacitación elevado y de una habilidad técnica concreta", explica el doctor Ignacio Landa. Y es que entre el 10 y el 20 por ciento de las intervenciones quirúrgicas abdominales que se hacen actualmente en los centros de referencia en España se realizan a través del ombligo. "Prácticamente en toda la cirugía con carácter general se está utilizando la laparoscopia, salvo excepciones como el cáncer de mama, que no lo requiere, y alguna otra patología". La cirugía podría quedar relegada a ámbitos muy puntuales, como las hernias o los implantes, mientras que el resto de patologías podrían atacarse en exclusiva con fármacos.
"Las posibilidades de formación continuada son altas", remacha Ricardo Lozano, el presidente de AEC. "Todo es mejorable pero las sociedades científicas como la nuestra juegan un papel importantísimo para que nuestros cirujanos estén a la última. En España frente a otros países de nuestro entorno en desarrollo científico está bien preparada y se adapta a las nuevas necesidades; los médicos aquí son muy vocacionales".
En este sentido, la Asociación Española de Cirujanos cuenta con una amplia diversidad de cursos y programas formativos cuya finalidad es instruir y formar a estos profesionales en el manejo de las técnicas quirúrgicas. "En esta línea, el Manual de Cirugía -un libro de consulta para los cirujanos generales y del aparato digestivo- tiene mucho que aportar en cuanto a la educación médica de pregrado, postgrado y formación continuada del cirujano. Al mismo tiempo, la obra tiene como objetivo contribuir al desarrollo profesional continuo de los cirujanos y a la formación de los residentes de cirugía.
"La celeridad con la que suceden los avances científicos en esta especialidad nos obliga a estar constantemente revisando y actualizando conocimiento", apunta el doctor Landa, consciente de la excelente acogida que tienen entre los profesionales por su contenido científico". En este sentido –apunta el presidente de la AEC, el doctor Lozano- la Asociación está a disposición de los todos los cirujanos para ayudarles en el camino de la formación profesional, facilitando el intercambio de conocimientos, facilitando viajes de estudios, becas y otros medios y herramientas para estar al día. Esta es una de nuestras grandes preocupaciones", sentencia
La crisis acecha a la formación
La crisis económica sigue acechando a la Sanidad pública. Nada hace ser optimistas y los especialistas se muestran preocupados ante la posibilidad de que afecte a la formación de los médicos, tanto la de grado como la continuada.. "Los presupuestos en formación van a sufrir con la crisis. Estoy convencido de ello", reconoce Ignacio Landa. "Estamos preocupados". Los primeros síntomas se dejan notar. "Las empresas privadas que participan en la financiación de la formación continuada empiezan a enviar señales de que los fondos se restringirán en los próximos años", explica el portavoz de la Asociación Española de Cirujanos.
"En el caso de que la financiación privada disminuyera, la diferencia tendría que ser avalada por la Administración para que la calidad y cantidad de formación no se resienta", argumenta Landa, consciente de estar exponiendo más un deseo que una realidad. Porque sabe que "las arcas públicas tampoco estén para gastos adicionales", reconoce. ¿Qué alternativa nos queda? Deberemos ser imaginativos para hallar otros instrumentos que nos permitan a las asociaciones seguir colaborando con las casas comerciales". El portavoz de la AEC considera que a futuro la Sanidad pública tiene un reto magnífico por delante: mantener el nivel de cirugía actual. "La Medicina buena no es barata; la tecnología si queremos ser competitivos y ofrecer servicios de calidad es muy cara. La gran incógnita será cómo seguir ofreciendo tratamientos oncológicos muy onerosos para todo el mundo y gratuitos", concluye.
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