La FASDP en Andalucía habla del “reto” de mantener la cartera de servicios del SAS y su calidad tras las elecciones
Sevilla (21/02/2012) - Redacción
La Asociación destaca entre los logros del sistema sanitario público andaluz las Unidades de Gestión Clínica y el control del gasto farmacéutico; y, entre los problemas a corregir, la sobrecarga de los salarios y las cargas de trabajo de los profesionales
El Sistema Sanitario Público Andaluz (SSPA) tiene el reto de mantener, después de las elecciones autonómicas que se celebrarán en marzo, su cartera de servicios y su nivel de calidad, a pesar de la menor cuantía de ingresos, estima la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Andalucía (integrada en la FADSP) en las propuestas que ha realizado para los programas electorales de los partidos políticos que concurren a las elecciones. La Asociación destaca entre los logros del sistema sanitario público andaluz las Unidades de Gestión Clínica, con la participación en la toma de decisiones de los profesionales, y el control del gasto farmacéutico; y, entre los problemas a corregir, derivados de los recortes, la sobrecarga de los salarios y las cargas de trabajo de los profesionales.
La FADSP señala que es "imprescindible recuperar ya la ética en las estrategias de los partidos políticos, en el sentido de que se comprometan a que las propuestas que se incluyen en los programas son las iniciativas que se van a desarrollar en la legislatura" y no otras, y destaca que la CCAA de Andalucía supo hacer frente mejor que otras a los procesos de privatización, que "han sido frenados aunque no revertidos", así como que "la respuesta a la crisis que se inicia en el año 2008 ha sido adecuada, puesto que ha supuesto mínimos recortes en las prestaciones".
"El SSPA estaba mejor preparado para hacer frente a la crisis, en comparación con otras CCAA, fundamentalmente por la trayectoria en la contención del Gasto Farmacéutico y en la Gestión Clínica, por la cual los profesionales han asumido responsabilidades de control del gasto desde hace muchos años", añade.
También valora la FADSP el que los recortes sanitarios no hayan sido tan severos en la comunidad andaluza, aunque muestra su temor a que "esta política de mínimos recortes sea sólo una estrategia electoralista y que, tras las mismas, la hipoteca que el déficit acumulado pueda suponer sobre el próximo gobierno andaluz, sea cual sea su color político, lleve a recortes más agresivos". La FDSP ve a Andalucía, en calidad de su sistema respecto al de otras comunidades "sólo en posiciones medias-altas, y lo que es más preocupante es que hace algunos años estaba mejor situada. Por ello, los recortes y la apuesta presupuestaria por los servicios públicos definirán la decisión política del nuevo gobierno".
Las Unidades Clínicas de Gestión
La FADSP incide en que la "apuesta por las Unidades de Gestión Clínica (UGC), con un desarrollo desigual en la atención hospitalaria, suponen una herramienta para la implementación de la cartera de servicios, con la toma de decisiones consensuadas, el fomento del trabajo en equipo, mayor transparencia con evaluaciones periódicas de resultados, definición de objetivos concretos a los que dirigir nuestros esfuerzos, y de forma global, ha mejorado la participación de los profesionales en la gestión clínica, la transmisión y la vinculación de las UGC a los objetivos compartidos en el SAS".
Aunque la Asociación también habla de "perversiones" que van en contra de las UGC: la excesiva burocratización; la obsesión perversa por alcanzar objetivos no suficientemente consensuados y legitimados; las acreditaciones como objetivo prioritario restando tiempo y esfuerzos a lapráctica clínica; la estrategia de Medicina defensiva, que se traduce en la práctica por la inhibición de las decisiones clínicas por razones de dudosa legalidad y, como consecuencia, aumento de las listas de espera, auténtica inequidad para la ciudadanía.
Para la FADSP, por otra parte, la carrera profesional de "café para todos" en lugar de una estrategia que persiga incentivar y premiar a los profesionales, la gestión por competencias, la acreditación y en general toda la política de calidad ha sido "un rotundo fracaso. La creación de la ACSA y el modelo derivado en el que el propio sistema se acredita a sí mismo, ha trasladado el clientelismo y la vacuidad a una estructura artificial de la que todos son conscientes cómplices de su inutilidad, cuando no de su perversión".
Por ello, recomienda que la acreditación profesional la realicen organismos autónomos e independientes, desvinculándose del carácter económico. "Hay que analizar la eficiencia que está aportando al SSPA determinadas iniciativas organizativas que han consumidos muchos recursos y nunca fueron evaluadas, los Procesos de Atención Integrada (PAIs), la gestión por competencias y los Planes Integrales".
Concretamente, explica la FADSP, las Fundaciones, el Hospital Costa del Sol y los Hospitales de Alta Resolución, EPES no han aportado el suficiente beneficio al SSPA, para que se justifique su existencia, como entidades públicas diferentes de la Agencia Administrativa del SAS.
Dedicación exclusiva, AP y sostenibilidad
La Asociación que lleva 30 años reclamando una aplicación estricta de la normativa sobre incompatibilidades. "También ha sido desaprovechada la oportunidad de exigir la dedicación exclusiva para los profesionales que se han incorporado a las UGCs", dice.
Por otra parte, censura, "la Atención Primaria se está deteriorando, está perdiendo su papel dinamizador de la asistencia sanitaria. La falta de una dimensión equilibrada de los cupos, la personalización de la asistenta de Enfermería y Medicina produce disfunciones en el desarrollo de los programas comunitarios o de salud.
La gestión de la demanda en términos de calidad no puede producir el acceso a la asistencia más allá de 24 horas. La AP, como puerta de entrada al sistema sanitario, debe tener un papel preponderante en la organización de la prestación del servicio público".
"Es verdad que el porcentaje de gasto en AP respecto al gasto sanitario público total en Andalucía, en torno al 18 por ciento, es mayor que el de otras comunidades, sin embargo está aún muy lejos del estándar del 25 por ciento que promulga la OMS. La obsesión de los directivos por la satisfacción de la demanda y la mínima demora está transfiriendo recursos y energías de la promoción de salud hacia la asistencia a la enfermedad", explica.
Tras calificar a la Salud Pública como la "cenicienta" del SSPA; la Asociación resume que éste es "perfectamente sostenible", y dice "sí a la mejora de la eficiencia" y "no a los recortes sanitarios" y al copago, mientras que denuncia que "la participación ciudadana en el SSPA sencillamente no existe" y la población siente "desafección hacia su sistema sanitario público.
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