La mala praxis con antibióticos provoca más de 25.000 muertes al año
Madrid (04-06/02/2012) - Redacción
Intensivistas europeos firman la "Declaración de Barcelona" para llamar la atención sobre el mal uso de estos medicamentos
Los intensivistas europeos estiman que si se hiciese un correcto uso de antibióticos se podrían salvar en torno a 25.000 vidas cada año en el continente. Esta es una de las conclusiones extraídas de la celebración del XVII Congreso "Las infecciones en los pacientes críticamente enfermos" (ICIP), celebrada en Barcelona. En el transcurso de la misma los diferentes organizaciones médicas como la Sociedad Española de Medicina Intensiva (SEMICYUC) han firmado la "Declaración de Barcelona" ante la necesidad concienciar sobre el mal uso de los antibióticos en Europa.
El Dr. Jean Carlet, ex presidente de los intensivistas franceses y coordinador de este trabajo, alerta sobre la resistencia que están experimentando ciertas bacterias como el carbapenems, una de las más comunes, que casi no quedan medicamentos útiles contra ellas. "Hay microorganismos resistentes a casi todos los antibióticos que requieren el uso de fármacos más potentes". El Dr. Antonio Artigas, presidente de la reunión, advierte que se está produciendo un retorno a la situación de hace 50 años en el que el que existen riesgos de brotes epidémicos grandes que den lugar a una pandemia real con bacterias multirresistentes dada la ausencia de agentes antibióticos efectivos para determinadas bacterias.
El CDC Europeo (ECDC) estima que en la mayoría de los países de la UE las personas usan demasiados antibióticos sin prescripción médica, en particular para el tratamiento de infecciones virales como faringitis, bronquitis, o colonización urinaria. Para el tratamiento de infecciones graves y por el bien de sus pacientes, los médicos utilizan antibióticos de amplio espectro empíricamente con el fin de evitar errores de tratamiento, pero rara vez se reevaluar esta terapia inicial.
El presidente de los intensivistas españoles, Jose Cuñat, apela a la responsabilidad. "Es hora de reaccionar vigorosamente con el fin de proteger y salvar a los antibióticos y tratar de romper esta espiral descendente de la resistencia". Para ello, "es necesaria una estrecha cooperación tanto de los profesionales de la salud como de los usuarios". Del mismo modo, el presidente de los intensivistas ha destacado la necesidad de generar información comprensible y convincente a los políticos y la sociedad en general para superar esta situación.
Esta declaración apunta que:
• Los antibióticos deben tener un estatuto especial con normas específicas y reglamentos.
• Que las pruebas de diagnóstico deben desarrollarse para ayudar a los médicos a saber cuándo tratar y enfocar la terapia antibacteriana sólo en las infecciones que así lo precisen.
• El programa de vacunación debe ser una absoluta prioridad.
• Se necesita un programa educacional serio, tanto para los profesionales de la salud como para los usuarios.
El Dr. Jean Carlet, ex presidente de los intensivistas franceses y coordinador de este trabajo, alerta sobre la resistencia que están experimentando ciertas bacterias como el carbapenems, una de las más comunes, que casi no quedan medicamentos útiles contra ellas. "Hay microorganismos resistentes a casi todos los antibióticos que requieren el uso de fármacos más potentes". El Dr. Antonio Artigas, presidente de la reunión, advierte que se está produciendo un retorno a la situación de hace 50 años en el que el que existen riesgos de brotes epidémicos grandes que den lugar a una pandemia real con bacterias multirresistentes dada la ausencia de agentes antibióticos efectivos para determinadas bacterias.
El CDC Europeo (ECDC) estima que en la mayoría de los países de la UE las personas usan demasiados antibióticos sin prescripción médica, en particular para el tratamiento de infecciones virales como faringitis, bronquitis, o colonización urinaria. Para el tratamiento de infecciones graves y por el bien de sus pacientes, los médicos utilizan antibióticos de amplio espectro empíricamente con el fin de evitar errores de tratamiento, pero rara vez se reevaluar esta terapia inicial.
El presidente de los intensivistas españoles, Jose Cuñat, apela a la responsabilidad. "Es hora de reaccionar vigorosamente con el fin de proteger y salvar a los antibióticos y tratar de romper esta espiral descendente de la resistencia". Para ello, "es necesaria una estrecha cooperación tanto de los profesionales de la salud como de los usuarios". Del mismo modo, el presidente de los intensivistas ha destacado la necesidad de generar información comprensible y convincente a los políticos y la sociedad en general para superar esta situación.
Esta declaración apunta que:
• Los antibióticos deben tener un estatuto especial con normas específicas y reglamentos.
• Que las pruebas de diagnóstico deben desarrollarse para ayudar a los médicos a saber cuándo tratar y enfocar la terapia antibacteriana sólo en las infecciones que así lo precisen.
• El programa de vacunación debe ser una absoluta prioridad.
• Se necesita un programa educacional serio, tanto para los profesionales de la salud como para los usuarios.
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