REDUCEN COSTES Y APORTAN MAYOR INFORMACIÓN SOBRE LA ENFERMEDAD
Proyectos que mejoran la eficiencia de los hospitales
Un sistema para prevenir el cáncer de cérvix, otro como solución para los quirófanos, marcadores óseos y una aplicación de ayuda a los sanitarios, son las nuevas herramientas que se han presentado, dentro del segundo forum Roche in Vitro, para mejorar la gestión económica.
Mauricio Sckrycky. Ester Crespo | 22/02/2012 00:00
Juan Miguel Guerrero, Laia Bernet, Manuel Ángel Rodríguez, Joaquín Martínez, director gerente de la Clínica la Luz, en Madrid, y moderador de la mesa, y José Ignacio Monreal. (Mauricio Skrycky)
El proyecto ha consistido en el análisis de cuál es el coste-efectividad de la incorporación del sistema Cobas 4800. "Se demostró que la inclusión del virus reduce el cáncer. Aunque aumentan los costes a corto plazo, esto se compensa con los ahorros en las intervenciones que ya no realizaremos", ha explicado Bernet, que plantea que tras estos buenos resultados podrían realizarse nuevos cribados.
- Los marcadores óseos en el tratamiento y monitorización de la osteoporosis presentan numerosas ventajas frente a la densitometría
Por su parte, Juan Miguel Guerrero, director de Laboratorios Clínicos del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, ha presentado el proyecto Cobas Move1LAB, una solución diagnóstica para los quirófanos, ya que el tiempo de respuesta del laboratorio de urgencias no es óptimo y las pruebas no son las adecuadas. Se trata de un sistema informático que se puede controlar desde el laboratorio central, por lo que éste "pasa de ser un soporte asistencial a formar parte del proceso asistencial".
El Move1LAB ha demostrado, según Guerrero, un mejor proceso de coagulación en el trasplante cardiaco y hepático. En el hospital Virgen del Rocío el trasplante hepático ha pasado de costar 1.400 euros en 2009 a unos 800 euros en la actualidad. En cuanto a la cirugía cardiaca programada, entre otros aspectos "ha habido una reducción de la transfusión de plasma y plaquetas". Además, este sistema puede ser una buena solución para los nichos de ineficiencia como son los centros de alta resolución y las ambulancias, añade Guerrero.
Marcadores óseos
En osteoporosis, el recurso para el diagnóstico que normalmente se emplea es la densitometría ósea. Sin embargo, se llega tarde al diagnóstico y es una prueba de accesibilidad baja, ha dicho José Ignacio Monreal, director del Laboratorio de Bioquímica Clínica de la Universidad de Navarra, en Pamplona.
Por ello, Monreal propone la implementación de marcadores óseos en el tratamiento y monitorización de esta patología. P1NP, Beta-Crosslaps y Osteocalcina han demostrado ser útiles para el diagnóstico de la enfermedad. "Las recomendaciones de investigación futura irán encaminadas a profundizar en el estudio de los marcadores".
Mediante ellos se han conseguido avances en osteoporosis como visualizar a los pacientes que iban a desarrollar la enfermedad y que no la presentaban antes del trasplante, algo que en principio no mostraba la densitometría, señala Monreal, que cree que aunque no se va a llegar a excluir la densitometría, la práctica sí la va a relevar a un segundo plano, porque "contar con información de seguimiento del tratamiento va a desplazar el modo de ver de la densitometría".
Guía electrónica
Por último, Manuel Ángel Rodríguez, director UGC Biotecnología del Complejo Hospitalario Torrecárdenas, en Almería, ha expuesto los resultados de la creación de la Guía Electrónica de Resistencias Bacterianas (GERB), una herramienta que permite en tiempo real ayudar a los sanitarios a elegir el antibiótico más adecuado en su entorno de trabajo.
Se actualiza de forma automática y puede llegar a tener un gran impacto en primaria, según Rodríguez, ya que al paciente le dará seguridad visualizar los gráficos que el especialista sigue para prescribirle un antibiótico.
Según los primeros resultados clínicos, la ganancia de aciertos fue un 31 por ciento mayor con la herramienta electrónica frente al criterio clínico, y mejoraba la media de estancia de los pacientes en la UCI. En cuanto al impacto económico, 61 pacientes evitaron de media 9 días de estancia, un ahorro de 658.800 euros para el hospital y una mejora en la calidad vida de la persona.
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