¿Pueden las TIC ayudarnos a cuidar nuestra salud? Las posibilidades de las nuevas tecnologías para la prevención de enfermedades
Enero de 2012 - Ana Belén Sánchez-Calzón, doctora en Sociología. Investigadora ITACA-Tecnologías para la Salud y el Bienestar; y Vicente Traver Salcedo, doctor ingeniero en Telecomunicaciones. Director ITACA-Tecnologías para la Salud y el Bienestar
La prevención en el campo de la salud implica una organización responsable y acciones conjuntas a cargo de individuos y sociedad para el desarrollo de un sistema de salud. Los sistemas de salud son eficaces si curan y, sobre todo, si previenen. Esto significa más eficacia principalmente desde el punto de vista psicológico, ya que la prevención promueve salud y mantiene saludable a las personas, y desde el plano social, en el sentido de una sociedad que avanza cuantitativa y cualitativamente en lo que a indicadores de salud se refiere. Trabajar para crear y mantener un medio ambiente de apoyo para que las personas tomen el mando y actúen de manera responsable supone el desarrollo de un conjunto integrado de servicios y dispositivos mediante los cuales la tarea de prevención es entregada al individuo. La finalidad del Proyecto PREVE es analizar y presentar los requisitos previos, la base de conocimientos, y los planes de acción para las direcciones en investigación de tecnologías de la información y las comunicaciones en la prevención de enfermedades y la preservación de la salud. El objetivo final es que las personas se conviertan en coproductores de su salud. Para lograrlo, el individuo debe asumir la responsabilidad de su salud, respaldada por el uso de sistemas personales de salud basados en tecnologías de la información y las comunicaciones. Para ello, se apuesta por la creación y mantenimiento de un conjunto integrado de dispositivos y servicios a disposición de los ciudadanos a fin de que puedan adoptar sus propias estrategias de actuación orientadas a la prevención y al cuidado de su salud
No hay duda de que la salud es un rasgo fundamental que nos permite vivir de forma satisfactoria todos los aspectos de nuestra existencia. La salud está conectada con nuestro estado físico y nuestra forma de ser, pensar y actuar, es decir, con la forma de vivir la vida. Cuidar el estado de salud y prevenir enfermedades implica llevar a cabo la actividad cotidiana de una forma saludable, mantener una alimentación equilibrada, controlar el peso, realizar ejercicio de manera regular (adaptado a las condiciones particulares de cada uno), controlar los niveles de tensión y estrés, descansar las horas necesarias, tomar únicamente aquellos medicamentos prescritos por profesionales médicos, y mantener estilos de vida saludables evitando hábitos perjudiciales como el tabaco y el alcohol.
Sin embargo, ser conscientes de todos estos factores no es suficiente para que las personas tomen la decisión de actuar de manera responsable y proactiva, comprometiéndose en la gestión y cuidado de su propia salud. El comportamiento humano viene condicionado por multitud de aspectos individuales y sociales. Las diferentes maneras en que nos desarrollamos, pensamos, sentimos, creemos, vivimos y nos comportamos, en términos de salud, dependen de la propia experiencia personal y de las circunstancias sociales, todo ello dentro de un contexto en el que también está presente un factor genético heredado. Cada uno de nosotros nacemos dentro de una familia social y cultural, una comunidad, una clase social, un idioma, una religión, etc., desarrollando a lo largo de nuestra vida multitud de relaciones sociales. Las características del entorno social envuelven a las personas e influyen en la manera en que aprendemos a pensar, sentir y comportarnos, incluidos los aspectos referidos a la prevención en salud.
El ciudadano como coproductor de salud
El objetivo principal del Proyecto PREVE (Prevention of Diseases), integrado en el VII Programa Marco de Investigación y Desarrollo de la Comisión Europea, es identificar y analizar las direcciones para la investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en el ámbito de la prevención de enfermedades y la preservación de la salud.
La prevención representa la decisión propia del individuo, pero supone un esfuerzo colectivo en el que la persona es co-creadora de su futuro junto con otras personas. Este hecho implica confianza y relaciones humanas adecuadas, a fin de que el individuo pueda convencerse de la posibilidad de vivir una vida mejor.
Se trata de que pueda participar en un cambio positivo y sostenible de su manera de vivir. En este punto, entran en juego las dimensiones metodológicas y tecnológicas de la prevención de salud, dimensiones que, a su vez, están subordinadas a las relaciones humanas entre todos los coproductores de bienestar y cuidado de la salud. La educación y la orientación personal, con el apoyo fundamental de las TIC, desempeñan un papel decisivo. Además, la acción conjunta de las diferentes instituciones políticas, económicas y sociales se hace necesaria para lograr una prevención óptima y un estilo de vida saludable.
Una apuesta por sistemas personales de salud basados en TIC
Las principales conclusiones alcanzadas en el Proyecto PREVE pueden resumirse en las siguientes líneas. En primer lugar, se acuerda crear un medio ambiente de apoyo para los comportamientos saludables donde, tanto los ciudadanos como las diferentes instituciones políticas, económicas y sociales (en los niveles local, regional, nacional y europeo) sean los agentes implicados. En segundo lugar, crear un ecosistema sostenible para la promoción de la salud de los usuarios, proveedores de servicios, coproductores, políticos y legisladores. Y por último, se plantea una utilización óptima de las TIC para conceptualizar, diseñar y construir Guías Personales de Salud y una plataforma PHS (Personal Health System), capaces de ayudar a concienciar y motivar al ciudadano de la necesidad de un cuidado apropiado de la salud, una autogestión responsable de su salud, así como organizar las interacciones entre los usuarios y los coproductores, además de ofrecer un apoyo personalizado para la modificación del comportamiento en los momentos requeridos.
¿Es eso posible? Se presenta un futuro posible donde las tecnologías están plenamente integradas en los procesos fisiológicos y psicosociales básicos de las personas; integradas en la estructura política, económica, socio-cultural y educativa; e integradas en los procesos de prevención primaria, el cuidado y promoción de la salud y el bienestar. El sistema de autogestión de salud planteado en el artículo viene conectado estrechamente con Internet del futuro e Internet de las cosas, y con el enorme potencial de las nuevas metodologías y capacidades en la creación, combinación y uso de contenidos digitales interactivos. La meta es avanzar significativamente en las aplicaciones prácticas de productos y servicios basados en Inteligencia Ambiental, en el uso de redes multimodales de sensores y dispositivos que generan espacios inteligentes, y que aportan herramientas a disposición de los creadores de contenidos y aplicaciones.
El Sistema Personal de Salud (PHS) propuesto consiste en un conjunto de sensores inteligentes que recogen información acerca de la persona, así como diferentes de tipos herramientas y dispositivos que permitirán acceder a los datos, consultar recomendaciones de salud y estilos de vida saludables, comunicarse y atender las indicaciones de los profesionales médicos etc. El planteamiento es el siguiente: sensores ubicados en el ambiente cotidiano de la persona se encargan de recoger, procesar, analizar y enviar al Sistema (PHS) datos correspondientes a mediciones fisiológicas y diferentes acciones realizadas por el individuo, con el fin de analizarlos y devolverlos al usuario en la forma de recomendaciones/indicaciones/prescripciones médicas y de salud. La herramienta principal es un dispositivo móvil que interactúa con los diferentes sensores, recibiendo, procesando y volcando toda la información en la base de datos correspondiente al historial clínico de la persona (EHR – Electronic Health Record).
Con el objetivo claro de trabajar en la motivación de las personas para mejorar su estilo de vida, el Registro Personal de Salud (PHR) planteado permitirá al individuo almacenar, administrar, integrar y compartir su información personal de salud procedente de distintas fuentes. El PHR contendrá un perfil de la persona y, además de registrar diferentes medidas como, por ejemplo, peso, altura, sexo, o edad, también recogerá datos clínicos (resultados de exámenes médicos, cirugías, etc.), así como el conjunto de condiciones y diagnósticos (enfermedades, alergias etc.). Por su parte, el GPS de Salud podrá interactuar con todos los sensores, recibiendo y procesando la diferente información, siendo el dispositivo móvil que lleve consigo la persona.
Cómo construir escenarios de uso para la prevención
PREVE plantea proporcionar una educación contextualizada, información y orientación a través de los canales apropiados, con el objetivo final de que los usuarios sean capaces de interiorizarlos, tomar conciencia, desarrollar una actitud responsable, mantener la motivación suficiente, y contar con los recursos necesarios para modificar su estilo de vida y mantener un comportamiento de salud adecuado. Se parte de la premisa fundamental de que cada ciudadano asuma la responsabilidad de su salud respaldada por un uso personalizado de las tecnologías, a través de sistemas personales de salud. Se trata de centrarnos en las formas y medios por medio de los cuales las personas pueden ser productoras de su salud, con el apoyo permanente de los profesionales médicos y sanitarios. El proceso viene guiado por un modelo de intervención preliminar que implica:
1. Eventos de activación que proporcionan la oportunidad para iniciar acciones de prevención.
2. Un perfil personal de usuario basado en etapas de vida, el comportamiento en salud, diversos factores de riesgo etc., apoyado en las teorías de las Ciencias del Comportamiento y en la evidencia de la eficacia de las intervenciones de salud, acogidas a los criterios vigentes de la investigación científica profesional.
3. Una estrategia de intervención personalizada que involucra a los individuos, guiándoles, capacitándoles y motivándoles en la gestión de su salud. Los distintos enfoques de intervención van dirigidos a modificar el comportamiento.
En cada una de las fases se ha llevado a cabo una extensa revisión bibliográfica, a cargo de un equipo de investigación internacional multidisciplinar. Las cuestiones tomadas en cuenta para la identificación de diferentes líneas de investigación con TIC han incluido:
• La prevalencia de las enfermedades prevenibles, identificando aquellos estilos de vida relacionados con las enfermedades más frecuentes.
• Las prácticas y/o actuaciones más recomendadas para su prevención. En este punto se ha tratado de aplicar las mejores estrategias de intervención para cambiar comportamientos perjudiciales en relación con la salud.
• La segmentación de usuario basada en: etapas de vida, preferencias, comportamiento y motivación, y factores de riesgo clínicos.
• Sistemas TIC usados en entornos no controlados. Se considera necesario crear un ecosistema sostenible de divulgación de salud pensando en la prevención de enfermedades.
• Validación. Se requiere una evaluación y control de los progresos hacia los objetivos marcados, ajustando, cuando sea necesario, el perfil personal, los objetivos e intervenciones a las necesidades cambiantes de la persona o los cambios en su entorno.
• Modelos de negocio viables y sostenibles, involucrando a todos los interesados y coproductores, ofreciéndoles incentivos para trabajar juntos y apoyar las opciones saludables en su vida diaria.
De la importancia de las actitudes y la motivación en la modificación del comportamiento
Mantener actitudes positivas y responsables y un estilo de vida saludable es condición esencial en la prevención de enfermedades. Sin embargo, las personas necesitan la motivación y el apoyo suficiente para llegar a cambios de comportamiento relacionados con la salud. Tratar de modificar las actitudes de alguien es una tarea compleja porque las personas, la mayoría de las veces, no somos conscientes de que no modificar nuestras actitudes puede resultar perjudicial para nosotros. Tratamos de modificar una actitud dañina en otro cuando esa persona no advierte el perjuicio o, dándose cuenta, es reticente a hacerlo debido a inhibiciones, miedos o hábitos adquiridos.
En la mayoría de los casos se produce una gran resistencia al cambio. La mayoría de nosotros mostramos recelo en aceptar modificar nuestros hábitos, creencias y actitudes, negándonos a ver los beneficios del cambio propuesto, e incluso reaccionando negativamente ante cualquier argumento disuasorio. Es común encontrar casos en los cuales esfuerzos directos de persuasión hacia una persona con el objeto de que modifique su actitud provoca un clima de conflicto, particularmente en el caso de familiares, amigos y compañeros de trabajo. Y este es un problema corriente con el que topan las Ciencias del Comportamiento y en general las Ciencias Sociales, ocupadas en estudiar cómo son los individuos y cómo interactúan unos con otros.
Partiendo del hecho de que las actitudes determinan el comportamiento, podemos afirmar que, aprender acerca de los factores que influyen en la aparición de determinadas actitudes, puede ayudarnos a predecir el comportamiento en contextos variados. Entendemos las actitudes como aquellas evaluaciones estables sobre diferentes aspectos del mundo social; evaluaciones que son almacenadas en la memoria. Las actitudes a menudo operan como esquemas cognitivos, los cuales organizan la información acerca de determinados conceptos, situaciones o eventos, influyendo en la manera en que procesamos la información recibida del medio ambiente (nuestro entorno social).
Las actitudes representan la asociación entre un objeto y una situación dada. Son disposiciones personales, normalmente basadas en la experiencia, que influyen en el comportamiento, es decir, predisponen hacia una determinada acción. Tienen tres componentes principales: un componente cognitivo, que viene a ser el conocimiento que tenemos de un objeto; un componente afectivo, que son los sentimientos que ese objeto nos provoca; y un componente comportamental, que son las intenciones de actuar hacia el objeto.
Las estrategias de modificación del comportamiento deben, o deberían, adaptarse a las características propias de cada individuo, a sus capacidades, necesidades y contexto en el que vive. El Sistema Personal de Salud (PHS) formulado en PREVE tiene el propósito de proveer un apoyo completo, integral y dinámico para lograr un comportamiento saludable, con la participación de diferentes coproductores de salud que interactúan a diario con el individuo.
En nuestra vida cotidiana, las personas nos enfrentamos continuamente con numerosas opciones que afectan a nuestra salud. En este sentido, diferentes coproductores de salud como son la familia, los iguales, el colegio, el centro de trabajo, los medios de comunicación, o los responsables políticos y sanitarios influyen en nuestras decisiones cotidianas. Es por ello que las personas contribuimos activamente en el cuidado de nuestra propia salud y bienestar, no siendo meros objetivos para tratamiento. En esto consiste el modelo del ciudadano como coproductor de salud. La creación de entornos de apoyo requiere de cambios importantes a nivel social, cambios que pueden alcanzarse a través de un conjunto integrado de estrategias de promoción de la salud.
Una modificación de comportamiento en salud efectiva requiere de una personalización completa. Los mecanismos de apoyo para la modificación de actitudes y el posterior comportamiento deben estar integrados en la vida cotidiana de la persona, y adaptarse a las necesidades, valores, creencias, características, intereses, y a los diferentes cambios de contextos y situaciones a lo largo de la vida. La personalización y adaptación de los métodos de intervención resultan beneficiosas, en tanto se adaptan a las características individuales de las personas (necesidades, intereses, capacidades etc.) y, por tanto, se dan mejores condiciones para alentar un cambio de actitudes y comportamiento.
Lograr una representación dinámica de las características biológicas, psicológicas y sociales de la persona permitiría obtener un conocimiento profundo de las necesidades particulares y el entorno del individuo. Por medio de este conocimiento, el individuo podría disponer de un apoyo totalmente personalizado y adaptado para el cambio de comportamiento en salud.
Se han revisado diferentes modelos teórico-metodológicos que estudian el comportamiento humano, con el fin de identificar los determinantes esenciales de la conducta, además de las intervenciones recomendadas para la modificación de la misma. Se trabajó en una combinación óptima de estrategias a aplicar para cada situación individual, estrategias de intervención que deberían adaptarse a los motivadores personales y los recursos. En el diseño de la intervención se tuvo en cuenta la necesidad de fomentar y apoyar el cambio de comportamiento a través de la elección de los métodos de intervención idóneos para influir en los determinantes del comportamiento. Entre los factores determinantes analizados, base fundamental del modelo de perfil de las personas, destacamos los siguientes:
• Los comportamientos actuales de salud y los factores de riesgo, los cuales determinan las necesidades de intervención y las metas de una persona.
• El grado de intención hacia conductas saludables. Es la disposición y la motivación para el cambio de comportamiento.
• Motivadores y valores personales. Las conductas saludables deben ser alineadas con los objetivos básicos e intereses de la persona
• Los recursos, habilidades y barreras. Estos incluyen los recursos internos, tales como la capacidad física y psicológica, y los recursos externos, como instalaciones, medios y servicios disponibles en el entorno de una persona, los recursos económicos y las limitaciones de tiempo.
Un futuro organizado entorno a las TIC
Las conclusiones del Proyecto PREVE quedaron recogidas en un 'Libro Blanco', el cual describe las principales direcciones de investigación sobre Tecnologías de la Información y las Comunicaciones para la prevención primaria. Teniendo presente la gran dificultad de analizar todas las enfermedades posibles, las condiciones, los riesgos y las conductas de salud, se tomó la decisión de representar el proceso de creación de perfiles y elegir las mejores estrategias de intervención mediante la creación de ejemplos de personas. Las personas ficticias creadas se ajustaban a diferentes tipos de comportamientos, metas y motivaciones. Un total de siete perfiles de persona fueron creados para ilustrar los conceptos de perfil personal y la lógica de la elección de la intervención. Se trataba de representar una variedad de personas de diferentes edades, culturas y condiciones de vida, con el fin de que el diseño de intervención elegido en cada caso cubriese las diferentes ramas del modelo de toma de decisiones. Cada persona tenía diferentes características, diferentes factores de riesgo y diferentes conductas de salud. En consecuencia, cada una requería de diferentes estrategias para trabajar la motivación y los comportamientos saludables.
Existen dos condiciones principales para la mejora del cuidado personal de la salud: La primera es capacitar a los ciudadanos, es decir, aportarles conocimientos a través de una educación contextualizada y un acceso adecuado a la información. La segunda condición es la comunicación óptima entre los profesionales de la salud y los ciudadanos. Esto puede lograrse a través de un sistema integrado de servicios de orientación al paciente. Las TIC juegan un papel fundamental en la creación de los ecosistemas de divulgación de la salud y, de esta forma, los sistemas de guía y orientación personales (el GPS de salud) podrían proporcionar un apoyo personalizado significativo, así como atender las necesidades de los coproductores de salud en su medio ambiente.
El planteamiento principal del PHS está plenamente conectado con Internet de las cosas. A diario multitud de objetos y dispositivos están interconectados, intercambiándose información sobre los cambios en el estado físico de las cosas, a través de sensores y otros dispositivos tecnológicos. En definitiva, se presenta un futuro cercano en el que los sensores están inmersos en el ambiente cotidiano de las personas, integrados de una manera natural no intrusiva; sensores que recogen y envían datos sobre la persona al sistema personal de salud con el fin de analizar y devolver la información al usuario en la forma de indicaciones, consejos, avisos y guías. Se trata de que toda la información recogida y reportada por el sistema pueda ser consultada por los usuarios en los diferentes dispositivos.
La prevención es un organizador imprescindible en el desarrollo de un sistema de salud. Los sistemas de salud son eficaces si curan, pero sobre todo si previenen, y esto se traduce en más eficacia en las acciones conjuntas de las instituciones de salud, las comunidades y las personas.
Sin embargo, ser conscientes de todos estos factores no es suficiente para que las personas tomen la decisión de actuar de manera responsable y proactiva, comprometiéndose en la gestión y cuidado de su propia salud. El comportamiento humano viene condicionado por multitud de aspectos individuales y sociales. Las diferentes maneras en que nos desarrollamos, pensamos, sentimos, creemos, vivimos y nos comportamos, en términos de salud, dependen de la propia experiencia personal y de las circunstancias sociales, todo ello dentro de un contexto en el que también está presente un factor genético heredado. Cada uno de nosotros nacemos dentro de una familia social y cultural, una comunidad, una clase social, un idioma, una religión, etc., desarrollando a lo largo de nuestra vida multitud de relaciones sociales. Las características del entorno social envuelven a las personas e influyen en la manera en que aprendemos a pensar, sentir y comportarnos, incluidos los aspectos referidos a la prevención en salud.
El ciudadano como coproductor de salud
El objetivo principal del Proyecto PREVE (Prevention of Diseases), integrado en el VII Programa Marco de Investigación y Desarrollo de la Comisión Europea, es identificar y analizar las direcciones para la investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en el ámbito de la prevención de enfermedades y la preservación de la salud.
La prevención representa la decisión propia del individuo, pero supone un esfuerzo colectivo en el que la persona es co-creadora de su futuro junto con otras personas. Este hecho implica confianza y relaciones humanas adecuadas, a fin de que el individuo pueda convencerse de la posibilidad de vivir una vida mejor.
Se trata de que pueda participar en un cambio positivo y sostenible de su manera de vivir. En este punto, entran en juego las dimensiones metodológicas y tecnológicas de la prevención de salud, dimensiones que, a su vez, están subordinadas a las relaciones humanas entre todos los coproductores de bienestar y cuidado de la salud. La educación y la orientación personal, con el apoyo fundamental de las TIC, desempeñan un papel decisivo. Además, la acción conjunta de las diferentes instituciones políticas, económicas y sociales se hace necesaria para lograr una prevención óptima y un estilo de vida saludable.
Una apuesta por sistemas personales de salud basados en TIC
Las principales conclusiones alcanzadas en el Proyecto PREVE pueden resumirse en las siguientes líneas. En primer lugar, se acuerda crear un medio ambiente de apoyo para los comportamientos saludables donde, tanto los ciudadanos como las diferentes instituciones políticas, económicas y sociales (en los niveles local, regional, nacional y europeo) sean los agentes implicados. En segundo lugar, crear un ecosistema sostenible para la promoción de la salud de los usuarios, proveedores de servicios, coproductores, políticos y legisladores. Y por último, se plantea una utilización óptima de las TIC para conceptualizar, diseñar y construir Guías Personales de Salud y una plataforma PHS (Personal Health System), capaces de ayudar a concienciar y motivar al ciudadano de la necesidad de un cuidado apropiado de la salud, una autogestión responsable de su salud, así como organizar las interacciones entre los usuarios y los coproductores, además de ofrecer un apoyo personalizado para la modificación del comportamiento en los momentos requeridos.
¿Es eso posible? Se presenta un futuro posible donde las tecnologías están plenamente integradas en los procesos fisiológicos y psicosociales básicos de las personas; integradas en la estructura política, económica, socio-cultural y educativa; e integradas en los procesos de prevención primaria, el cuidado y promoción de la salud y el bienestar. El sistema de autogestión de salud planteado en el artículo viene conectado estrechamente con Internet del futuro e Internet de las cosas, y con el enorme potencial de las nuevas metodologías y capacidades en la creación, combinación y uso de contenidos digitales interactivos. La meta es avanzar significativamente en las aplicaciones prácticas de productos y servicios basados en Inteligencia Ambiental, en el uso de redes multimodales de sensores y dispositivos que generan espacios inteligentes, y que aportan herramientas a disposición de los creadores de contenidos y aplicaciones.
El Sistema Personal de Salud (PHS) propuesto consiste en un conjunto de sensores inteligentes que recogen información acerca de la persona, así como diferentes de tipos herramientas y dispositivos que permitirán acceder a los datos, consultar recomendaciones de salud y estilos de vida saludables, comunicarse y atender las indicaciones de los profesionales médicos etc. El planteamiento es el siguiente: sensores ubicados en el ambiente cotidiano de la persona se encargan de recoger, procesar, analizar y enviar al Sistema (PHS) datos correspondientes a mediciones fisiológicas y diferentes acciones realizadas por el individuo, con el fin de analizarlos y devolverlos al usuario en la forma de recomendaciones/indicaciones/prescripciones médicas y de salud. La herramienta principal es un dispositivo móvil que interactúa con los diferentes sensores, recibiendo, procesando y volcando toda la información en la base de datos correspondiente al historial clínico de la persona (EHR – Electronic Health Record).
Con el objetivo claro de trabajar en la motivación de las personas para mejorar su estilo de vida, el Registro Personal de Salud (PHR) planteado permitirá al individuo almacenar, administrar, integrar y compartir su información personal de salud procedente de distintas fuentes. El PHR contendrá un perfil de la persona y, además de registrar diferentes medidas como, por ejemplo, peso, altura, sexo, o edad, también recogerá datos clínicos (resultados de exámenes médicos, cirugías, etc.), así como el conjunto de condiciones y diagnósticos (enfermedades, alergias etc.). Por su parte, el GPS de Salud podrá interactuar con todos los sensores, recibiendo y procesando la diferente información, siendo el dispositivo móvil que lleve consigo la persona.
Cómo construir escenarios de uso para la prevención
PREVE plantea proporcionar una educación contextualizada, información y orientación a través de los canales apropiados, con el objetivo final de que los usuarios sean capaces de interiorizarlos, tomar conciencia, desarrollar una actitud responsable, mantener la motivación suficiente, y contar con los recursos necesarios para modificar su estilo de vida y mantener un comportamiento de salud adecuado. Se parte de la premisa fundamental de que cada ciudadano asuma la responsabilidad de su salud respaldada por un uso personalizado de las tecnologías, a través de sistemas personales de salud. Se trata de centrarnos en las formas y medios por medio de los cuales las personas pueden ser productoras de su salud, con el apoyo permanente de los profesionales médicos y sanitarios. El proceso viene guiado por un modelo de intervención preliminar que implica:
1. Eventos de activación que proporcionan la oportunidad para iniciar acciones de prevención.
2. Un perfil personal de usuario basado en etapas de vida, el comportamiento en salud, diversos factores de riesgo etc., apoyado en las teorías de las Ciencias del Comportamiento y en la evidencia de la eficacia de las intervenciones de salud, acogidas a los criterios vigentes de la investigación científica profesional.
3. Una estrategia de intervención personalizada que involucra a los individuos, guiándoles, capacitándoles y motivándoles en la gestión de su salud. Los distintos enfoques de intervención van dirigidos a modificar el comportamiento.
En cada una de las fases se ha llevado a cabo una extensa revisión bibliográfica, a cargo de un equipo de investigación internacional multidisciplinar. Las cuestiones tomadas en cuenta para la identificación de diferentes líneas de investigación con TIC han incluido:
• La prevalencia de las enfermedades prevenibles, identificando aquellos estilos de vida relacionados con las enfermedades más frecuentes.
• Las prácticas y/o actuaciones más recomendadas para su prevención. En este punto se ha tratado de aplicar las mejores estrategias de intervención para cambiar comportamientos perjudiciales en relación con la salud.
• La segmentación de usuario basada en: etapas de vida, preferencias, comportamiento y motivación, y factores de riesgo clínicos.
• Sistemas TIC usados en entornos no controlados. Se considera necesario crear un ecosistema sostenible de divulgación de salud pensando en la prevención de enfermedades.
• Validación. Se requiere una evaluación y control de los progresos hacia los objetivos marcados, ajustando, cuando sea necesario, el perfil personal, los objetivos e intervenciones a las necesidades cambiantes de la persona o los cambios en su entorno.
• Modelos de negocio viables y sostenibles, involucrando a todos los interesados y coproductores, ofreciéndoles incentivos para trabajar juntos y apoyar las opciones saludables en su vida diaria.
De la importancia de las actitudes y la motivación en la modificación del comportamiento
Mantener actitudes positivas y responsables y un estilo de vida saludable es condición esencial en la prevención de enfermedades. Sin embargo, las personas necesitan la motivación y el apoyo suficiente para llegar a cambios de comportamiento relacionados con la salud. Tratar de modificar las actitudes de alguien es una tarea compleja porque las personas, la mayoría de las veces, no somos conscientes de que no modificar nuestras actitudes puede resultar perjudicial para nosotros. Tratamos de modificar una actitud dañina en otro cuando esa persona no advierte el perjuicio o, dándose cuenta, es reticente a hacerlo debido a inhibiciones, miedos o hábitos adquiridos.
En la mayoría de los casos se produce una gran resistencia al cambio. La mayoría de nosotros mostramos recelo en aceptar modificar nuestros hábitos, creencias y actitudes, negándonos a ver los beneficios del cambio propuesto, e incluso reaccionando negativamente ante cualquier argumento disuasorio. Es común encontrar casos en los cuales esfuerzos directos de persuasión hacia una persona con el objeto de que modifique su actitud provoca un clima de conflicto, particularmente en el caso de familiares, amigos y compañeros de trabajo. Y este es un problema corriente con el que topan las Ciencias del Comportamiento y en general las Ciencias Sociales, ocupadas en estudiar cómo son los individuos y cómo interactúan unos con otros.
Partiendo del hecho de que las actitudes determinan el comportamiento, podemos afirmar que, aprender acerca de los factores que influyen en la aparición de determinadas actitudes, puede ayudarnos a predecir el comportamiento en contextos variados. Entendemos las actitudes como aquellas evaluaciones estables sobre diferentes aspectos del mundo social; evaluaciones que son almacenadas en la memoria. Las actitudes a menudo operan como esquemas cognitivos, los cuales organizan la información acerca de determinados conceptos, situaciones o eventos, influyendo en la manera en que procesamos la información recibida del medio ambiente (nuestro entorno social).
Las actitudes representan la asociación entre un objeto y una situación dada. Son disposiciones personales, normalmente basadas en la experiencia, que influyen en el comportamiento, es decir, predisponen hacia una determinada acción. Tienen tres componentes principales: un componente cognitivo, que viene a ser el conocimiento que tenemos de un objeto; un componente afectivo, que son los sentimientos que ese objeto nos provoca; y un componente comportamental, que son las intenciones de actuar hacia el objeto.
Las estrategias de modificación del comportamiento deben, o deberían, adaptarse a las características propias de cada individuo, a sus capacidades, necesidades y contexto en el que vive. El Sistema Personal de Salud (PHS) formulado en PREVE tiene el propósito de proveer un apoyo completo, integral y dinámico para lograr un comportamiento saludable, con la participación de diferentes coproductores de salud que interactúan a diario con el individuo.
En nuestra vida cotidiana, las personas nos enfrentamos continuamente con numerosas opciones que afectan a nuestra salud. En este sentido, diferentes coproductores de salud como son la familia, los iguales, el colegio, el centro de trabajo, los medios de comunicación, o los responsables políticos y sanitarios influyen en nuestras decisiones cotidianas. Es por ello que las personas contribuimos activamente en el cuidado de nuestra propia salud y bienestar, no siendo meros objetivos para tratamiento. En esto consiste el modelo del ciudadano como coproductor de salud. La creación de entornos de apoyo requiere de cambios importantes a nivel social, cambios que pueden alcanzarse a través de un conjunto integrado de estrategias de promoción de la salud.
Una modificación de comportamiento en salud efectiva requiere de una personalización completa. Los mecanismos de apoyo para la modificación de actitudes y el posterior comportamiento deben estar integrados en la vida cotidiana de la persona, y adaptarse a las necesidades, valores, creencias, características, intereses, y a los diferentes cambios de contextos y situaciones a lo largo de la vida. La personalización y adaptación de los métodos de intervención resultan beneficiosas, en tanto se adaptan a las características individuales de las personas (necesidades, intereses, capacidades etc.) y, por tanto, se dan mejores condiciones para alentar un cambio de actitudes y comportamiento.
Lograr una representación dinámica de las características biológicas, psicológicas y sociales de la persona permitiría obtener un conocimiento profundo de las necesidades particulares y el entorno del individuo. Por medio de este conocimiento, el individuo podría disponer de un apoyo totalmente personalizado y adaptado para el cambio de comportamiento en salud.
Se han revisado diferentes modelos teórico-metodológicos que estudian el comportamiento humano, con el fin de identificar los determinantes esenciales de la conducta, además de las intervenciones recomendadas para la modificación de la misma. Se trabajó en una combinación óptima de estrategias a aplicar para cada situación individual, estrategias de intervención que deberían adaptarse a los motivadores personales y los recursos. En el diseño de la intervención se tuvo en cuenta la necesidad de fomentar y apoyar el cambio de comportamiento a través de la elección de los métodos de intervención idóneos para influir en los determinantes del comportamiento. Entre los factores determinantes analizados, base fundamental del modelo de perfil de las personas, destacamos los siguientes:
• Los comportamientos actuales de salud y los factores de riesgo, los cuales determinan las necesidades de intervención y las metas de una persona.
• El grado de intención hacia conductas saludables. Es la disposición y la motivación para el cambio de comportamiento.
• Motivadores y valores personales. Las conductas saludables deben ser alineadas con los objetivos básicos e intereses de la persona
• Los recursos, habilidades y barreras. Estos incluyen los recursos internos, tales como la capacidad física y psicológica, y los recursos externos, como instalaciones, medios y servicios disponibles en el entorno de una persona, los recursos económicos y las limitaciones de tiempo.
Un futuro organizado entorno a las TIC
Las conclusiones del Proyecto PREVE quedaron recogidas en un 'Libro Blanco', el cual describe las principales direcciones de investigación sobre Tecnologías de la Información y las Comunicaciones para la prevención primaria. Teniendo presente la gran dificultad de analizar todas las enfermedades posibles, las condiciones, los riesgos y las conductas de salud, se tomó la decisión de representar el proceso de creación de perfiles y elegir las mejores estrategias de intervención mediante la creación de ejemplos de personas. Las personas ficticias creadas se ajustaban a diferentes tipos de comportamientos, metas y motivaciones. Un total de siete perfiles de persona fueron creados para ilustrar los conceptos de perfil personal y la lógica de la elección de la intervención. Se trataba de representar una variedad de personas de diferentes edades, culturas y condiciones de vida, con el fin de que el diseño de intervención elegido en cada caso cubriese las diferentes ramas del modelo de toma de decisiones. Cada persona tenía diferentes características, diferentes factores de riesgo y diferentes conductas de salud. En consecuencia, cada una requería de diferentes estrategias para trabajar la motivación y los comportamientos saludables.
Existen dos condiciones principales para la mejora del cuidado personal de la salud: La primera es capacitar a los ciudadanos, es decir, aportarles conocimientos a través de una educación contextualizada y un acceso adecuado a la información. La segunda condición es la comunicación óptima entre los profesionales de la salud y los ciudadanos. Esto puede lograrse a través de un sistema integrado de servicios de orientación al paciente. Las TIC juegan un papel fundamental en la creación de los ecosistemas de divulgación de la salud y, de esta forma, los sistemas de guía y orientación personales (el GPS de salud) podrían proporcionar un apoyo personalizado significativo, así como atender las necesidades de los coproductores de salud en su medio ambiente.
El planteamiento principal del PHS está plenamente conectado con Internet de las cosas. A diario multitud de objetos y dispositivos están interconectados, intercambiándose información sobre los cambios en el estado físico de las cosas, a través de sensores y otros dispositivos tecnológicos. En definitiva, se presenta un futuro cercano en el que los sensores están inmersos en el ambiente cotidiano de las personas, integrados de una manera natural no intrusiva; sensores que recogen y envían datos sobre la persona al sistema personal de salud con el fin de analizar y devolver la información al usuario en la forma de indicaciones, consejos, avisos y guías. Se trata de que toda la información recogida y reportada por el sistema pueda ser consultada por los usuarios en los diferentes dispositivos.
La prevención es un organizador imprescindible en el desarrollo de un sistema de salud. Los sistemas de salud son eficaces si curan, pero sobre todo si previenen, y esto se traduce en más eficacia en las acciones conjuntas de las instituciones de salud, las comunidades y las personas.
El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ¿Pueden las TIC ayudarnos a cuidar nuestra salud? Las posibilidades de las nuevas tecnologías para la prevención de enfermedades
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