MOTIVOS Y MOTIVACIONES
Una ventanilla muy cara, o la parábola de por dónde se nos escapa el dinero
17/02/2012 12:18
Tengo una enfermera competente y con ganas de trabajar. Para optimizar su trabajo, decidimos que sería conveniente abrir una ventanilla en su consulta. Sí, una simple ventanilla. Como las paredes son de prefabricado, el trabajo es fácil. Unas 2 horas del carpintero del hospital, un poco de material y con 100 euros tema solucionado. Así es como se hacía antes.
Pero ahora, ¡ay, ahora! Primero tengo que hablar con mi Jefe Administrativo, lo cual significa 5 minutos para localizarle, y 10 minutos (suyos y míos) para explicarle el proyecto. Total 25 minutos. Le parece bien. Aleluya. Por tanto, empieza la siguiente fase: hablar con el jefe de Mantenimiento. De nuevo 5 minutos de localización y 10 de conversación para llegar a un acuerdo casi total. Sólo falta el consentimiento del responsable de infraestructuras del hospital, y ya llevamos 50 minutos invertidos.
Persisto y preparo el correo electrónico (5 minutos) para mi Jefe Administrativo, quien a su vez (5 minutos más) deberá enviar un correo al responsable de infraestructuras, quien a su vez deberá leerlo, pensarlo y responder (5 minutos).
Evidentemente su respuesta positiva será leída por los cuatro que están en copia, incluido el Jefe de Servicio, y por tanto se habrán gastado unos 10 minutos más. Total acumulado: 75 minutos, hora y cuarto. Si calculamos los costes de 'jefe' a 80 euros la hora, observamos que la participación de los 'jefes' en la autorización de la ventanilla habrá costado lo mismo que la ventanilla en sí misma. Ello en el mejor de los casos y suponiendo que no pidan informes detallados del proyecto (que los van a pedir, claro).
En estos tiempos de recortes, donde se nos pide sacrificios importantes y los políticos se llenan la boca diciendo que los recortes no afectan la calidad asistencial, a mí se me antoja que la parábola de la ventanilla tiene un mensaje muy claro: ¿Por dónde creen ustedes que hay que empezar a recortar? No les extrañe que algún 'jefe' decida que la mejor forma de ahorrar es prescindir del carpintero y de la ventanilla.
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