ENTREVISTA | Luiz Loures
'Dejar de invertir en VIH tendrá un alto precio social'
Una marcha en Washington durante el inicio de la conferencia.| Afp- El director ejecutivo de ONUSIDA reconoce que estamos ante una nueva era
- 'El fin de la epidemia no llegará sin los recursos necesarios'
- 'Si dejamos de invertir pagaremos más adelante un precio mucho más alto'
"De esta conferencia vamos a salir convencidos de que podemos detener la epidemia de sida". Luiz Loures, director ejecutivo de Onusida (la agencia de Naciones Unidas para la lucha contra el VIH), lleva en este organismo desde 1996 y en todo este tiempo ha podido asistir a varias conferencias internacionales como la que estos días se celebra en Washington.
Como él mismo señala a ELMUNDO.es desde la ciudad del Capitolio, ésta es sin embargo, la primera vez que flota en el aire cierto aire de optimismo a la hora de hablar del sida, de los logros conseguidos. "Tenemos la sensación de que empezamos una nueva era", explica. "Llevamos 30 años de epidemia y en todo es tiempo hemos aprendido mucho sobre el virus, sobre lo que tenemos que hacer, sabemos que es posible".
Luiz Loures, director ejecutivo de ONUSIDAPone como ejemplo la transmisión del virus de madre a hijo, prácticamente erradicada en los países ricos. "Sabemos que es posible, sabemos cómo lograrlo, ahora nos falta trasladarlos a los países africanos", resume. "Lo mismo ocurre con la infección por compartir jeringuillas. En España lograron eliminar prácticamente esta vía entre usuarios de drogas, pero en los países de Europa del Este sigue siendo un problema", admite.
Precisamente hablando de nuestro país reconoce la preocupación de su organismo por los recortes que se están produciendo como consecuencia de la crisis. "No es un problema exclusivo de España, pero estamos preocupados. No vamos a llegar al final de la epidemia sin los recursos", advierte Luiz Loures.
A su juicio, las autoridades deberían plantearse si quieren 'pagar' ahora o pagar más adelante mucho más como consecuencia de los efectos que puedan tener los recortes. "Hay que manejar la situación sin recortar los avances", señala, "porque el precio social por dejar de hacer inversiones en salud puede ser alto".
Cita incluso el ejemplo de la llamada 'primavera árabe' para referirse a las consecuencias que puede tener un retroceso a la atención a los pacientes con VIH. "Imagine que mañana les decimos a los ocho millones de personas en tratamiento antirretroviral que ya no hay más dinero, que no les vamos a dar los fármacos...", sugiere. "Estamos hablando de estabilidad social, de atender a la población en edad de trabajar, de proteger a los niños de la transmisión... Si no lo hacemos pagaremos un precio social".
Es evidente, admite, que en una situación de escasez de recursos habrá que aprender a ser eficientes y realizar sólo inversiones de impacto, aquellas que vayan a tener repercusiones directas en el control de la epidemia. "Pero por primera vez nos atrevemos a hablar del fin de la epidemia y no podemos comprometer ese objetivo por la falta de fondos", insiste.
Para ganar esa batalla, señala, como vienen haciéndolo estos días desde Washington todos los actores implicados, no bastará una sola herramienta, sino que será necesario combinar varias estrategias. "Los antirretrovirales para proteger a las personas sanas son un avance que hay que celebrar", señala sobre el fármaco Truvada (aprobado recientemente por la agencia del medicamento de EEUU); pero no el único. Y por si quedaban dudas recuerda que el preservativo sigue siendo la herramienta básica de prevención, "todo lo demás no viene a sustituirlo, sino a complementarlo. Sólo una adecuada prevención nos permitirá hablar del fin del VIH".
Como él mismo señala a ELMUNDO.es desde la ciudad del Capitolio, ésta es sin embargo, la primera vez que flota en el aire cierto aire de optimismo a la hora de hablar del sida, de los logros conseguidos. "Tenemos la sensación de que empezamos una nueva era", explica. "Llevamos 30 años de epidemia y en todo es tiempo hemos aprendido mucho sobre el virus, sobre lo que tenemos que hacer, sabemos que es posible".
Luiz Loures, director ejecutivo de ONUSIDAPrecisamente hablando de nuestro país reconoce la preocupación de su organismo por los recortes que se están produciendo como consecuencia de la crisis. "No es un problema exclusivo de España, pero estamos preocupados. No vamos a llegar al final de la epidemia sin los recursos", advierte Luiz Loures.
A su juicio, las autoridades deberían plantearse si quieren 'pagar' ahora o pagar más adelante mucho más como consecuencia de los efectos que puedan tener los recortes. "Hay que manejar la situación sin recortar los avances", señala, "porque el precio social por dejar de hacer inversiones en salud puede ser alto".
Cita incluso el ejemplo de la llamada 'primavera árabe' para referirse a las consecuencias que puede tener un retroceso a la atención a los pacientes con VIH. "Imagine que mañana les decimos a los ocho millones de personas en tratamiento antirretroviral que ya no hay más dinero, que no les vamos a dar los fármacos...", sugiere. "Estamos hablando de estabilidad social, de atender a la población en edad de trabajar, de proteger a los niños de la transmisión... Si no lo hacemos pagaremos un precio social".
Es evidente, admite, que en una situación de escasez de recursos habrá que aprender a ser eficientes y realizar sólo inversiones de impacto, aquellas que vayan a tener repercusiones directas en el control de la epidemia. "Pero por primera vez nos atrevemos a hablar del fin de la epidemia y no podemos comprometer ese objetivo por la falta de fondos", insiste.
Para ganar esa batalla, señala, como vienen haciéndolo estos días desde Washington todos los actores implicados, no bastará una sola herramienta, sino que será necesario combinar varias estrategias. "Los antirretrovirales para proteger a las personas sanas son un avance que hay que celebrar", señala sobre el fármaco Truvada (aprobado recientemente por la agencia del medicamento de EEUU); pero no el único. Y por si quedaban dudas recuerda que el preservativo sigue siendo la herramienta básica de prevención, "todo lo demás no viene a sustituirlo, sino a complementarlo. Sólo una adecuada prevención nos permitirá hablar del fin del VIH".
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