jueves, 10 de septiembre de 2009

Las nuevas reglas del Plan Profarma


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ESPAÑA
FOMENTO DE LA INDUSTRIA
Las nuevas reglas del Plan Profarma
La nueva edición del Plan Profarma, que regirá entre 2009 y 2012, ha decidido primar el compromiso de las compañías con la producción y el empleo en el país, así como la internacionalización de los laboratorios nacionales, muy por encima de los criterios de fomento de la investigación y desarrollo de medicamentos que primaban en este programa del Ministerio de Industria desde hace más de veinte años.


L.G.I. - Jueves, 10 de Septiembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

Hace más de 20 años que salió a la luz la primera convocatoria del Plan Profarma, un programa del Ministerio de Industria con el que se intentaba incentivar la investigación en la industria farmacéutica. El programa tenía mucho de carácter honorífico e institucional, al conceder a los laboratorios notas excelentes, muy buenas, buenas o aceptables en investigación, pero poco de incentivos reales a la I+D en el sector, ya que las citadas notas no repercutían en las cuentas de la industria.

En 2005 una tímida reforma permitió que los laboratorios sacaran partido al esfuerzo innovador. Las notas concedidas en función de su grado innovador servirían a partir de ese momento para que los laboratorios redujeran entre un 10 por ciento y un 25 por ciento los pagos que debían realizar al SNS en concepto de tasa sobre ventas, un gravamen que impuso la ex ministra de Sanidad Elena Salgado y que obligaba a los laboratorios a devolver a Sanidad hasta el dos por ciento de sus ventas trimestrales para financiar con ello la investigación y la cohesión del sistema sanitario.

El sistema de evaluación de los laboratorios en el Plan Profarma valoraba con distintas puntuaciones el gasto en I+D, el personal dedicado a investigación y las patentes concedidas, entre otras cuestiones.

Las fusiones entre multinacionales que han ido añadiendo a sus activos algún centro de I+D y la propia consolidación de la industria nacional en el país, han provocado que en los últimos años la clasificación de Plan Profarma se convirtiera en un estribillo que repetía año tras año los mismos nombres de compañías y en el que cabía casi todo el sector, alzándose con algún tipo de reconocimiento alrededor de 50 compañías cada año.

La calificación que reciben los laboratorios en el Plan sirve para disminuir parte de los impuestos que la industria paga al SNS para financiar la I+D
Industria se ha propuesto ahora dar un lavado de cara al Plan Profarma. La nueva convocatoria de este programa, que regirá para el periodo 2009-2012, ha dejado de hablar de "promoción de la investigación científica" y ahora lo hace de "fomento de la competitividad de la industria". El asunto no es baladí. Aunque las inversiones de los laboratorios en investigación y desarrollo seguirán puntuando para obtener buenas notas, Industria ha incluido, en plena crisis económica, nuevos criterios que aspiran a primar por encima de la investigación el compromiso de los laboratorios con la producción en el país y la creación de puestos de trabajo.

De hecho, si en las convocatorias anteriores del Plan Profarma se fijaba como objetivo para la industria multinacional la mejora de su capacidad de investigación e innovación, ahora se habla de "aumentar su compromiso en el desarrollo de la estructura industrial, ya que éste no se corresponde con el séptimo puesto del ránking mundial de ventas que ocupa el mercado español, aumentando su esfuerzo inversor tanto en producción como en I+D". El Ministerio de Industria ha jusificado estos cambios asegurando que "desde el Gobierno estamos convencidos de que se hace más I+D cuando hay más implicación industrial, y además se genera más empleo de calidad".

Los objetivos para los laboratorios nacionales también han cambiado. De ellos se solía aspirar a que mejoraran la selección de productos que investigaban y a que acortaran los tiempos de salida al mercado de sus productos. Ahora, Industria aspira a que los laboratorios nacionales "busquen mercados más amplios por medio de la internacionalización".

Lo cierto es que los objetivos planteados en el nuevo Profarma parecen el eco del pacto que ha empezado a esbozar Farmaindustria con el Gobierno, y del que de momento apenas se ha concretado más que la voluntad de fomentar el empleo, las exportaciones y la producción en el país durante los próximos tres años.

Compañías como BMS o AstraZeneca pueden verse perjudicadas por los cambios, mientras otras como Farmasierra o Juste podrían escalar puestos
Comoquiera que sea, la letra pequeña del Plan Profarma también ha cambiado. Realizar ensayos clínicos, por ejemplo, seguirá siendo un punto a favor para los laboratorios, pero los ensayos en fases tempranas se valorarán mejor que los de fase III. Por el contrario, investigar sobre enfermedades raras dejará de ser un punto a favor frente a investigaciones sobre cualquier otro tipo de patologías. Además se primará la ampliación o creación de plantas de producción no sólo de medicamentos sino también de materias primas.

Así, el nuevo Profarma parece que seguirá dejando fuera del ránking de honor a compañías como Abbott, Astellas o Amgen, que sólo cuentan con estructura comercial en el país. Los cambios podrían venir para firmas como BMS o AstraZeneca, que realizan investigación pero no cuentan con planta propia de producción y que por tanto serían excluidas del plan.

Por el contrario, otras firmas que realizan desarrollo de productos pero no investigación en el país, como Farmasierra, Juste, Normon o Cinfa podrían verse beneficiadas por los cambios, así como farmacéuticas como Pfizer cuya fusión con Wyeth le ha facilitado una fábrica en el país.

ASÍ ES LA INDUSTRIA

En la pasada edición del Plan Profarma figuran con la calificación de excelentes en innovación doce compañías: Uriach, Faes, Ferrer, GSK, Grifols, Lilly, Almirall, Esteve, Rovi, Novartis PharmaMar y Sanofi-Aventis. Trazar el retrato robot de la compañía innovadora con perfiles tan diferentes como el que pueden tener Faes y Novartis se antoja difícil. Sin embargo, las cifras medias para las cincuenta compañías que recibieron el pasado año algún título de honor dentro del Plan Profarma (desde excelentes en I+D hasta simplemente aceptables), sí puede dar idea del perfil de la industria asentada en España.

Se trata de firmas con casi 800 empleados, que dedican a I+D algo más del 11 por ciento de su plantilla, que facturan anualmente algo más de 300 millones de euros, que compran casi el doble de lo que exportan y que dedican a investigación y desarrollo más del 12 por ciento de todas sus inversiones.

En este retrato del laboratorio innovador pueden verse reflejadas alrededor de 50 compañías de las más de 200 empresas farmacéuticas que pueblan España. Algo más de la mitad de ellas son filiales de multinacionales y el resto son de capital nacional.

Entre las nacionales, el 13 por ciento se dedican a fabricación de materias primas, el 39 por ciento a producción de medicamentos y el resto a las dos actividades. Entre las multinacionales, el 7 por ciento no tienen planta de producción en el país, el 60 por ciento fabrican medicamentos y el resto produce tanto materias primas como fármacos listos para consumo.

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