lunes, 8 de diciembre de 2014

Salidas al reto de usar la genética en seguro de vida - DiarioMedico.com

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TEST GENÉTICOS EN PÓLIZAS DE VIDA

Salidas al reto de usar la genética en seguro de vida

Las compañías de seguros americanas no quieren renunciar a los beneficios económicos que pueden obtener. Expertos advierten del peligro de no ofrecer una información completa y adecuada
G.E. Madrid   |  08/12/2014 00:00
  

Robert Klitzman
Robert Klitzman, de la Universidad de Columbia. (DM)
En Estados Unidos, la Ley sobre Información Genética y No Discriminación prohíbe el uso de información genética en seguros de salud, pero no en los de vida. En Europa se excluye el aseguramiento, en principio. Pero lo cierto es que la pregunta sobre si las aseguradoras de vida pueden pedir a quien vaya a firmar una póliza que incluya en la documentación los test genético a los que se haya sometido sigue sin respuesta.
En Estados Unidos, básicamente ninguna compañía quiere renunciar a este derecho, pero tampoco ser la primera en exigirlo, afirman Robert Klitzman, director del Masters Bioethics Program del Centro Médico de la Universidad de Columbia, y sus colegas del mismo hospital Paul S. Appelbaum y Wendy K. Chung, en una análisis de la cuestión publicado por JAMA.
El dilema ha dejado de ser ciencia ficción por el abaratamiento de los test, que cada vez son más precisos para predecir el riesgo en algunas enfermedades. Algunos estudios han documentado que las personas con una variante genética asociada a un riesgo moderado de Alzheimer tienen 2,3 veces más probabilidades de contratar un seguro de dependencia o, al menos, de planear su suscripción. "También se sabe que a más de una persona con antecedentes familiares de patología inhabilitante intratable -como la enfermedad de Huntington- se le ha aconsejado someterse anónimamente a un test y, en caso de confirmarse el riesgo, suscribir pólizas de vida, incapacidad y dependencia", señalan los autores.
  • Los expertos apuestan por no utilizar información genética por debajo de cierta cobertura y recabar el test para patologías con un componente de alto riesgo
La extensión de este fenómeno supondría un uso de la información que rompería la buena fe que debe presidir las relaciones contractuales, y el efecto contrario a la discriminación que las leyes tratan de impedir cuando vetan el uso de información genética en seguros de salud.
Para evitar un debate perpetuo, Klitzman y sus colegas proponen la adopción de una de las tres soluciones posibles. La primera es prohibir por completo el uso de información genética por parte de las aseguradoras. "Sin embargo, si las personas que saben que tienen un mayor riesgo genético suscriben seguros de manera desproporcionada, el modelo de negocio básico se vería minado. Las aseguradoras probablemente reaccionarían compensando el riesgo con una subida general de las primas, que se volverían más uniformes. La viabilidad de este abordaje depende de si los consumidores están dispuestos a pagar primas más altas a cambio de restringir el acceso de las compañías a la información genética".
La segunda opción es permitir a las compañías que recaben información "exclusivamente sobre variantes genéticas bien caracterizadas, de alto riesgo y de elevada penetración. Además, a las personas que tomen medidas médicamente efectivas para reducir el riesgo se les reduciría la prima proporcionalmente. Se podría desarrollar una lista -reducida- de pruebas para enfermedades genéticas no prevenibles o no tratables. Este abordaje limitaría el número de personas a las que se negaría cobertura.
Combinar soluciones
Los autores apuntan una tercera vía. "La cobertura hasta cierta cantidad estaría disponible bajo el régimen tradicional para todo el mundo (por ejemplo, las cantidades típicas en seguros de vida que acompañan a una hipoteca); en coberturas más altas, las compañías estarían autorizadas a pedir información genética". Y hay una cuarta solución: permitir el acceso indiscriminado a la información genética, "pero esto excluiría por completo del mercado asegurador a ciertas personas".
Los autores apuestan por una combinación de la segunda y tercera solución, es decir, no utilizar información genética por debajo de cierta cobertura y, en caso de cantidades adicionales, que se pueda recabar el resultado de test para enfermedades con una componente genética bien caracterizada, de alto riesgo y de elevada penetración.

Y en otros países está así...

El uso de las pruebas genéticas también está regulado en otros países. En Europa, el Convenio de Bioética del Consejo de Europa dispone que los test genéticos sólo se pueden llevar a cabo con motivos de salud, lo que en principio excluye el aseguramiento. Esta decisión tiene su correspondencia normativa en la Ley de Investigación Biomédica española. En cambio, en el Reino Unido, las compañías se han dado una moratoria sobre la cuestión hasta 2017. En Francia y Alemania han sido las autoridades las que han impuesto una moratoria. En Australia y Canadá existe una moratoria parcial.

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