El nuevo juicio a Morín revisará el testimonio de los psiquiatras

La vista contra el ginecólogo por 89 abortos se repite como dictó el Tribunal Supremo, que ha pedido que se valore lo declarado en la fase de instrucción.

Soledad Valle. Madrid | soledad.valle@unidadeditorial.es | 01/02/2016 00:00

Los 89 abortos practicados en las clínicas de Barcelona del ginecólogo Carlos Morín durante 2007 vuelven a ser juzgados en un proceso que comenzó el pasado viernes, 29 de enero, y que está previsto que concluya a mediados de marzo, como informó diariomedico.com.

La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Barcelona será la encargada de dictar una nueva sentencia sobre los once imputados, el ginecólogo Morín y sus colaboradores, acusados de aborto ilegal, falsedad documental, asociación ilícita e intrusismo profesional.

Los procesados ya fueron absueltos por la misma sección de la Audiencia Provincial de Barcelona, aunque formada por otros magistrados, pero la sentencia fue anulada por la Sala Penal del Tribunal Supremo.

Recurrentes
El Alto Tribunal aceptó el recurso que el Ministerio Fiscal y la acusación particular, ejercida por las asociaciones E-Cristians, Alternativa Española y el Centro de Estudios Jurídicos Tomás Moro, contra la absolución de la Audiencia de Barcelona. Así, el Supremo resolvió la celebración de un nuevo juicio, porque el tribunal catalán había menoscabado el derecho de aportación probatoria de la Fiscalía y de las acusaciones particulares.

En definitiva, lo que se reprocha a la Audiencia es que dejara fuera del juicio los testimonios de los periodistas que habían grabado programas sobre las prácticas abortivas que se juzgaban y, sobre todo, que no tuvieran en consideración las declaraciones que los psiquiatras imputados realizaron ante el juez instructor sobre la elaboración de los informe psiquiátricos de las pacientes. Sobre esta última cuestión pivotó buena parte del juicio anterior y es muy probable que se convierta en el elemento fundamental del nuevo proceso, que comenzó el viernes.

Sin ver a la paciente
En las declaraciones que ahora sí deberán tener en cuenta los magistrados de la Audiencia de Barcelona, los psiquiatras imputados reconocen que realizaron informes sobre la salud mental de las mujeres que iban a abortar, después de que se les practicara la interrupción del embarazo e, incluso, "de manera muy puntual y excepcional" sin haber "visitado a la paciente".

Los mismos psiquiatras, ya en sede judicial, se negaron a responder a las preguntas que les hizo la fiscalía sobre esta cuestión. De esta manera, el informe psiquiátrico, debidamente conformado, se convirtió en un aval para la absolución judicial, pues, además, iba acompañado de la firma del consentimiento informado por parte de la paciente.

Los profesionales dejaban así acreditado que la interrupción de los embarazo en estados gestacionales avanzados (algunos se hicieron por encima de la semana 23), estaban amparados en el supuesto de trastorno psicológico, que recogía la ley de supuestos de 1985, vigente en el momento en que ocurrieron los hechos.

Esta línea argumental podría ser destruida por el nuevo tribunal al admitirse los testimonios que los psiquiatras realizaron en el momento de la instrucción del proceso y que ponen de manifiesto la mala praxis médica que se empleó en la elaboración de estos informes. Pues, ¿cómo se puede valorar la salud mental de una persona a la que no se ha visto? Esta mala praxis ya fue denunciada en sede judicial por el Colegio de Médicos de Barcelona en el primer juicio.

Según recoge el Tribunal Supremo en su sentencia, uno de los psiquiatras imputados declaró ante el juez de instrucción, y en presencia de su abogado, que "de manera muy puntual y excepcional puede darse el caso de que no haya visitado a la paciente y haya firmado el certificado psiquiátrico basándose en los antecedentes que constan en la historia clínica [...] son casos en los que a la paciente ya se le había practicado el aborto".

En defensa de la buena praxis

El Colegio de Médicos de Barcelona se personó como acusación contra Carlos Morín, su mujer y los psiquiatras, en el primer juicio que se celebró en la Audiencia Provincial de Barcelona. La corporación cuestionó la praxis médica llevada a cabo por los psiquiatras. Jaume Padrós, presidente del colegio catalán, declaró a DM el sentimiento "agridulce" que les produjo la absolución de Morín. El Colegio no recurrió el fallo, así que no está presente en el nuevo juicio.