INNOVACIÓN
Quien tiene un teléfono móvil, tiene un gestor de salud
La excelente aceptación de los smartphones favorece la investigación sobre su uso en el campo de la salud. Laboratorios en miniatura, secuenciación del genoma, detección precoz de enfermedades como el Parkinson y hasta estudios de evolución de epidemias son posibilidades que ofrecen los móviles.
Redacción | dmredaccion@diariomedico.com | 07/12/2017 00:00
Los 'wearables' y los teléfonos móviles tienen una buena acogida para monitorizar parámetros de salud. ()
Los móviles son, probablemente, el invento que más ha cambiado nuestro estilo de vida. Nos acompaña todo el día, incluso mientras dormimos y quedan pocas cosas de la vida cotidiana que no podamos hacer a través del terminal: una transferencia bancaria, concertar una visita médica o monitorizar determinados parámetros físicos y biológicos, entre decenas de usos. Y la tendencia va a más: sólo en España, el tráfico de datos de datos móviles se multiplicará por 7 entre los años 2015 y 2020, lo que supone un incremento interanual del 46 por ciento, según el Informe ditrendia: Mobile en España y en el mundo 2016. Tal es el impacto que Nuria Oliver, ingeniera de telecomunicaciones del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), afirma que "no se puede hablar del futuro de la salud sin hablar del futuro del móvil", y algunas de las tendencias tecnológicas que están transformando al móvil "tienen un fuerte impacto en la salud y el bienestar".
Así sucede con la realidad aumentada y la realidad virtual (que se utilizan cada vez en la práctica clínica), los wearables (dispositivos que se llevan puestos para medir diferentes señales fisiológicas), los chips subcutáneos implantables y las lentillas que miden la tensión ocular, y todos estos dispositivos tienen en común que envían los datos al teléfono móvil, si bien "la fragmentación de estos instrumentos es uno de los retos que se plantean y sólo será posible aprovechar su potencial concentrando toda la información", advierte. Además, "medirse es necesario pero no suficiente -añade- y el resultado de capturar todos esos datos conduce a acumular una ingente cantidad de los mismos que, si no se saben interpretar y extraer su valor, lo único que son es basura digital", añade. La solución la ofrecen las técnicas de inteligencia artificial, que "permiten procesar cantidades masivas de datos y encontrar patrones automáticamente".
Secuenciar un genoma humano a través del móvil será posible gracias a un dispositivo desarrollado por una start up de la Universidad de Oxford, pero "nuevamente, sin las técnicas de inteligencia artificial no podremos procesar la información obtenida ni encontrar automáticamente mutaciones que las correlacionen con ciertas enfermedades". v
Microscopio de smartphone
La cámara del móvil puede ayudar a detectar el riesgo de cáncer de páncreas a través del análisis del blanco de los ojos (mide la ictericia), una posibilidad que explora un proyecto de la Universidad de Washington. Y hasta los móviles desechados se pueden reconvertir en microscopios para países en desarrollo (cambiando la lente).
La extensa variedad de posibles aplicaciones médicas ligadas a los smartphone también incluye el análisis de la voz con fines biomédicos, como es el diagnóstico precoz de Parkinson, Alzheimer y otras enfermedades respiratorias. "Metidos en el terreno de los sentidos, hay grupos que trabajan en el desarrollo de herramientas que permitan enviar besos y abrazos a través del móvil, y que el receptor los sienta", comenta Nuria Oliver, que ha expuesto todas estas tendencias en el encuentro SaludOnMe, un foro de difusión de ideas sobre la transformación del mundo de la salud, en el que colabora Novartis.
Menos espectacular, pero de gran trascendencia, es el empleo de los móviles en salud pública, y su utilidad se comprobó "en los programas de intervenciones para controlar la pandemia de gripe A en México en 2009", apunta Oliver, debido a que "los móviles permiten caracterizar la movilidad de la enfermedad en una región y sabiendo el foco, se pueden elaborar modelos precisos de propagación".
Ahora bien, disponer de mucha información no es lo mismo que saber interpretarla. O lo que es igual, saber muchos parámetros biomédicos no convierte a esa persona en médico. El facultativo sí sabe el verdadero alcance de los datos, pero necesita formarse en las nuevas tecnologías para ejercer la profesión en este escenario 'superconectado'. La experta del MIT no duda de que "es fundamental ofrecer formación a los médicos en el contexto tecnológico y de tipo tecnológico o bien crear equipos multidisciplinares donde haya expertos en inteligencia artificial".
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