martes, 11 de mayo de 2010

Genoma España ofrece cinco claves para el buen bioemprendedor - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
Genoma España ofrece cinco claves para el buen bioemprendedor
¿Qué debe aportar un invetsigador que quiera participar en el nacimiento de una empresa biotecnológica? Genoma España responde a esta pregunta con cicno consejos básicos para todo bioemprendedor.


Redacción - Martes, 11 de Mayo de 2010 - Actualizado a las 11:07h.

llave conceptual:
1. Ningún negocio se crea de la noche a la mañana, y mucho menos el que está basado en un proceso de investigación. El ejemplo más claro es el ámbito farmacéutico, donde el periodo medio para sacar un producto al mercado oscila entre doce y quince años

Las ciencias de la vida están presentes en el mundo empresarial de manera constante, como demuestra el crecimiento experimentado por las empresas biotecnológicas españolas en el periodo 2000-2008 pasando de 80 a casi 300 empresas, lo que supone un crecimiento del 239 por ciento. “En el terreno empresarial, la biotecnología tiene la particularidad de que sus oportunidades de negocio crecen conjuntamente con los avances de la ciencia. Un descubrimiento, o un nuevo campo de investigación, pueden abrir el camino a nuevas aplicaciones empresariales casi de la noche a la mañana”, declara Rafael Camacho, Director General de la Fundación Genoma España. Este organismo ha elaborado una lista de cualidad que debe reunir un buen bioemprendedor:

Motivación e identificación. Las ganas y la energía son básicas para todo emprendedor que quiera iniciar un proyecto empresarial en el ámbito de la biotecnología. Debe creer firmemente en él, para así poder transmitir esa confianza, cautivar y convencer a posibles colaboradores, clientes e inversores.

Formación multidisciplinar. El cuadro directivo de las nuevas empresas debe alinear la formación científica con la empresarial. En España, la primera está, por lo general, mucho más presente que la segunda. “El germen de estas empresas suele estar en investigadores capaces de hacer madurar sus ideas en planes de negocio lo bastante sólidos como para servir de base a la nueva firma”, declara Camacho. Para su desarrollo, no sólo el conocimiento científico es suficiente: “Es necesaria una dirección mixta que cuente con la experiencia en gestión, que se ocupe del día a día de la empresa, y que sepa contextualizar los hitos técnicos dentro del presupuesto”. Es fundamental que el emprendedor sepa reconocer los límites de su conocimiento y competencias y rodearse de las personas que puedan suplir estas limitaciones.

Paciencia y constancia. Ningún negocio se crea de la noche a la mañana, y mucho menos el que está basado en un proceso de investigación. El ejemplo más claro es el ámbito farmacéutico, donde el periodo medio para sacar un producto al mercado oscila entre doce y quince años: “En cualquier momento de ese proceso pueden aparecer imprevistos que obliguen a los investigadores a volver atrás en su labor, e incluso a descartar el trabajo que han llevado a cabo en los últimos meses”, declara Camacho.

Capacidad para asumir riesgos. La búsqueda de financiación para comenzar un proyecto en este campo es un paso difícil y prolongado. “La primera ronda de financiación en España de una empresa de este tipo oscila entre los 300.000 y los 500.000 euros. Las ayudas públicas juegan aquí un importante papel, ya que existe un alto interés del Gobierno y de las autonomías por contribuir al desarrollo empresarial en biotecnología”. Pero a la vez, la empresa deberá dedicar un considerable tiempo y esfuerzo en buscar el capital humano y la financiación para desarrollar su proyecto. El índice de rentabilidad en este sector puede ser muy elevado, pero normalmente es a largo plazo.

Flexibilidad en la búsqueda de capital (relacional y financiero). A la hora de posicionar los productos o servicios de la empresa en mercados complejos, es imprescindible tener bien alineadas las vías de penetración en esos mercados: “La herramienta para ello es el capital relacional (networking), básico en el ámbito actual para acortar el periodo de maduración de un proyecto”. A la hora de buscar capital es necesario concentrarse en el que no sólo aporta dinero, sino también relaciones, acceso a mercados y atajos en la curva de aprendizaje: “El emprendedor deberá relacionarse con mundos muy heterogéneos y culturas sociales muy variadas, lo que requerirá de él una amplia flexibilidad en sus planteamientos. En esta parte del proceso, la actitud de aprendizaje continuo y adaptación a los cambios es algo básico”.

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