El modelo funciona, pero la sostenibilidad del SNS pasa por realizar reformas organizativas y retributivas
A Coruña (18-20/02/2012) - Redacción
Así lo han destacado expertos en gestión sanitaria, participantes en el debate celebrado en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia, organizado por Previsión Sanitaria Nacional y la Fundación Ad Qualitatem
La sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS) es imprescindible en su esencia y posible en su consecución, pero no hay más remedio que adoptar medidas de alcance para lograr las reformas organizativas y retributivas que se precisan de inmediato. Esta fue una de las principales conclusiones de un debate celebrado ayer tarde en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia, en el que participaron expertos en gestión sanitaria, gracias a Previsión Sanitaria Nacional (PSN) y a la Fundación Ad Qualitatem.
La cita, a la que acudió cerca de un centenar de personas entre académicos, clínicos y profesionales de la gestión, además de directivos de las empresas patrocinadoras (Roche, Dräger y Amgen), sirvió para poner de manifiesto que el modelo sanitario español funciona y que sus resultados en salud otorgan un gran valor al Estado del Bienestar, aunque persisten ciertas disfunciones que ponen en peligro su viabilidad y, en definitiva, su sostenibilidad.
Antonio Burgueño, director general de Hospitales de la Comunidad de Madrid, instó a resolver las deficiencias del SNS para, sobre todo, "evitar que el modelo haga crack". Nieves Domínguez, gerente del Servicio Gallego de Salud, mostró ejemplos de las decisiones, algunas muy controvertidas, que está adoptando Galicia, tales como el impulso decidido a la gestión clínica y, sobre todo, la reducción del gasto en medicamentos.
Pese a las evidentes dificultades que, en un entorno generalizado de crisis, también azotan a la Sanidad, algunas autonomías hacen de la necesidad virtud para atender incluso más allá de lo que fijan sus obligaciones. Es el caso de Extremadura, capaz de presentar una resolutiva y constante cooperación transfronteriza con la región portuguesa de El Alentejo, aunque aún haya que afinar el equilibrio entre ambas administraciones respecto a quién asume el gasto sanitario de esa población.
A juicio de Albino Navarro, gerente del Servicio Extremeño de Salud, este tipo de acciones solidarias (también citó el modelo español de trasplantes), tan novedosas como excelentes, son las que diferencian y engrandecen al SNS.
Joaquín Estévez, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), insistió en que las medidas que precisa el SNS sería más posible adoptarlas si las fuerzas políticas alcanzasen el tantas veces reclamado y nunca alcanzado Pacto por la Sanidad. Además, subrayó la importancia de preservar y garantizar la calidad del sistema, mediante la creación de organismos y agencias que acrediten su excelencia.
En la idea del pacto también redundó Miguel Carrero, presidente de PSN, pero desde una perspectiva novedosa: una triple noción de libertad a disposición de ciudadanos, administraciones y agentes sanitarios, por igual. Carrero moderó, junto al presidente de la Real Academia gallega, José Carro Otero, el debate, que supuso otro aldabonazo más para preservar un modelo sanitario siempre cuestionado, pero a la vez, siempre alabado.
La cita, a la que acudió cerca de un centenar de personas entre académicos, clínicos y profesionales de la gestión, además de directivos de las empresas patrocinadoras (Roche, Dräger y Amgen), sirvió para poner de manifiesto que el modelo sanitario español funciona y que sus resultados en salud otorgan un gran valor al Estado del Bienestar, aunque persisten ciertas disfunciones que ponen en peligro su viabilidad y, en definitiva, su sostenibilidad.
Antonio Burgueño, director general de Hospitales de la Comunidad de Madrid, instó a resolver las deficiencias del SNS para, sobre todo, "evitar que el modelo haga crack". Nieves Domínguez, gerente del Servicio Gallego de Salud, mostró ejemplos de las decisiones, algunas muy controvertidas, que está adoptando Galicia, tales como el impulso decidido a la gestión clínica y, sobre todo, la reducción del gasto en medicamentos.
Pese a las evidentes dificultades que, en un entorno generalizado de crisis, también azotan a la Sanidad, algunas autonomías hacen de la necesidad virtud para atender incluso más allá de lo que fijan sus obligaciones. Es el caso de Extremadura, capaz de presentar una resolutiva y constante cooperación transfronteriza con la región portuguesa de El Alentejo, aunque aún haya que afinar el equilibrio entre ambas administraciones respecto a quién asume el gasto sanitario de esa población.
A juicio de Albino Navarro, gerente del Servicio Extremeño de Salud, este tipo de acciones solidarias (también citó el modelo español de trasplantes), tan novedosas como excelentes, son las que diferencian y engrandecen al SNS.
Joaquín Estévez, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), insistió en que las medidas que precisa el SNS sería más posible adoptarlas si las fuerzas políticas alcanzasen el tantas veces reclamado y nunca alcanzado Pacto por la Sanidad. Además, subrayó la importancia de preservar y garantizar la calidad del sistema, mediante la creación de organismos y agencias que acrediten su excelencia.
En la idea del pacto también redundó Miguel Carrero, presidente de PSN, pero desde una perspectiva novedosa: una triple noción de libertad a disposición de ciudadanos, administraciones y agentes sanitarios, por igual. Carrero moderó, junto al presidente de la Real Academia gallega, José Carro Otero, el debate, que supuso otro aldabonazo más para preservar un modelo sanitario siempre cuestionado, pero a la vez, siempre alabado.
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