INVESTIGADORES POR EL MUNDO | Miguel García-Guzmán
'España no saca provecho de sus investigadores'
Como si estuviera guiado por el principio de Louis Pasteur de "si no conozco una cosa, la investigaré"; Miguel García-Guzmán tiene claro que el futuro pasa necesariamente por la investigación médica... y por un gobierno y una industria que apueste por ella. Para llegar a hacer realidad la afirmación de Pasteur, García-Guzmán tuvo que hacer sus maletas. Tal y como pensaba cuando se marchó hace más de 20 años, para él las mejores oportunidades para los investigadores siguen estando en el extranjero.
Tras licenciarse en Química por la Universidad de Alicante y realizar su primer doctorado en Biología Molecular también en la Comunidad Valenciana, García-Guzmán vio que las oportunidades científicas que nuestro país brindaba a especialistas como él eran más bien escasas: "Era difícil desarrollar una carrera científica en España y parece que las cosas siguen siendo difíciles hoy en día. Además, si se tiene la oportunidad, es casi imprescindible para un científico tener una experiencia fuera; con ello haces currículum y, sobre todo, ves la investigación desde otros puntos de vista", comenta.
Por ello, decidió encaminar sus pasos postdoctorales primero por Europa y, más tarde, en EEUU. "Primero me marché a Alemania, al Instituto Max-Plank, para investigar una nueva familia de canales iónicos [proteínas] expresados en el corazón y el cerebro pero, tras dos años y medio allí, decidí centrar mis estudios en la biología molecular del cáncer, por lo que me fui a EEUU. Con ello, no sólo cambié de tipo de investigación, sino que también de lugar y calidad de vida".
Su nueva residencia se encuentra desde entonces en San Diego (EEUU). "Quería dedicarme a estudiar el cáncer y creo que EEUU es el número uno en cuanto a investigación médica se refiere", comenta. Allí estuvo casi tres años trabajando en un segundo postdoctorado identificando los mecanismos celulares del cáncer; pero pronto decidió aplicar sus conocimientos al campo laboral dando el salto a la industria.
En el año 2000, García-Guzmán comenzaría a poner en práctica sus conocimientos en un campo industrial que desde entonces no ha abandonado: los descubrimientos de nuevos fármacos. Tras pasar brevemente por la identificación de nuevas proteínas involucradas en el cáncer de colon, su 'verdadera vida laboral' la comenzaría en Aurora Biosciences, empresa en la que llegó a ser científico senior. Allí, su trabajo consistiría en desarrollar nuevas tecnologías de minituarización biológica e integración con instrumentos para la identificación de compuestos químicos que mejoraran y crearan nuevos fármacos.
"Básicamente las grandes compañías farmacéuticas nos pedían que investigáramos sobre cualquier enfermedad y nosotros desarrollábamos nuevas tecnologías para identifican compuestos químicos como base para desarrollar nuevos medicamentos contra estas enfermedades", explica.
Más tarde, la empresa fue absorbida por Vertex, por lo que Miguel pasaría a desarrollar el mismo trabajo, en vez de para otras farmacéuticas, sólo para ésta. "Estuve como director de proyectos 10 años, esto me dio la suficiente experiencia y solidez para intentar despegar por mí mismo", confiesa.
"Actualmente, estos tratamientos se administran de forma oral o intravenosa, los compuestos tienen efectos secundarios y como el cáncer tiene una morfología tan peculiar, terminan por hacerse resistentes a estos fármacos porque no alcanzan a todas las células del tumor", explica. "Por eso nuestra idea es maximizar el efecto de los medicamentos con nuestra tecnología, que los fármacos penetren en todas las células tumorales". El proyecto, que cuenta con soporte financiero del National Cancer Institute (USA), ya se encuentra en una fase avanzada, tanto que se quieren hacer los primeros estudios en humanos a finales de este año.
Precisamente esto es lo que García-Guzmán echa de menos en España. "Allí no existen programas y estructuras que aprovechen a sus investigadores para comercializar sus productos", afirma. "No hay apoyo suficiente ni por parte de la Administración ni por la parte empresarial para apostar por una industria farmacéutica que compita en innovación científica y de cuyos efectos se beneficie la sociedad. Esto es fundamental, no sólo podemos vivir del turismo", expone.
Esta es una de las razones por las que este investigador no tiene entre sus ideas la vuelta a España. "Me gusta colaborar con españoles y quiero realizar más proyectos con ellos, pero no tengo pensado volver, aquí estoy creando mi propia empresa", asegura. "Lo que he aprendido aquí es que en España falla la transición de los científicos que salen de las universidades para que se incorporen a la industria. Además, tampoco se aprovecha de los investigadores que están fuera, no se crea una infraestructura y es una pena".
Tras licenciarse en Química por la Universidad de Alicante y realizar su primer doctorado en Biología Molecular también en la Comunidad Valenciana, García-Guzmán vio que las oportunidades científicas que nuestro país brindaba a especialistas como él eran más bien escasas: "Era difícil desarrollar una carrera científica en España y parece que las cosas siguen siendo difíciles hoy en día. Además, si se tiene la oportunidad, es casi imprescindible para un científico tener una experiencia fuera; con ello haces currículum y, sobre todo, ves la investigación desde otros puntos de vista", comenta.
Por ello, decidió encaminar sus pasos postdoctorales primero por Europa y, más tarde, en EEUU. "Primero me marché a Alemania, al Instituto Max-Plank, para investigar una nueva familia de canales iónicos [proteínas] expresados en el corazón y el cerebro pero, tras dos años y medio allí, decidí centrar mis estudios en la biología molecular del cáncer, por lo que me fui a EEUU. Con ello, no sólo cambié de tipo de investigación, sino que también de lugar y calidad de vida".
Su nueva residencia se encuentra desde entonces en San Diego (EEUU). "Quería dedicarme a estudiar el cáncer y creo que EEUU es el número uno en cuanto a investigación médica se refiere", comenta. Allí estuvo casi tres años trabajando en un segundo postdoctorado identificando los mecanismos celulares del cáncer; pero pronto decidió aplicar sus conocimientos al campo laboral dando el salto a la industria.
Creando fármacos
En el año 2000, García-Guzmán comenzaría a poner en práctica sus conocimientos en un campo industrial que desde entonces no ha abandonado: los descubrimientos de nuevos fármacos. Tras pasar brevemente por la identificación de nuevas proteínas involucradas en el cáncer de colon, su 'verdadera vida laboral' la comenzaría en Aurora Biosciences, empresa en la que llegó a ser científico senior. Allí, su trabajo consistiría en desarrollar nuevas tecnologías de minituarización biológica e integración con instrumentos para la identificación de compuestos químicos que mejoraran y crearan nuevos fármacos.
"Básicamente las grandes compañías farmacéuticas nos pedían que investigáramos sobre cualquier enfermedad y nosotros desarrollábamos nuevas tecnologías para identifican compuestos químicos como base para desarrollar nuevos medicamentos contra estas enfermedades", explica.
Más tarde, la empresa fue absorbida por Vertex, por lo que Miguel pasaría a desarrollar el mismo trabajo, en vez de para otras farmacéuticas, sólo para ésta. "Estuve como director de proyectos 10 años, esto me dio la suficiente experiencia y solidez para intentar despegar por mí mismo", confiesa.
Luchando contra el cáncer
Así lo hizo hace apenas dos años bajo el nombre de CendR Inc, empresa de la que es cofundador y director de investigación. "Es una empresa pequeña y nuestra idea es desarrollar nuevas tecnologías, basándonos en la nanotecnología, para mejorar los fármacos que existen contra el cáncer", resume."Actualmente, estos tratamientos se administran de forma oral o intravenosa, los compuestos tienen efectos secundarios y como el cáncer tiene una morfología tan peculiar, terminan por hacerse resistentes a estos fármacos porque no alcanzan a todas las células del tumor", explica. "Por eso nuestra idea es maximizar el efecto de los medicamentos con nuestra tecnología, que los fármacos penetren en todas las células tumorales". El proyecto, que cuenta con soporte financiero del National Cancer Institute (USA), ya se encuentra en una fase avanzada, tanto que se quieren hacer los primeros estudios en humanos a finales de este año.
Precisamente esto es lo que García-Guzmán echa de menos en España. "Allí no existen programas y estructuras que aprovechen a sus investigadores para comercializar sus productos", afirma. "No hay apoyo suficiente ni por parte de la Administración ni por la parte empresarial para apostar por una industria farmacéutica que compita en innovación científica y de cuyos efectos se beneficie la sociedad. Esto es fundamental, no sólo podemos vivir del turismo", expone.
Esta es una de las razones por las que este investigador no tiene entre sus ideas la vuelta a España. "Me gusta colaborar con españoles y quiero realizar más proyectos con ellos, pero no tengo pensado volver, aquí estoy creando mi propia empresa", asegura. "Lo que he aprendido aquí es que en España falla la transición de los científicos que salen de las universidades para que se incorporen a la industria. Además, tampoco se aprovecha de los investigadores que están fuera, no se crea una infraestructura y es una pena".
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