Feijóo: “Pasaré a la historia como un defensor de la sanidad pública”
Pontón: “Si le aplicásemos la reforma laboral del PP, podríamos despedirlo, presidente”
José Precedo Santiago de Compostela15 FEB 2012 - 11:26 CET1
Feijóo durante el pleno / ANXO IGLESIAS
En el día después del aviso de todos los colegios médicos haciendo ver que tanto “recorte indiscriminado hará zozobrar” el Sistema Nacional de Salud, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha proclamado en el Parlamento: “No sé cómo pasaré a la historia de Galicia, pero desde luego como un defensor de la Sanidad Pública”. Semejante sentencia ha llegado esta mañana, después de que el líder del PSdeG, Pachi Vázquez, le mentase las quejas de los colegios profesionales y le acusase de intentar introducir el copago en los servicios públicos, recordando unas declaraciones del presidente en las que veía con buenos ojos cobrar al paciente por la comida, las duchas u otros servicios no estrictamente sanitarios.
Feijóo no ha rechazado directamente el copago por esas prestaciones, se ha limitado a culpar a los socialistas de arruinar la sanidad con una deuda de 15.000 millones de euros. Y ha lamentado que medidas de ahorro como el catálogo priorizado de fármacos “que ahora copia toda España” fuera respondida con un recurso ante el Constitucional por el Gobierno de Zapatero. “No hay ni uno solo dato sanitario que no esté mejor que cuando ustedes gobernaron”, ha insistido en la réplica el presidente quien, otro día más ha repetido que “en época de crisis se están haciendo más hospitales que nunca”. Obvió como casi siempre que esas infraestructuras sanitarias se levantarán con la fórmula de pago aplazado y que la factura será asumida por los próximos cinco Gobiernos autonómicos.
La pugna dialéctica entre ambos, trufada de referencias a los enfrentamientos internos del PSdeG y a la sucesión “hereditaria” en la Diputación de Ourense, volvió a dejar en suspenso el pacto que el propio Vázquez ofreció al presidente antes de las navidades para crear 20.000 empleos con una modificación del presupuesto. El secretario general socialista ha pedido al Gobierno que convoque a la oposición, pero no tuvo respuesta. El presidente ha afirmado haber estado esperando 55 días esa oferta por escrito y así, entre ataques cruzados, concluyó la primera sesión de control al Gobierno de 2012.
En ella debutó como portavoz parlamentaria del BNG, Ana Pontón. Con el mismo tono crítico de su antecesor, Carlos Aymerich, ha instado al presidente a “dejar de huir de sus responsabilidades”. Enumeró los 70.000 parados más que tiene Galicia desde 2009 y le ha preguntado dónde irán a parar los 14.000 empleos y 6.000 millones de inversión del plan eólico ahora que el Gobierno central ha eliminado las primas a las renovables. Feijóo, que ha saludado el estreno de la dirigente nacionalista, admitió que las cosas están peor pero garantizó que su promesa estrella para el sector industrial sigue vigente. “Si alguna empresa no puede ejecutar los planes, vendrán otras”. Tras censurar el diagnóstico parcial que había trazado la dirigente nacionalista, Feijóo ha asegurado que hay “rayos de esperanza” para la economía gallega. Ha citado el mejor comportamiento de las exportaciones respecto a la media de España y el paro que pese a crecer al doble de ritmo que en el resto del país aún está cuatro puntos por debajo. Unas variables que no movieron a la compasión a la diputada nacionalista. “Si le aplicásemos la reforma laboral que acaba de aprobar el PP, podríamos despedirlo”, ha cerrado Pontón su primera intervención como portavoz.
Feijóo no ha rechazado directamente el copago por esas prestaciones, se ha limitado a culpar a los socialistas de arruinar la sanidad con una deuda de 15.000 millones de euros. Y ha lamentado que medidas de ahorro como el catálogo priorizado de fármacos “que ahora copia toda España” fuera respondida con un recurso ante el Constitucional por el Gobierno de Zapatero. “No hay ni uno solo dato sanitario que no esté mejor que cuando ustedes gobernaron”, ha insistido en la réplica el presidente quien, otro día más ha repetido que “en época de crisis se están haciendo más hospitales que nunca”. Obvió como casi siempre que esas infraestructuras sanitarias se levantarán con la fórmula de pago aplazado y que la factura será asumida por los próximos cinco Gobiernos autonómicos.
La pugna dialéctica entre ambos, trufada de referencias a los enfrentamientos internos del PSdeG y a la sucesión “hereditaria” en la Diputación de Ourense, volvió a dejar en suspenso el pacto que el propio Vázquez ofreció al presidente antes de las navidades para crear 20.000 empleos con una modificación del presupuesto. El secretario general socialista ha pedido al Gobierno que convoque a la oposición, pero no tuvo respuesta. El presidente ha afirmado haber estado esperando 55 días esa oferta por escrito y así, entre ataques cruzados, concluyó la primera sesión de control al Gobierno de 2012.
En ella debutó como portavoz parlamentaria del BNG, Ana Pontón. Con el mismo tono crítico de su antecesor, Carlos Aymerich, ha instado al presidente a “dejar de huir de sus responsabilidades”. Enumeró los 70.000 parados más que tiene Galicia desde 2009 y le ha preguntado dónde irán a parar los 14.000 empleos y 6.000 millones de inversión del plan eólico ahora que el Gobierno central ha eliminado las primas a las renovables. Feijóo, que ha saludado el estreno de la dirigente nacionalista, admitió que las cosas están peor pero garantizó que su promesa estrella para el sector industrial sigue vigente. “Si alguna empresa no puede ejecutar los planes, vendrán otras”. Tras censurar el diagnóstico parcial que había trazado la dirigente nacionalista, Feijóo ha asegurado que hay “rayos de esperanza” para la economía gallega. Ha citado el mejor comportamiento de las exportaciones respecto a la media de España y el paro que pese a crecer al doble de ritmo que en el resto del país aún está cuatro puntos por debajo. Unas variables que no movieron a la compasión a la diputada nacionalista. “Si le aplicásemos la reforma laboral que acaba de aprobar el PP, podríamos despedirlo”, ha cerrado Pontón su primera intervención como portavoz.
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