MONTSE ESQUERDA, DEL INSTITUTO BORJA DE BIOÉTICA
"El estudiante de Medicina no sabe resolver conflictos éticos"
La directora del Instituto Borja de Bioética, Montse Esquerda, que ha participado en un curso de verano de la Universidad de Zaragoza, alerta del deterioro que ocasiona en el ejercicio de la Medicina la falta de formación bioética en las facultades.
Carmen Serrano. Zaragoza | 07/09/2015 12:05
¿Qué hacer con un paciente de edad avanzada que se niega a ser hospitalizado? ¿Qué hacer frente a unos hijos que quieren ocultarle a su padre de sesenta años que padece un cáncer? ¿Cuándo colocar o retirar una sonda nasogástrica para alimentar a un anciano con demencia? ¿Cómo abordar la confidencialidad con un adolescente que consume drogas en la comunicación con sus padres? La inmensa mayoría de estudiantes españoles deMedicina "no saben resolver conflictos éticos, carecen de argumentos". Así lo cree Montse Esquerda, profesora en Lérida y directora del Instituto Borja de Bioética, participante en un curso de verano de la Universidad de Zaragoza, que dirige Rogelio Altisent.
Pero no es sólo esto (la falta total de formación bioética del estudiante) lo que mermaría calidad al ejercicio de la Medicina. En un estudio dirigido por Esquerda con alumnos de la facultad de Lérida se vio cómo "el razonamiento moral, la empatía y la sensibilidad ética aumentan de primero a tercer curso, pero luego se estancan". Esquerda advierte de que "ningún encuestado había estudiado bioética" y que, después, recibieron formación antes de someterse a la segunda parte del proyecto.
En la segunda parte, se comprobó cómo, aunque la maduración moral y la empatía no mejoraban a partir del tercer curso, "sí se produjo -tras recibir formación bioética- un cambio espectacular en la resolución de casos éticos: empiezan a aportar más argumentos, con un mayor respeto a la voluntad del paciente, con respuestas menos paternalistas y menos también referidas a la ley". Esto, para Esquerda, es "muy esperanzador".
En un contexto en el que los avances científicos han colapsado los planes de estudio de Medicina y han reducido a la nada los aspectos humanísticos, se impone una vuelta a la subjetividad en la enseñanza de la relación médico-paciente, un mayor cultivo de la sensibilidad ética del estudiante e, incluso, un rescate de las artes para ampliar en las facultades la comprensión del enfermo por parte del alumno. Éstas fueron las ideas subrayadas en el curso de verano de la Universidad de Zaragoza, que cuenta con el respaldo del Colegio de Médicos de Zaragoza, la Organización Médica Colegial (OMC) y el Instituto de Bioética y Ciencias de la Salud.
Según Esquerda, en Bioética hay unos pocos médicos con mucha formación y una mayoría que vive en laignorancia. Defiende una expansión de estos estudios con dos metas fundamentales: "Desarrollar médicos virtuosos y desarrollar habilidades para reconocer y resolver conflictos éticos".
Dificultad con las emociones
Del Instituto de Educación Médica y Humanismo de Sao Paulo, vino al curso la investigadora Graziela Moreto. Traía otro estudio de medición de la empatía en estudiantes de Medicina, cuyos resultados alertan sobre "la merma de la dimensión afectiva de la empatía en los estudiantes de últimos cursos de carrera". Aunque a Moreto le falta analizar estos resultados, su sola medición revela, a su juicio, que los alumnos de Medicina "no saben trabajar con los sentimientos cuando están con los enfermos, no manejan bien sus emociones".
Del Instituto de Educación Médica y Humanismo de Sao Paulo, vino al curso la investigadora Graziela Moreto. Traía otro estudio de medición de la empatía en estudiantes de Medicina, cuyos resultados alertan sobre "la merma de la dimensión afectiva de la empatía en los estudiantes de últimos cursos de carrera". Aunque a Moreto le falta analizar estos resultados, su sola medición revela, a su juicio, que los alumnos de Medicina "no saben trabajar con los sentimientos cuando están con los enfermos, no manejan bien sus emociones".
Moreto aseguró que, "para desarrollar una mayor empatía, hay que educar las emociones, porque a mayor empatía mejor comprensión del paciente". Denunció la falta de tiempo en las facultades de Medicina para abordar la cuestión humanística; "y ha de ir todo junto, porque también es importante cómo se siente el paciente, no sólo su diagnóstico". Reivindicó incluso la ayuda de la música, el cine, el arte en general para enseñar empatía y recordó que "la Medicina es ciencia, pero también es un arte".
El médico como paciente
Como presidente de la Organización Médica Colegial de España, Rodríguez Sendín se interesó especialmente por un estudio presentado en el curso sobre el médico como paciente. Pilar Astier, una de sus autoras, todas ellas de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica que dirige Rogelio Altisent en la Universidad de Zaragoza, habló de la incongruencia interna que vive el médico enfermo, de cómo se convierte en un paciente difícil, de cómo se automedica y de cómo elige consultas alternativas en lugar de dejarse guiar por un médico de Familia.
Como presidente de la Organización Médica Colegial de España, Rodríguez Sendín se interesó especialmente por un estudio presentado en el curso sobre el médico como paciente. Pilar Astier, una de sus autoras, todas ellas de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica que dirige Rogelio Altisent en la Universidad de Zaragoza, habló de la incongruencia interna que vive el médico enfermo, de cómo se convierte en un paciente difícil, de cómo se automedica y de cómo elige consultas alternativas en lugar de dejarse guiar por un médico de Familia.
"El sistema de salud se halla falto de estructuras de apoyo al médico enfermo", dijo Astier tras comprobar que la relación de éste con el sistema sanitario "no es fluida". Otros estudios de países nórdicos aconsejan a los médicos enfermos ponerse en manos de un médico de familia, dejarse aconsejar, aceptar las consultas programadas y no automedicarse. Pero en España, éste es un asunto aún sin tratar. Tan sólo se ampliaron los programas de riesgos laborales en el entorno del médico.
Según las autoras del estudio, la realidad es que la mayoría de los facultativos tienen médico de Familia pero no lo conocen, sufren exceso de presentismo laboral, no cogen bajas y se automedican, también a sus familiares.
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