lunes, 28 de junio de 2010
Contra los peligros, formación e información - DiarioMedico.com
Prevención contra los peligros Los simulacros son fundamentales para saber cómo reaccionar ante peligros como los incendios. (José Luis Pindado)
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es necesario aumentar la información
Contra los peligros, formación e información
¿En casa del herrero, cuchillo de palo? Casi. Los responsables de prevención creen que esta tarea no cuenta con la importancia que debería en los centros hospitalarios. Parece curioso que en los entornos en los que la curación es el máximo objetivo se pudiera banalizar el riesgo de nuevos casos de hospitalización. Por fortuna, la seguridad de los centros está aumentando poco a poco. Ahora sólo falta un pequeño empujón, en el que la formación y la información serán básicas, para que los hospitales se conviertan en los lugares hiperseguros que debieran ser.
Enrique Mezquita. Valencia - Lunes, 28 de Junio de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
A veces, cuanto más se preocupa uno por la seguridad ajena, más se despreocupa de la propia. Éste es el caso de los hospitales, al menos según ha explicado Pere Soto, jefe del Servicio de Prevención de Hospitales Nisa, en la I Jornada sobre prevención de riesgos laborales en el ámbito sanitario de la Comunidad Valenciana, organizada por el Servicio de Prevención y el Departamento de I+D+i del Centro de Recuperación y Rehabilitación de Levante, en Valencia: "Como norma general, la prevención es el pariente pobre de los hospitales. Primero se mide la calidad asistencial y luego, si es posible, la prevención. Esto resulta absurdo, ya que la interrelación entre prevención de riesgos laborales y calidad del trabajo en este caso es evidente".
Sin embargo, "hay motivos para la esperanza. Hemos recorrido mucho camino en los últimos años, pasando desde la despreocupación absoluta, el abandono del material de cualquier manera y el pensamiento de que la responsabilidad del médico o el personal de enfermería acababa cuando se había finalizado la técnica, a que se responsabilicen de clasificar y depositar correctamente los residuos biológicos".
Entre todos los riesgos en los que se puede ver envuelto el hospital destacan cuatro: exposiciones, radiación, incendios y residuos. Soto se ha centrado en el primero: "El principal peligro es la enfermedad profesional por contagio de hepatitis B o C o VIH. Aunque no ocurren a diario, raro es el mes que los centros sanitarios no tienen algún registro". Además, ha añadido que la formación y la información a los trabajadores es la principal medida para evitarlos, "pero si se producen hay que realizar el parte de accidente, ya que sino quedará simplemente como una anécdota".
La importancia de una emergencia en el hospital se ve agrandada por ser un espacio muy complejo por sus características y actividades
Radiación
De la protección radiológica se ha encargado Amparo Vidal, jefe de la unidad técnica de protección radiológica de rayos X Uniprosa: "Depende básicamente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que marca las directrices y hace cumplir los reales decretos aplicables a instalaciones radioactivas y rayos X con fines de diagnostico médico". La filosofía es la de proteger al personal profesionalmente expuesto, al público y a los pacientes de las radiaciones ionizantes". Respecto a la formación de los profesionales implicados, ha recordado que "quienes trabajan con los equipos emisores de radiaciones ionizantes con fuentes radioactivas deben recibir una formación teórica y estar acreditados con un título del CSN".
Según Vidal, en rayos X no suele haber problemas porque son radiaciones con poca energía. En medicina nuclear puede haber más riesgo, al trabajar con fuentes, "pero si se realiza la tarea correctamente y hay detectores de contaminación no tiene por qué haber problemas". No obstante, ha resaltado que "podría mejorarse la seguridad con más entrenamiento, sobre todo en fuentes radioactivas y en la forma de manipularlas".
Fuego
En cuanto al fuego, Roberto Tolsa, jefe de Sección de Prevención de Riesgos Laborales del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia, ha reconocido que "el sector es consciente de que el fuego supone un problema para los centros sanitarios, y la experiencia nos dice que la colaboración entre cuerpos de bomberos y los hospitales es positiva".
Tolsa ha recordado que la importancia de una emergencia concreta, como es el incendio, se ve agrandada en el hospital porque se trata de un espacio muy complejo por sus características y actividades". Centrándose en los incendios, ha explicado que las actuaciones básicas que se plantean a este nivel se centran en tres áreas: protección pasiva, activa y autoprotección.
Respecto a la primera, "un hospital no es un centro que se pueda evacuar fácilmente. En ese sentido, no es aconsejable realizar evacuaciones verticales, sino horizontales. Ello requiere una compartimentación por sectores de incendio -al menos dos por planta-, de manera que si hay una emergencia, se pueda trasladar al personal a la zona segura de la planta, reservando las evacuaciones en vertical para un gran siniestro". Sobre la protección activa, se refiere "a la detección precoz del incendio para poder compartimentar e iniciar las medidas de extinción". Respecto a la necesidad de autoprotección, "cualquier centro sanitario debe contar con medidas de emergencia mínimas", y para ello es necesario evitar el pánico de la gente ante una posible evacuación "con formación e información al público".
El quirófano
Un riesgo de incendio muy especial es el de los quirófanos, en el que, "aunque no suele ocurrir muy a menudo -no existen estadísticas en nuestro país y un estudio detectó en Estados Unidos entre 140 y 150 en algo más de un año y medio-, debemos hacer especial hincapié en el análisis previo y la prevención", ha advertido Juan José Agún, ingeniero jefe de Mantenimiento del Centro de Recuperación y Rehabilitación de Levante.
El accidente tipo es el que se genera en las cesáreas, porque no se usa betadine -el yodo no está indicado para neonatos- y sí otros alcoholes, que forman una combinación perfecta junto a las potenciales chispas del electrobisturí. Para combatirlo "debemos emplear un extintor de CO2 -ha de existir uno en cada puerta-, ya que los de polvo son más sucios y eso no es compatible con una operación. Otra forma de reducir el riesgo es apoyarse en las nuevas tecnologías, pasando del electrobisturí al bisturí por ultrasonidos. Además, el personal debe estar formado".
Por último, Federico Martínez Sarió, coordinador de la empresa Sistemas Integrales Sanitarios -pertenciente al Grupo ONCE-, ha reconocido que "la gestión de los residuos sanitarios está en plena evolución, y vamos en la línea de que el mejor residuo es el que no existe. Hemos avanzado mucho, aunque aún no estamos al nivel que nos gustaría". En este contexto, hay productos o sustancias altamente contaminantes que se están sustituyendo por otros que no tienen ningún peligro, como los termómetros de mercurio por los digitales.
Los residuos que no se pueden evitar deben gestionarse, y en este proceso "hay que dar el tratamiento y la eliminación correcta a cada uno", ha dicho Martínez Sarió. Ello permite "convertir lo que era un residuo en una posible riqueza -fijador, alcoholes y formoles tienen un gran poder calorífico y pueden ofrecer energía- o, si no produce beneficio, hacer que sea biodegradable al llegar al medio ambiente".
¿Y LOS PROFESIONALES QUÉ?
Según Luis Gil, presidente del comité organizador de la I Jornada sobre prevención de riesgos laborales en el ámbito sanitario de la Comunidad Valenciana y jefe del Servicio de Docencia, Investigación y Tecnología del Centro de Recuperación y Rehabilitación de Levante, "la prevención y la vigilancia de la salud de los trabajadores de los hospitales y clínicas son en ocasiones minusvaloradas por los mismos interesados, debido a que conviven a diario con la enfermedad y los riesgos a su alrededor, sin pensar en su salud". En este contexto, el Gobierno valenciano ha aprobado el Plan Estratégico para la Mejora Continua de la Seguridad y Salud Laboral de los Empleados Públicos de la Generalitat 2010-2013. El plan afecta a todos los centros y dependencias de la Administración de la Generalitat y de los organismos autónomos.
La Generalitat constituyó tres servicios de prevención de riesgos laborales propios, pertenecientes a las consejerías de Justicia y Administraciones Públicas, Sanidad y Educación. Se establecen dos ejes estratégicos: la reducción constante de la siniestralidad laboral y las enfermedades profesionales y la mejora continua de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo.
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