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ESPAÑA
pablo RIVERO ANALIZA LAS ESTRATEGIAS
El efecto adverso como modelo de aprendizaje para la calidad
La mejora de la calidad asistencial exige un cambio de cultura por parte de los profesionales y los pacientes. Pablo Rivero, director de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, afirma que la excelencia clínica es una de las áreas que más se ha desarrollado.
Marta Esteban - Jueves, 16 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
El Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud aprobado en el año 2007 por el Gobierno con el respaldo de las comunidades autónomas y las sociedades científicas incluía una estrategia de excelencia clínica que abarca medidas para mejorar la seguridad de los pacientes.
Pablo Rivero, director de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, afirma que la excelencia clínica es "una de las líneas que se ha desarrollado con mayor intensidad y donde ha existido una gran colaboración entre el Ministerio de Sanidad, las autonomías y las sociedades científicas".
Uno de los elementos clave de la estrategia llevada a cabo por el ministerio es la promoción de un cambio de cultura que supone, por ejemplo, que "los efectos adversos no sean considerados como algo negativo, sino como un elemento de aprendizaje para mejorar la calidad asistencial".
Según Rivero, "es necesario impulsar este cambio cultural y para ello se ponen en marcha cursos de formación, convenios con las comunidades autónomas y medidas para fomentar la investigación".
La adopción de medidas de calidad exige sin lugar a dudas la necesaria implicación de los profesionales. Rivero avala el respaldo y la colaboración que han detectado por parte de los facultativos e incide en que "también es preciso buscar el papel activo que deben tener los pacientes".
En cuanto a los profesionales, la estrategia del Ministerio de Sanidad incluye la implantación de distintos niveles de formación, la celebración de cursos y de programas formativos para la gestión de riesgos.
El director de calidad del SNS confirma que desde el Ministerio de Sanidad se está trabajando en colaboración con las autonomías para conseguir un "sistema de notificación de efectos adversos". Rivero afirma que "no se trata solamente de un registro, sino que sería un sistema de aprendizaje para que no sólo se detecte y se solucione un efecto adverso concreto. El conocimiento de ese efecto adverso concreto debe circular por todo el Sistema Nacional de Salud como método de aprendizaje".
La puesta en marcha de este modelo de notificación ha llevado al Ministerio de Sanidad a implantar sistemas pilotos en algunas autonomías. Además, el ministerio también está trabajando en la elaboración de un real decreto que daría cobertura legal a este sistema.
En cuanto a la evaluación de los resultados, Rivero aclara que tras el estudio sobre efectos adversos del año 2006 (estudio Eneas), el Ministerio de Sanidad sigue realizando evaluaciones periódicas sobre los programas de calidad que se han ido implantando.
Uno de ellos es el lavado de manos para los profesionales sanitarios que se puso en marcha en el año 2007 y del que se han obtenido resultados favorables como una reducción del número de infecciones.
Gestión de riesgos, a fondo
Pablo Rivero abrirá la próxima semana la jornada sobre Estrategias de Seguridad del Paciente y Gestión de Riesgos Sanitarios que organiza Unidad Editorial Conferencias y Formación. Los ponentes analizarán las políticas autonómicas para incrementar la calidad asistencial y el papel de los profesionales en la seguridad de los pacientes. Además del marco jurídico necesario para un correcto funcionamiento del sistema de notificación en el que trabaja el Ministerio de Sanidad, la jornada contará con las experiencias que en esta materia se están desarrollando en hospitales públicos y privados.
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