Del buen investigador a la realidad del mercado

España tiene un problema en la traslación de la investigación básica al mercado (nada nuevo). Si se sabe mirar más allá del corto plazo, la investigación ofrece un retorno de la inversión (nada nuevo). Los políticos españoles aman el cortoplacismo y apuestan por la investigación de boquilla (nada nuevo). Si nada de esto es nuevo, ¿por qué la investigación española no termina de tener el apoyo necesario? En ésas se está.

David Rodríguez Carenas | 27/09/2012 00:00

Raquel López, directora interna del curso, José María Valpuesta, Regina Revilla, Isabel García Carneros y Rocío Arroyo. (Mauricio Skrycky)

En julio, el informe de 2011 de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio) señalaba el crecimiento de este sector a pesar de las trabas de financiación, de la larga espera requerida para obtener rentabilidad y de la pesadilla de la crisis económica: de 1.185 empresas que incluían a la biotecnología en sus actividades (370 totalmente biotecnológicas) en 2010 se pasó a 1.715 (617 biotecnológicas) en 2011. Además, de representar un 2,98 por ciento del PIB español en 2008 se pasó al 5,72 por ciento en 2010.

La biotecnología española ha demostrado lo que tenía que demostrar, pero ahora espera (trabajando) una señal desde el otro lado, desde los estrados decisores de nuestro país. No obstante, saben que tienen que mejorar en aspectos como la internacionalización. Entre sus necesidades están "el aumento de la inversión en I+D, la flexibilización de la gestión de ayudas y el cambio de la cultura emprendedora de las universidades y del capital riesgo", según ha explicado Isabel García Carneros, secretaria general de Asebio, durante la presentación en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB), de Madrid, del Curso de Experto en Biotecnología: Transferencia Tecnológica y Gestión de la Innovación, de la Universidad Europea de Madrid (UEM).

Aumentar y mejorar la formación, además de llevar a cabo un 'benchmarking' con los mejores centros, servirá para mejorar la investigación en España

Con datos del final de la década pasada, Rocío Arroyo, jefa de Negocio de la compañía Amadix, ha extraído las siguientes conclusiones: Estados Unidos multiplica por 24 los contratos de licencia firmados en este sector, por 13 las solicitudes de patente, ¡por 885 los retornos por licencias! y por 5 las spin-off creadas, aunque habría que examinar cuántas españolas permanecen en el tiempo tras agotar los fondos públicos. Vale, Estados Unidos es más grande, pero... ¿tanto? La primera conclusión es lógica: estamos muy por dabajo de Estados Unidos en transferencia tecnológica. Para la segunda, Arroyo se ha decantado por la más constructiva: comparemos y aprendamos de los mejores.

Y compara precisamente con quien usó la comparación para mejorar: "La Universidad Técnica de Berlín, en Alemania, implantó prácticas de instituciones como la Universidad de Zurizh, en Suiza, y el MIT, en Boston (Estados Unidos), para lograr crear 33 start-up cada 365 días durante cuatro años seguidos, más del doble de lo que obtenían antes. Gracias a ello también han atraído más fondos públicos".

Colaboración y formación
Por eso Arroyo cree que hay que favorecer la colaboración entre instituciones de todo tipo e inversores; obtener el apoyo del Gobierno para favorecer la entrada de capital privado nacional e internacional, financiar las pruebas de concepto y desarrollar políticas de apoyo a emprendedores, y formar a estudiantes, investigadores...

Precisamente esa formación es la que quiere fomentar la UEM con este curso. Y lo hace centrándose en una parte que preocupa mucho en la investigación española: la traslación, que "muchas veces es como chocar contra una pared. Hay que mejorar si queremos competir. Incluso el CNB, que tiene buenos datos, debe hacerlo", ha advertido la presidenta de Asebio, Regina Revilla, directora del curso de la UEM.

Esos buenos datos los ha presentado José María Valpuesta, director del centro: "Representamos casi el 10 por ciento de las patentes del CSIC, tenemos un alto nivel de internacionalización, con un 25 por ciento de nuestro personal de fuera de España, y participamos en el establecimiento del campus internacional de excelencia UAM+CSIC [algo que Revilla considera fundamental para Madrid]".

Sin embargo, por el tema aquí tratado, el de la traslación, tiene otra cosa más importante que exportar y que no es muy habitual: una persona dedicada a dicha traslación. Crear profesionales que cumplan ese perfil es uno de los objetivos del curso, como han reconocido los ponentes ante las dudas de su auditorio. "Se necesita un perfil muy concreto", ha reconocido Arroyo. No obstante, "no quiere decir que esta figura tenga que estar presente en todas las instituciones; depende de la masa crítica. Puede compartirse", ha matizado Valpuesta.

En cualquier caso, "conocimiento hay mucho; lo que queda es trasladarlo", como ha recordado Revilla. "Debemos romper el cuello de botella que va del buen investigador al mercado".