Expertos internacionales trazan una estrategia para prevenir futuros brotes de 'E.coli'
(12/09/2012) - E.P.
Instan a las autoridades sanitarias a que dispongan de procedimientos para que en este tipo de brotes el genotipado de las bacterias causantes se haga a la mayor brevedad posible
La Academia Europea de Microbiología ha publicado una serie de recomendaciones, como la de utilizar ciertos antibióticos, a fin de prevenir un posible brote de 'E.coli', como el que se dio el año pasado en Alemania y Francia, conocido como la 'crisis de los pepinos'.
En concreto, la Academia Europea de Microbiología convocó en diciembre en Paris a expertos internacionales para que, liderados por el investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC Miguel Vicente, analizasen lo sucedido y propusiesen estrategias para evitar o al menos minimizar los efectos de otros posibles brotes.
De este modo, apuntan a antibióticos como meropenem, azitromicina o tigeciclina, pues la cepa O104:H4 es sensible a estos fármacos. Asimismo, antibióticos como el ciprofloxacino podrían usarse también contra esta cepa, que tiene la capacidad de adherirse al intestino y producir una toxina que provoca graves daños renales, pero teniendo en cuenta que en dosis no inhibitorias pueden provocar un aumento en la producción de la toxina.
En general, las recomendaciones, que han aparecido en la revista científica EMBO Molecular Medicine, instan a las autoridades sanitarias a que dispongan de procedimientos para que en este tipo de brotes el genotipado de las bacterias causantes se haga a la mayor brevedad posible.
Además, hacen hincapié en la necesidad de investigar a fondo los mecanismos por los que la toxina hace su efecto para así conseguir fármacos que impidan su acción en riñón, y en la búsqueda de nuevos antibióticos que frenen la infección.
Por último, proponen que se mejore la comunicación entre los científicos, los responsables políticos y los medios de difusión para que se afronten estos sucesos con una base científica fiable y adecuada a cada caso para minimizar los efectos sobre los ciudadanos y los sectores productivos.
En concreto, la Academia Europea de Microbiología convocó en diciembre en Paris a expertos internacionales para que, liderados por el investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC Miguel Vicente, analizasen lo sucedido y propusiesen estrategias para evitar o al menos minimizar los efectos de otros posibles brotes.
De este modo, apuntan a antibióticos como meropenem, azitromicina o tigeciclina, pues la cepa O104:H4 es sensible a estos fármacos. Asimismo, antibióticos como el ciprofloxacino podrían usarse también contra esta cepa, que tiene la capacidad de adherirse al intestino y producir una toxina que provoca graves daños renales, pero teniendo en cuenta que en dosis no inhibitorias pueden provocar un aumento en la producción de la toxina.
En general, las recomendaciones, que han aparecido en la revista científica EMBO Molecular Medicine, instan a las autoridades sanitarias a que dispongan de procedimientos para que en este tipo de brotes el genotipado de las bacterias causantes se haga a la mayor brevedad posible.
Además, hacen hincapié en la necesidad de investigar a fondo los mecanismos por los que la toxina hace su efecto para así conseguir fármacos que impidan su acción en riñón, y en la búsqueda de nuevos antibióticos que frenen la infección.
Por último, proponen que se mejore la comunicación entre los científicos, los responsables políticos y los medios de difusión para que se afronten estos sucesos con una base científica fiable y adecuada a cada caso para minimizar los efectos sobre los ciudadanos y los sectores productivos.
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