Cartas de Lectores
Realidades y no deseos
Antonio Burgueño, director general de Hospitales de la Comunidad de Madrid, publicó un articulo en DM, titulado Que no llamen a estudios científicos a opiniones políticas, (ver DM del 13-IX-2012) donde descalifica el último informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) y sobre el que me veo obligado a aclarar algunos conceptos.
Marciano Sánchez Bayle. Presidente de la Internacional Association of Health Policy y portavoz de la Fadsp. | 19/09/2012 00:00
El Informe anual sobre los servicios sanitarios de las autonomías que elabora la Fadsp se hace basándose en la información sanitaria disponible, pública y homogénea, es decir que mida lo mismo y en la misma fecha, lo que habida cuenta de la falta de transparencia informativa de las comunidades y del Ministerio de Sanidad resulta bastante complicado y reduce los datos utilizables de manera importante, tal y como señala la introducción al propio informe. Este año, además, la ausencia de la publicación del Barómetro Sanitario de 2011 impedía la utilización de los datos correspondientes a la opinión de los ciudadanos por lo que el número de variables analizadas fue más reducido que en anteriores ediciones.
Las variables que se utilizan son las que usan la Organización Mundial de Salud, la Oficina Regional Europea de la OMS, la OCDE y Eurostat, entre otros organismos internacionales, para valorar los sistemas sanitarios. Que sean antiguas no añade ningún argumento a su validez (el agua y el oxigeno tienen centenares de miles de años de antigüedad y son, sin ninguna duda, fundamentales para la vida). Es evidente que estos parámetros son universalmente utilizados para la valoración y comparación de los sistemas sanitarios. También lo es que están incluidos en los 110 Indicadores del SNS aprobados por el Consejo Interterritorial, la mayoría de cuyos resultados concretos no son públicos y que nos gustaría poder incorporar a nuestros informes. Burgueño podría instar al Ministerio a que los facilitase y también podría normalizar los datos de la lista de espera quirúrgica de Madrid, y algunas otras cuestiones como las derivaciones de los nuevos hospitales a los centros de gestión tradicional, y un largo etc de información que la Comunidad de Madrid tiene y que, en un ejercicio singular de transparencia, oculta a los ciudadanos.
Los datos que se utilizan son objetivos, los que hay, y en ellos sistemáticamente Madrid sale mal posicionada. Podrían emplearse otros, siempre que hubiera un mínimo consenso internacional al respecto, que fueran públicos y en todas las comunidades. Los informes que realiza la Fadsp tienen un gran prestigio internacional y muchos países se han interesado por su metodología para hacer algo similar en países con sistemas descentralizados (Brasil, Canadá, etc).
A pesar de que Burgueño dice haberse leído el informe ha sacado algunas conclusiones erróneas; por ejemplo, habla de camas hospitalarias públicas cuando se incluyen todas las camas, públicas y privadas. Otra cosa es que evidentemente algunos de los nuevos hospitales madrileños son privados (pregunte a Capio o Ribera Salud) y otros son semiprivados (los realizados mediante el sistema conocido como PFI=iniciativa de financiación privada).
No sólo el informe de la Fadsp deja en mal lugar a la sanidad madrileña sino que el recientemente publicado Barómetro Sanitario señala que la percepción de los ciudadanos sobre el funcionamiento del sistema sanitario es claramente peor que la de la media de las autonomías (ver tabla). Debería de ser consciente que uno siempre tiene tendencia a mirar con mucha benevolencia lo que es suyo o de lo que es responsable y que los demás suelen ver las cosas de otra manera. Un ejemplo es el estudio en el que el 95 por ciento de los conductores de Estados Unidos señalaban que "conducían mejor que la media", lo que evidentemente es imposible.
Nosotros sólo intentamos reflejar la realidad y en general soportamos con paciencia la incomprensión de las comunidades autónomas mal situadas y la alegría de las que salen mejor (le recuerdo que Navarra lleva 2 años en el primer lugar y espero no piense que tenemos ninguna afinidad política con UPN). Desgraciadamente la sanidad madrileña, que era una de las mejores del país, ha sufrido un proceso de descapitalización económica y profesional, de privatización, de desmotivación profesional y de deterioro, muchas veces parece que intencionado, que la han llevado a una mala situación.
Comprendo que como responsable de los hospitales madrileños no le guste el resultado, como a mi tampoco me gusta, pero el asunto no se va a arreglar negando la realidad o haciendo "triunfalismo", este sí, en mi modesta opinión, bastante trasnochado. Mejor no pregunte a los profesionales madrileños porque parece que se llevaría una desagradable sorpresa.
Un último comentario sobre politización y prejuicios ideológicos. Parece absurdo tenerle que recordar al amigo Burgueño que él ocupa un cargo político, y que lo ocupa como resultado de su afinidad ideológica con el PP que gobierna la Comunidad de Madrid, le recuerdo una frase no por antigua es menos veraz: ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Las variables que se utilizan son las que usan la Organización Mundial de Salud, la Oficina Regional Europea de la OMS, la OCDE y Eurostat, entre otros organismos internacionales, para valorar los sistemas sanitarios. Que sean antiguas no añade ningún argumento a su validez (el agua y el oxigeno tienen centenares de miles de años de antigüedad y son, sin ninguna duda, fundamentales para la vida). Es evidente que estos parámetros son universalmente utilizados para la valoración y comparación de los sistemas sanitarios. También lo es que están incluidos en los 110 Indicadores del SNS aprobados por el Consejo Interterritorial, la mayoría de cuyos resultados concretos no son públicos y que nos gustaría poder incorporar a nuestros informes. Burgueño podría instar al Ministerio a que los facilitase y también podría normalizar los datos de la lista de espera quirúrgica de Madrid, y algunas otras cuestiones como las derivaciones de los nuevos hospitales a los centros de gestión tradicional, y un largo etc de información que la Comunidad de Madrid tiene y que, en un ejercicio singular de transparencia, oculta a los ciudadanos.
Los datos que se utilizan son objetivos, los que hay, y en ellos sistemáticamente Madrid sale mal posicionada. Podrían emplearse otros, siempre que hubiera un mínimo consenso internacional al respecto, que fueran públicos y en todas las comunidades. Los informes que realiza la Fadsp tienen un gran prestigio internacional y muchos países se han interesado por su metodología para hacer algo similar en países con sistemas descentralizados (Brasil, Canadá, etc).
A pesar de que Burgueño dice haberse leído el informe ha sacado algunas conclusiones erróneas; por ejemplo, habla de camas hospitalarias públicas cuando se incluyen todas las camas, públicas y privadas. Otra cosa es que evidentemente algunos de los nuevos hospitales madrileños son privados (pregunte a Capio o Ribera Salud) y otros son semiprivados (los realizados mediante el sistema conocido como PFI=iniciativa de financiación privada).
No sólo el informe de la Fadsp deja en mal lugar a la sanidad madrileña sino que el recientemente publicado Barómetro Sanitario señala que la percepción de los ciudadanos sobre el funcionamiento del sistema sanitario es claramente peor que la de la media de las autonomías (ver tabla). Debería de ser consciente que uno siempre tiene tendencia a mirar con mucha benevolencia lo que es suyo o de lo que es responsable y que los demás suelen ver las cosas de otra manera. Un ejemplo es el estudio en el que el 95 por ciento de los conductores de Estados Unidos señalaban que "conducían mejor que la media", lo que evidentemente es imposible.
Nosotros sólo intentamos reflejar la realidad y en general soportamos con paciencia la incomprensión de las comunidades autónomas mal situadas y la alegría de las que salen mejor (le recuerdo que Navarra lleva 2 años en el primer lugar y espero no piense que tenemos ninguna afinidad política con UPN). Desgraciadamente la sanidad madrileña, que era una de las mejores del país, ha sufrido un proceso de descapitalización económica y profesional, de privatización, de desmotivación profesional y de deterioro, muchas veces parece que intencionado, que la han llevado a una mala situación.
Comprendo que como responsable de los hospitales madrileños no le guste el resultado, como a mi tampoco me gusta, pero el asunto no se va a arreglar negando la realidad o haciendo "triunfalismo", este sí, en mi modesta opinión, bastante trasnochado. Mejor no pregunte a los profesionales madrileños porque parece que se llevaría una desagradable sorpresa.
Un último comentario sobre politización y prejuicios ideológicos. Parece absurdo tenerle que recordar al amigo Burgueño que él ocupa un cargo político, y que lo ocupa como resultado de su afinidad ideológica con el PP que gobierna la Comunidad de Madrid, le recuerdo una frase no por antigua es menos veraz: ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
.png)
No hay comentarios:
Publicar un comentario