Posted: 26 Mar 2015 05:13 AM PDT
La compra de medicamentos sin supervisión profesional es uno de los problemas sanitarios más preocupantes del país. Aseguran que existe un fuerte “factor cultural” en la automedicación. Además, farmacéuticos recuerdan que la compra de fármacos por Internet fomenta este peligro, además del riesgo de terminar consumiendo tratamientos adulterados.
Los cambios de temperaturas bruscos suelen generar estados gripales, resfríos y alergias, y muchas personas optan por automedicarse antes de consultar a un médico o a un farmacéutico. Esto genera “muchos más riesgos que beneficios”, advierten los especialistas, que buscan llevar conciencia a la población sobre esta práctica, una tendencia mundial. Para muchos, esto se volvió una “cuestión cultural”, y la mayoría lo hace sin pensar en los peligros.
El hábito de tomar medicamentos sin consultar a un profesional se fue haciendo una peligrosa costumbre, y para médicos y farmacéuticos es difícil de erradicar, por la influencia por la proliferación de opciones y promociones mediáticas sobre sus beneficios. “Cada cultura genera patrones de comportamientos que con su repetición en el tiempo terminan realizándose de manera espontánea sin mediar ninguna reflexión, tornándose naturales, aumentando las posibilidades de generar circunstancias de vida que pueden ser perjudiciales o no”, dijo Claudio Dituro, médico generalista y diabetólogo.
Pero si bien pueden no ser perjudiciales en algunos casos, según Dituro, el riesgo que puede traer aparejado el uso abusivo de medicamentos es mayor que el beneficio. Y más aún cuando el abuso se da con diferentes medicamentos sin precaución alguna. “Creo que es un hábito que genera mucho más riesgos que beneficios, a no ser que se trate de personas educadas sobre su problema de salud, con conocimientos sobre los efectos que producen los medicamentos que consumen, su dosis adecuada, intervalos y signos de alarma por los efectos adversos que podrían producir. Siempre se debe quedar en contacto con su médico ante cualquier inconveniente que pueda surgir”, explica el profesional.
Si bien cada persona reacciona de distinta manera ante un mismo fármaco, -incluso a veces las características de su enfermedad no son equiparables a las de otro paciente-, el doctor Dituro advierte sobre los posibles riesgos que está práctica conlleva.
“Puede haber efectos adversos que ocasionan las drogas utilizadas, y en casos más severos, intoxicaciones; dependencia o adicciones; interacciones con otros fármacos que puedan disminuir o potenciar sus efectos; falta de efectividad por error diagnóstico, dosis subóptima o intervalos inadecuados -especialmente con ATB-“.
Pero ello no es todo, sino que sumado a esto, el uso de medicamentos por cuenta propia puede “enmascarar enfermedades dificultando el diagnóstico y demorando su tratamiento oportuno. También pueden generar tolerancia farmacológica”, destaca Dituro.
Respecto de la franja etaria en la que mayormente se detecta la automedicación, el profesional explica que “la población que más se automedica son los ancianos, quienes están más polimedicados, por lo tanto son los que más riesgos de interacciones y sobredosis presentan”.
Entre las consecuencias de la automedicación se encuentran las intoxicaciones, las adicciones, incluso la muerte -por hemorragias, daño cerebral, hepático, gástrico, paro cardíaco, entre otros-.
Por su parte, Claudia Varela, vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos de Rosario también se refirió al hecho. “Comprar medicamentos por internet o cualquier otro sitio no autorizado significa adquirir y consumir fármacos de procedencia y composición desconocida con el alto riesgo para la salud que eso conlleva”, dijo.
Varela reconoció la gravedad del problema y aseguró que “el riesgo se ve potenciado porque muchos de los productos publicitados son esteroides anabólicos e incluso algunos son de uso oncológico, drogas creadas para el tratamiento de patologías específicas con efectos adversos que en algunos casos pueden ser irreversibles o permanentes sobre los sistemas hormonales, musculares, óseos, el hígado, la piel y hasta inducir trastornos psiquiátricos”.
Pero no sólo hay alarma por las sustancias prohibidas sino también por otras autorizadas pero que se toman buscando otros resultados o en dosis extremas. “Hace tiempo que venimos advirtiendo que ciertos productos habilitados por ANMAT como complementos dietarios son consumidos por quienes realizan actividades físicas para aumentar su rendimiento, su musculatura o disminuir la grasa corporal y la fatiga. Esta práctica que es habitual en algunos gimnasios, en general no es efectiva para lograr el beneficio que se busca y en muchos casos no se trata de suplementos dietarios sino de drogas que pueden traer un perjuicio para la salud”.
Además, dijo Varela, “hay que tener en cuenta que lo que se compra por internet o en sitios no habilitados suelen ser productos no autorizados que se fabrican en forma ilegal y sin control y pueden producir, por ejemplo, infecciones. Si bien ANMAT, que es el organismo encargado de regular la comercialización de medicamentos, recomienda a la población que se abstenga de adquirir estos productos, no parece que se hicieran los esfuerzos ni las campañas de concientización necesarias para evitar la automedicación y el uso del medicamento que no tenga una procedencia segura”.
“Un párrafo aparte merece la resistencia bacteriana”, explica Dituro. “Esta se da especialmente por los antimicrobianos, los distintos antibióticos. Este es un fenómeno por el cual un microorganismo, es decir una bacteria, virus o algunos parásitos, son inmunes a los efectos de los antimicrobianos, de modo que los tratamientos habituales se vuelvan ineficaces y las infecciones persisten. Al no controlarse pueden ser transmitidas a otras personas”.
Según Dituro, “la OMS alertó hace tiempo sobre éste problema y sus graves consecuencias, a no ser que se implemente un programa global y multidisciplinario para luchar contra ella”.
Fuente: Mirada Profesional
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