"Ya se están dando los primeros pasos para las áreas de capacitación específicas"
Marzo de 2015 - C.S.V.
El presidente de la Asociación Española de Pediatría, Serafín Málaga, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO
La estructura de la Asociación Española de Pediatría es peculiar, ya que no es una sociedad científica convencional, sino que es, al igual que FACME, una federación de sociedades de Pediatría en la que están incorporadas 14 sociedades regionales y hasta 22 sociedades especializadas. Todas están unidas en el tronco común de la AEP y comparten los mismos objetivos y prioridades.
¿Qué peculiaridades organizativas presenta la AEP?
Al ser una federación, esto diferencia de lo que es una sociedad convencional en la que están las personas que se dedican a esa especialidad concreta. Pediatría además es una especialidad que atiende a niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. En el segundo informe PENIA se ha puesto de manifiesto que la cobertura pediátrica se completa hasta finalizar la adolescencia; es decir, hasta los 18 años.
¿Cómo desarrolla el pediatra esta asistencia?
A dos niveles, pero mayoritariamente a nivel de Atención Primaria, donde la cobertura de centros de salud es un modelo que no lo tienen muchos países de nuestro entorno, pero que ha demostrado innumerables beneficios para el niño. En este momento, tenemos un índice de mortalidad infantil envidiable, entorno al 3 por mil. El otro nivel es hospitalario. Pocas especialidades pueden decir esto, aunque esto comporta que en nuestra sociedad tengamos que hacer frente a retos que nos imponen estas vías diferentes de ejercer la profesión.
¿Cómo se canalizan las necesidades de los diferentes niveles asistenciales?
Esto es una federación de sociedades. Tenemos dos sociedades muy importantes de Atención Primaria, la AEPap, y la SEPEAP. Desde la AEP atendemos todos los retos más genéricos de la profesión.
¿Con qué estructura cuentan?
En este momento estamos intentando modernizar la estructura. La AEP se fundó en los años 40 al ir uniéndose las sociedades regionales y se montó la estructura por la fusión de estas sociedades. Hemos detectado algunas anomalías, como por ejemplo que en algunas comunidades autónomas hay dos sociedades y hay otras sociedades que engloban provincias de diferentes comunidades autónomas.
Y, ¿cómo van a solucionar este problema?
Ahora intentamos que la estructura se armonice con la del Estado; por comunidades autónomas. Las gestiones van por buen camino, pero sin prisa. Es necesario armonizarlo y ajustarlo a la estructura del país.
¿Qué está sucediendo con las sociedades de especialidades?
También es un asunto que tenemos que solucionar. Primero eran secciones dentro de la AEP y luego fueron tomando mucho auge, ya que la ciencia ahora exige que por ejemplo un pediatra que se dedica a la neuropediatría sepa lo último de esa especialidad y en los hospitales cada vez se demandan más especialidades.
¿Cómo está trabajando la AEP en las áreas de capacitación específicas?
Lo primero que quiso hacer la actual junta de la AEP es que las especialidades pediátricas fueran reconocidas. No de facto, que ya existen en muchos hospitales, pero no están reconocidas institucionalmente. Por eso, hicimos un libro blanco de las especialidades pediátricas en el que dimos a conocer a las autoridades sanitarias y a la población general cuál era la situación real de las especialidades pediátricas, qué bagaje científico había detrás, dónde estaban implantadas y con qué fuerza estaban reconocidas fuera de nuestro país.
¿Cuál era el principal objetivo del libro blanco de las especialidades pediátricas?
Quisimos que las diferentes sociedades hicieran presión en el Ministerio de Sanidad Asuntos Sociales e Igualdad para que con el decreto recién aprobado de las áreas de capacitación específica se fueran reconociendo. De hecho, el real decreto reconoce la primera, que es Neonatología. Tenemos los nombres de los primeros neonatólogos que van a poner en marcha la formación específica. Ahora ya habrá un sistema reglado de formación y nos parece que esto es importante.
¿Por qué la primera ha sido Neonatología?
Porque no tienen que compatibilizar la troncalidad con ninguna otra especialidad del adulto y no planteaba problemas a la Administración. Estamos luchando para que detrás de ella entren otras. Hay especialidades que han corrido más que otras, como puede ser Cardiología, que ya ha presentado su plan de área de capacitación específica que no solo apoyan los cardiólogos infantiles, sino también los de adulto y en neuropediatría pasa lo mismo. Esas ya han pasado por la Comisión Nacional de Pediatría. Ahora tienen que pasar al pleno del Consejo General de Especialidades
¿Qué plan de desarrollo tienen?
Esto tiene que ser a medio plazo. Espero que en los dos años y medio que nos quedan a nosotros de mandato tener reconocida alguna especialidad más.
Por parte de Pediatría, ¿cómo está siendo esta acogida?
Nos hemos entrevistado con los presidentes de las 22 sociedades de especializada y nos han dado su opinión. Ha habido un antes y un después, ya que no se había afrontado el reconocimiento de las especialidades pediátricas. Nos costó mucho tiempo y mucho dinero hacer el libro blanco de las especialidades pediátricas. Cada vez damos más realce a las especialidades pediátricas dentro del tronco común de la Pediatría. Pretendemos que cualquier especialista pediátrico antes de ser especialista tenga que cursar cuatro años de Pediatría.
¿Quién puede tener acceso a las especialidades pediátricas?
Tal y como está configurado el real decreto, lo prevé para pediatras que ya están en ejercicio. Nosotros pretendemos que pase poco tiempo para que se pueda solicitar la especialidad. De hecho, otros países lo tienen configurado así. Cuando terminan la formación pediátrica general la amplían. Eso exigiría aumentar el tiempo de formación. Nosotros en el libro blanco proponemos lo que se está haciendo en la mayor parte de los países de la Unión Europea: proponemos una formación de cinco años: tres de Pediatría y luego dos de especialidad.
En España, ¿tenemos el suficiente número de pediatras por habitante?
Nuestro sistema de asistencia hace que sea diferente al de otros países. Nosotros tenemos un número importante de pediatras, ya que vemos niños hasta los 18 años. Siempre decimos que estamos en déficit, porque para poder cubrir todos los centros de salud y los hospitales necesitamos más especialistas. Además tenemos que tener en cuenta que en el último lustro se están jubilando muchos pediatras hospitalarios y no se está renovando dicha generación. Primero le ha tocado a los hospitales, pero en unos cinco años la situación será similar en Primaria. Hay que prevenir el recambio de los médicos de Atención Primaria, aunque hoy por hoy el déficit de pediatras en Atención Primaria está siendo cubierto por médicos de familia.
¿A qué se debe este déficit?
A que no sale el suficiente número de plazas en el MIR. Muchos pediatras prefieren quedarse a trabajar en una ciudad que irse a un pueblo, pero queremos que haya equidad. Tenemos déficit de pediatras porque no se aumenta el número de plazas MIR en consonancia con las bajas que vamos teniendo. Sabemos que hay áreas que tienen un déficit importante de pediatras, por ejemplo toda el área mediterránea, mientras que están cubiertas en el norte.
La dispersión geográfica, ¿influye también en el calendario vacunal?
Este ha sido un tema importante durante la época de la ministra Ana Mato, que, por cierto, tengo que decir que nunca nos recibió. Siempre que he ido al ministerio a hablar con la directora de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, he tenido buenas palabras, pero en ningún momento ha aceptado nuestra propuesta. No entendía que defendiéramos la inclusión en el calendario de vacunas como el neumococo o la varicela. Afortunadamente, ahora se respiran otros aires en el Ministerio y en los meses que lleva el nuevo ministro y el director general de Salud Pública, Javier Castrodeza, hemos visto que se ha aprobado la del neumococo. Tenemos un año para hacerlo y seguimos reinvindicando un calendario único para todo el Estado.
¿Cómo se plantea la formación la junta de la AEP?
La formación es uno de los pilares de la Asociación Española de Pediatría. Nosotros tenemos diferentes comités de expertos para la formación continuada: de lactancia materna, otros de nutrición, de vacunas, de lesiones involuntarias... Esos comités propician una serie de actividades de las que salen unos documentos sobre las novedades más importantes que se han dado en ese campo concreto. Luego tenemos el congreso anual que pretendemos que aúne toda la formación pediátrica puntera. Empezamos siendo el congreso de la AEP exclusivamente y ahora se han ido incorporando otras sociedades de especialidad. Por ejemplo, este año se han incorporado la de primaria, la AEPap, la de Pediatría Hospitalaria, la de Reumatología y la de errores innatos del metabolismo (metabolopatías). Estas cuatro celebran su congreso al mismo tiempo que el nuestro, bajo nuestro paraguas. Esto lo que hace es facilitar mucho en un momento de crisis como el que tenemos facilitar la formación de otras sociedades.
Se ha referido a la formación continuada, ¿cuentan con alguna herramienta más?
Nuestra joya de la corona es la plataforma digital Continuum. Tenemos una plataforma de formación online propia y pretendemos que a medio plazo termine con mucha de la formación presencial. La formación online permite llegar a mucha gente y con un buen diseño. Hace unos días empezamos un curso de electrocardiografía y teníamos más de 400 inscritos.
¿Cómo está diseñada esta plataforma?
Para ofertar diversos cursos, como de vacunas, de nutrición, de TDHA... Pero también tiene unas secciones fijas muy interesantes con casos interactivos y puestas al día...Así, cada asociado puede elegir lo que más necesite para cuando llegue el día de la certificación tenga una herramienta para conseguirla.
¿Este es el primer paso para la certificación?
Nosotros vamos a eso, a que igual que se hace en Estados Unidos donde tienen que certificarse, nosotros también tenemos que arbitrar un método para la certificación. Al principio nos va a costar trabajo. Queremos empezar de forma voluntaria, pero queremos que todo el mundo tenga que hacer una recertificación que será un marchamo de calidad de los especialistas.
¿Cómo es el acceso a la plataforma?
Para los socios es gratuita. Está diseñada no solo para los pediatras españoles, sino para los pediatras de habla hispana. Un número importante de Latinoamérica accede a la plataforma y está siguiendo nuestros cursos. Los precios son diferentes, pero pueden acceder a ellos. Se está ofertando formación.
¿Tiene otras formas de dar a conocer a sus asociados los avances en su especialidad?
Sí, otra herramienta formativa de primer nivel es la revisa Anales de Pediatría, que lleva tantos años como la AEP. Desde junio de 2014 traducimos nuestros artículos al inglés. De esta forma, hemos duplicado la difusión de la revista y el número de visitas ha aumentado significativamente. También tenemos la revista Evidencias en Pediatría. Queremos hacer cosas útiles que no generen gastos al sistema. Aquí recogemos artículos y los analizamos y vemos algunas actuaciones si se deben seguir o dejar a un lado. Es online y de libre acceso para todos.
¿Qué papel tiene FACME en todo este proceso de formación?
Siempre hemos tenido una relación excelente con la junta directiva de FACME. Tiene una razón fundamental de existir, ya que hay cuestiones que nos afectan a todas las sociedades científicas y que uno a uno no nos van a escuchar, juntos tenemos más fuerza. Si queremos que nos hagan caso, tiene que haber una voz común a todos y FACME canaliza este papel. Nosotros cuando hemos tenido algún problema y hemos acudido solicitando amparo a FACME lo hemos recibido incondicionalmente.
¿Cómo es la investigación en Pediatría?
Dentro de la junta directiva de la AEP tenemos un comité de investigación. En Pediatría, la investigación es muy desigual; en hospitalaria está muy bien, sin embargo en Primaria hay un gran déficit. Estamos trabajando en esto y prueba de ello es que tenemos un premio de investigación con una buena dotación económica que tiene como objetivo potenciar trabajos en los que estén implicados hospitalaria y primaria.
¿Cómo es la coordinación entre ambos niveles de asistencia?
Es una asignatura pendiente. Todos decimos que hay que potenciarlo y que hay que mejorarla. Desde las sociedades científicas podemos hacer algo, pero las comunidades autónomas son las que tienen transferidas las competencias y son las primeras interesadas en potenciar esta simbiosis y que los médicos de Primaria se reciclen en los hospitales.
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