"Debemos mejorar el encaje de la actividad clínica e investigadora"

Los médicos jóvenes del SNS se beneficiarán de la evolución de una convocatoria ya existente, que permitirá contratar a clínicos que hagan parte de la labor asistencial del médico que investiga, según ha explicado a DM Jesús Fernández Crespo, director del Instituto de salud Carlos III.

José A. Plaza | 21/09/2015 00:00

Jesús Fernández Crespo, entrevista en Diario Médico

Jesús Fernández Crespo, director del Instituto de Salud Carlos III, en la redacción de Diario Médico. (Maurico Skrycky)

Jesús Fernández Crespo lleva sólo unos meses al frente del Instituto de Salud Carlos III, pero sabe por dónde pisa: subdirector de Evaluación y Fomento de la Investigación en el Instituto, subdirector médico de Investigación y Docencia y director de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital 12 de Octubre...

Conoce el mundillo y quiere mejorarlo. ¿Cómo? Destacan dos objetivos: evaluar más y mejor, y facilitar el desempeño conjunto de labores clínicas y de investigación. ¿Más retos? Incidir en salud medioambiental, seguir siendo una referencia en microbiología e infecciosas (saca pecho por la gestión técnica de la crisis del Ébola), trasparentar la investigación...

P. ¿Qué tal ha soportado el Instituto los años de crisis?
R. Podemos estar ligeramente satisfechos de haber mantenido las acciones, programas, convocatorias, etc, de relevancia estratégica para el SNS. Presupuestos al margen, y sabiendo que nos gustaría contar con más fondos, algo que espero se solucione en los próximos años, hemos hecho de la necesidad virtud. Estratégicamente ha ido bien, hemos creado arquitectura de I+D+i. Articulamos bien la labor investigadora en un sistema creado para atender al paciente, aunque debemos desarrollar mejor la capacidad investigadora en el SNS.

P. ¿Cómo?
R. Hay que dar una vuelta al modelo de personal investigador, mejorarlo y destacar un término: clínico investigador. Avanzaremos hacia un concepto de compra o financiación de tiempo asistencial, pasando de un modelo de investigación voluntarista a uno más responsable, más profesional.

"Avanzaremos hacia un concepto de compra o financiación de tiempo asistencial, pasando de un modelo voluntarista a uno más responsable"

P. ¿Puede concretar?
R. Se trata de evolucionar lo que ahora hace la Convocatoria de Intensificación, mejorando el encaje entre actividad asistencial e investigadora. No es bueno dejarlo al albur de las circunstancias. La idea es, dentro de la financiación de un proyecto de investigación logrado por un clínico, y no como parte de un programa global de recursos humanos, crear la posibilidad de contratar personal clínico que haga parte de la labor asistencial del médico que investiga. Esto ya sucede con la Convocatoria de Intensificación, pero la mejora ayudará a los médicos e investigadores jóvenes, que podrán contar con ayuda asistencial como ahora hacen los senior.

P. El Instituto cuenta para 2016 con un presupuesto ligeramente inferior al del año pasado. ¿Por qué?
R. No es una pérdida de fondos. De hecho, ganamos dinero para infraestructuras, para el nuevo edificio del Centro Nacional de Microbiología. Los números indican un presupuesto algo menor porque dejaremos de tramitar ciertos convenios, como con el Plan de Calidad del SNS y con las agencias de evaluación. Lo hará directamente el Ministerio de Sanidad.

P.Colaboración público-privada. ¿Cómo impulsarla en el SNS?
R.El punto de arranque es la labor de los Institutos de Investigación Sanitaria (IIS). Son, y lo serán más, capaces de generar cultura de investigación traslacional, producir excelencia y mejorar retornos económicos en Europa, pero también de innovar y, en último término, de hacer alianzas con la empresa. Pero no es sólo eso: hay que explicitar y visibilizar ese modelo. La industria debe saber que los hospitales le interesan, que pueden ser motor de atracción empresarial.

"Debemos medir el impacto socioeconómico de la investigación en salud"

Jesús Fernández Crespo tiene dos espejos recurrentes en los que se mira: los homólogos en Estados Unidos y el Reino Unido del Instituto de Salud Carlos III. En el caso estadounidense, los Institutos Nacionales para la Investigación en Salud disponen de un sistema de medición que evalúa el impacto de la I+D+i biosanitaria en el empleo y actividad económica. La idea es que el SNS se beneficie de algo similar. "Una de mis preocupaciones es ocuparnos más de esta cuestión", admite Fernández Crespo. Quiere conocer mejor los resultados de la I+D+i sobre la salud y el bienestar, pero también sobre la economía. Ver su peso en el PIB y su influencia sobre la creación y mantenimiento de empleo son dos de los retos: evaluación socioeconómica, en dos palabras.