'ESTUDIO ROAMER', COORDINADO POR ESPAÑA
Un estudio europeo pide triplicar fondos para investigar en salud mental
Para que los fondos destinados a investigar sobre salud mental se equiparen con la carga socioeconómica de estas patologías en los sistemas sanitarios, la financiación debería al menos triplicarse, según concluye un estudio europeo coordinado por España.
José A. Plaza | 23/09/2015 11:35
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Seis áreas básicas para que la ciencia y los sistemas sanitarios puedan abordar la salud mental en Europa. Esto es lo que propone del estudio Roamer, coordinado desde España y cuyas conclusiones, en forma de hoja de ruta, se publican hoy en Lancet Psychiatry (lea el estudio completo). La principal petición es muy clara: más dinero. La financiación en investigación "necesitaría al menos triplicarse para que se corresponda con la carga que suponen las enfermedades mentales".
El Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), que depende del Instituto de Salud Carlos III, ha coordinado el trabajo, en el que han participado más de mil investigadores, clínicos, gestores y pacientes. La idea que propone es fácil, aunque sólo en teoría: mejorar la atención a la salud mental, aumentando la financiación destinada a este ámbito para lograr ahorros a medio-largo plazo.
- España destina el 5,6 por ciento del total de fondos de investigación a la salud mental, que es responsable de un 12 por de la discapacidad totall
Los autores del trabajo creen que el aumento de los costes sanitarios y los continuos avances científicos "justifican la necesidad de promover un aumento de la investigación en salud mental". Calculan que los trastornos mentales en Europa costaron en 2010 unos 461.000 millones de euros, excuyendo los costes asociados de la demencia.
En su opinión, pese a su peso clínico y social, la salud mental "recibe un porcentaje muy pequeño de financiación para investigación". El estudio señala que los trastornos mentales causan en España un 12 por de la discapacidad total, un porcentaje que, auguran, seguirá aumentando. Pese a ello, denuncian que España sólo destina el 5,6 por ciento del presupuesto de investigación en salud a patologías mentales.
Las seis prioridades son las siguientes:
-Prevención de los trastornos mentales, promoción de la salud mental y atención a las personas jóvenes. Los investigadores calculan que el retorno estimado de la inversión de un euro en la detección precoz supondría un beneficio que podría superar los 10 euros. Si esta inversión se realizara en la prevención, el retorno sería de 18 euros, y rozaría los 84 euros euros si se hiciera en promoción de la salud mental.
-Buscar los mecanismos causales de los trastornos mentales. Reducir la comorbilidad es fundamental; los autores ponen el ejemplo de la la depresión que cursa con asma, que aumentaría el coste sanitario en un 140 por ciento. Según concluyen, reducir o eliminar costes sanitarios sustanciales asociados a la comorbilidad ahorraría sobremanera, reduciendo porcentajes como el 17-46 por ciento más de gasto medio añadido en depresiones que cursan con otro trastorno.
-Creación de colaboraciones internacionales y redes de investigación en salud mental. El estudio dice que la falta de coordinación de iniciativas nacionales y europeas impide poner en común y compartir las bases de datos. Desarrollarlas y potenciarlas aumentaría su alcance y rentabilidad con el tiempo.
-Desarrollo e implementación de intervenciones novedosas y mejores para la salud mental y el bienestar. Los investigadores ponen el ejemplo de las posibilidades que tiene internet para probar la eficacia de intervenciones psicoterapéuticas on line, que podrían desarrollarse en centros de salud a través de internet como versiones automatizadas de tratamientos psicológicos estándar, por ejemplo, en atención primaria. La consecuencia, más coste-efectividad.
-Reducción del estigma y facilitación del empoderamiento de los usuarios de servicios y sus cuidadores. Las desigualdades socioeconómicas contribuyen a la carga de discapacidad, pero no son aspectos normalmente considerados, denuncian los autores. Reduciendo estas cargas se minimizarían los costes, añaden.
-Investigación en sistemas sanitarios y sociales. Investigar el impacto de las diferencias entre países y regiones en la organización y en la forma en que los sistemas de salud proporcionan sus servicios es imprescindible. Estudiar "diferentes decisiones políticas sobre la atención sanitaria y social que afectan a la salud" permitirá desarrollar acciones más basadas en la evidencia y un abordaje más homogeneo.
Hablan los autores
Josep Maria Haro es coordinador del estudio Roamer, investigador del Cibersam y director de la unidad de investigación del Parque Sanitario San Juan de Dios. Señala que las seis prioridades de investigación establecidas "pueden ser resueltas en los próximos 5-10 años si se cuenta con una inversión en investigación suficiente". Til Wykes, investigadora principal del Roamer en el King's College de Londres, se alinea con su opinión y cree que "los gobiernos europeos deberían prestar más atención y escuchar. Los países invierten sólo una parte de lo que se necesita en la investigación en salud mental, mientras el impacto de los trastornos mentales aumenta. José Luis Ayuso-Mateos, investigador principal del proyecto en el Cibersam y director del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid, añade que sólo hay una vía de mejora: "Apostar decididamente por la inversión en la investigación en salud mental para aliviar la gran carga que suponen los trastornos mentales en Europa".
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