lunes, 4 de abril de 2011

“¿Merece la pena poner en riesgo un sistema sanitario equitativo y eficaz por el copago”, se pregunta Fernando Lamata, que contesta con un claro “no” :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

“¿Merece la pena poner en riesgo un sistema sanitario equitativo y eficaz por el copago”, se pregunta Fernando Lamata, que contesta con un claro “no”

Redacción

El consejero de Salud y Bienestar Social de Castilla-La Mancha incide, en un artículo de opinión, en que “una vez superada la crisis, será necesario replantearnos el modelo de financiación”, y pide que se incremente en los próximos años en un punto el PIB para el SNS




Toledo (5-4-11).- “¿Merece la pena poner en riesgo, por la conciencia del gasto que supondría introducir el copago sanitario, poner en riesgo un sistema equitativo y eficaz?”, se pregunta, en un artículo de opinión titulado con la respuesta a esta pregunta, ‘Copago, no’ el consejero de Salud y Bienestar Social de la Junta de Castilla-La Mancha, Fernando Lamata. En el artículo, que se puede consultar en la página web de la Consejería castellano-manchega, Lamata incide en que “en los próximos años, una vez superada la crisis, será necesario replantearnos el modelo de financiación, ya que desde mi punto de vista es más positivo establecer una aportación finalista por vía fiscal, a medio plazo” y en que el PIB español destinado a Sanidad debe crecer en un punto.

Fernando Lamata recuerda que desde hace tiempo “las corrientes privatizadoras de la Sanidad abogan por reducir prestaciones o ampliar el copago porque dicen que el gasto sanitario es insostenible y está descontrolado”. “No es un argumento nuevo, ni una idea novedosa, simplemente se amplifica por sus portavoces cuando una crisis golpea las arcas públicas y la capacidad del Estado para financiar el sistema sanitario se resiente. Pasó a principios de los ochenta, cuya crisis económica viví como responsable del Insalud en Madrid, y ahora también, aunque esta vez me ha tocado como responsable de la política de salud y bienestar social de Castilla-La Mancha”, señala.

“Pero ese análisis de los ideólogos de la necesidad de una Sanidad privada fuerte frente a una pública subsidiaria para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario no se ajusta a la realidad, ya que el crecimiento histórico de la inversión pública en Sanidad en España y en Europa han pasado fases de expansión y de estabilización, pero siempre de manera controlada, no como en Estados Unidos, donde con una cobertura mayoritariamente privada su gasto sanitario es ineficiente y superior al europeo”, explica este experto en gestión sanitaria.

Lamata incide en que la Sanidad española “es una de las más eficientes del mundo, porque con una inversión sanitaria con respecto a su Producto Interior Bruto por debajo de otros países de su entorno, sus indicadores de salud están a la cabeza de la tabla mundial”, y también en que “el copago no es la solución para resolver el problema que pueda haber de financiación del SNS. En los estudios que se han hecho sobre el copago, con análisis comparados entre países, se ha observado que tiene una función recaudatoria escasa y un factor de reducción de consumo también escaso”.

“Mientras que ahora la Sanidad Pública se financia por impuestos en función de la renta de cada uno y que es accesible a todos por igual, el copago pretende financiar la Sanidad a través de los enfermos, pagando cada uno lo que consume, y el que no pueda afrontar ese gasto no podrá utilizar los servicios sanitarios que requiera. El copago provoca que las personas de renta media y baja no puedan acudir a la Sanidad como hasta ahora, en condiciones de igualdad”, añade.

Perjudicar a los más necesitados

Como quiera que “quienes más necesitan ir al médico o al hospital son las personas mayores, las personas con discapacidad o con enfermedades crónicas”, “exigir a estas personas un pago por la utilización de servicios o para ser atendidas por los médicos es penalizar a los más débiles, a los más frágiles. Sería injusto”, explica el consejero.


Para instaurar el copago, además, habría que crear una infraestructura de cajeros en toda la red de centros de salud y hospitales, “que probablemente costaría más que lo que se recaudase”, añade.

Si tuviera que elegir otras opciones para que el Estado recaude más dinero, Lamata insistiría “en una política mucho más firme contra el fraude fiscal, por ejemplo, que equivale a todo el gasto sanitario público español”, afirma. “Además, creo que han sido acertadas las medidas que adoptamos hace un año todos los consejeros de salud y la ministra del ramo en el seno del Consejo Interterritorial del SNS para contribuir al mantenimiento y consolidación de las prestaciones sanitarias mientras dure esta etapa de dificultades”, sostiene.

Fernando Lamata reitera su total confianza en la sostenibilidad del sistema público de salud, “ya que se fundamenta en la Constitución, que lo declara universal y garantiza su financiación pública”. Aunque advierte de que “el SNS tiene en este momento un gasto del 7 por ciento del PIB. Y esto, para la renta per capita española, es una proporción muy sostenible. Incluso tendríamos capacidad, sin distorsionar el conjunto de las políticas públicas y la iniciativa privada, para destinar un punto más de PIB a la Sanidad. Estoy convencido de que tenemos margen de crecimiento”, señala.

“Por eso, defiendo que en los próximos tres, cuatro o cinco años se debería incorporar ese punto más de PIB que necesitamos para mantener la calidad del sistema. Además, ello nos permitiría seguir la tendencia del conjunto de los países de la OCDE”, añade.

Finalmente, Lamata recuerda el impacto, insoportable, que supone para la economía de las familias una enfermedad grave. Y que “150 millones de personas se arruinan al año en el mundo por tener que hacer frente a gastos derivados de una enfermedad, algo que en España no ocurre”.

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