"La ética del hemodinamista es dar una información correcta y responsable, que incluya el % de reestenosis y las posibilidades reales de la cirugía"
Estudios de la máxima referencia internacional, así como las guías de práctica clínica, revelan sin lugar a dudas que en pacientes con múltiples arterias afectadas, en especial diabéticos, la cirugía es superior al stent. Nos encontramos ante un acto de responsabilidad médica y ética.
La cirugía cardíaca se ha convertido en uno de los puntales fundamentales del CHUAC(Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña), y en los últimos años se ha situado entre los tres mejores hospitales de España en cuanto a número de intervenciones. Este prestigio comenzó a fraguarse cuando, en el año 1990, ofrecieron a Alberto Juffe Stein la jefatura del Servicio de Cirugía Cardíaca y la dirección y puesta en marcha del Programa de Trasplantes Cardíacos. Sus objetivos eran claros: prestigiar la cirugía cardíaca en Galicia y poner al CHUAC en el mapa de Europa, desarrollar el Programa de Trasplantes, que ningún gallego tuviese que ir a operarse del corazón a otra comunidad autónoma, e introducir el sistema MIR en Galicia. En 1991 fue el responsable del primer trasplante cardíaco en la comunidad.
Fuertemente comprometido a estas alturas de su carrera profesional con la aplicación de las guías y procedimientos reconocidos internacionalmente, Juffe defiende a capa y espada la superioridad de la cirugía frente al stent y la necesidad de que el paciente esté debidamente informado y tenga tiempo para tomar la decisión. “La cirugía coronaria utilizando las arterias mamarias tiene un resultado excelente a largo plazo (10-20 años), porque se salta todas las obstrucciones arteriales, y el stent actúa solo en una obstrucción coronaria, aplastando la placa ateromatosa contra las paredes de la arteria, dejando otras lesiones menores distales sin solucionar. En el paciente urgente, en el infarto agudo de miocardio, no hay ninguna duda, internacionalmente está reconocido que la parcela es hemodinámica. El paciente electivo, sin embargo, que viene de su casa a hacerse un cateterismo, y son la mayoría, está descrito en las guías que tiene que tener tiempo suficiente. Viene a diagnosticarse, se va de alta, habla con su cardiólogo, le explica cuáles son las opciones y el paciente elige, sabiendo que va a vivir menos a los cinco años con el stent, si es un paciente que tiene los tres vasos coronarios involucrados, y especialmente si es diabético. Viven menos, tienen más infartos y tienen más reintervenciones. A excepción de los pacientes inestables, candidatos a ICP ad-hoc, el paciente debería disponer del tiempo suficiente, varios días si fuera necesario, entre el cateterismo diagnóstico y la intervención”.
En su opinión, el motivo por el cual la mayoría de pacientes acaba eligiendo un stent es porque busca un método menos agresivo con su cuerpo, ya que se coloca con un “pinchazo” en una arteria, y sin embargo en una cirugía hay que abrir. Pero se trata de decisiones basadas en una información insuficiente. “El enfermo va a la sala de hemodinámica para un diagnóstico y sale con cuatro stents. Muchas veces le preguntan al enfermo, al ver las lesiones, si quiere que le solucionen el problema ahora mismo, y lógicamente dice que sí. Pero no se les da toda la información en el caso de lesión de los tres vasos coronarios, especialmente a los diabéticos, sobre recurrencia de síntomas, infartos, mortalidad o la necesidad de otro procedimiento intervencionista, un nuevo stent. Todos estos eventos son estadísticamente significativos”.
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