TRIBUNA
La obsolescencia, un riesgo para la salud
La obsolescencia de la alta y media tecnología sanitaria en nuestro país ha tomado tintes alarmantes en los últimos años ante la dejadez que ha sufrido por parte de las administraciones, la falta de inversión y la mala gestión en la renovación de nuevos equipos.
Jesús L. Manzanares. Presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (Seeic). | 07/03/2016 00:00
La obsolescencia de la alta y media tecnología sanitaria en nuestro país ha tomado tintes alarmantes en los últimos años ante la dejadez que ha sufrido por parte de las administraciones, la falta de inversión y la mala gestión en la renovación de nuevos equipos.
El actual estado de la tecnología sanitaria dista mucho de ser óptima, una cuestión nada baladí, sobre todo, si se tiene en cuenta el papel que desarrolla en el diagnóstico precoz y tratamiento de prácticamente todas las enfermedades que se diagnostican diariamente en el SNS.
Los profesionales de la electromedicina clínica llevan años alertando de los riesgos que supone para la salud de los pacientes y para ellos mismos esta obsolescencia.
Los profesionales de la electromedicina clínica llevan años alertando de los riesgos que supone para la salud de los pacientes y para ellos mismos esta obsolescencia.
El más perjudicial para ambos está relacionado con el exceso de radiación, superior a la recomendada. Los profesionales también recuerdan la directiva europea 2013/59/Euratom, que obliga al control de estas dosis en centros sanitarios antes del 6 de febrero de 2018. Esta obsolescencia tecnológica supone más toxicidad en el organismo de los pacientes, pero también en el del personal sanitario que se ve expuesto durante horas a estos equipamientos.
A estos efectos se suma, además, una menor precisión de las unidades de diagnóstico si se compara con los nuevos equipos, que favorecen un diagnóstico más rápido y preciso y, por lo tanto, incrementan las posibilidades de curación del paciente, mejorando nuestro estado del bienestar.
El último informe elaborado por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica y la Universidad Francisco de Vitoria, publicado el pasado 4 de febrero con motivo del Día Mundial del Cáncer, estimaba que más de un tercio de los 248 equipos radiológicos son antiguos, una cifra que seguirá en aumento, alcanzando 7 de cada 10. Las cifras no engañan y los profesionales tampoco, y las consecuencias de esta situación supone un riesgo para la salud de los pacientes.
El último informe elaborado por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica y la Universidad Francisco de Vitoria, publicado el pasado 4 de febrero con motivo del Día Mundial del Cáncer, estimaba que más de un tercio de los 248 equipos radiológicos son antiguos, una cifra que seguirá en aumento, alcanzando 7 de cada 10. Las cifras no engañan y los profesionales tampoco, y las consecuencias de esta situación supone un riesgo para la salud de los pacientes.
Esta preocupación ha llevado a la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (Seeic) a unirse a la Fundación Tecnológica y Salud, impulsada por Fenin, para lanzar un llamamiento por el uso eficiente de la tecnología sanitaria con el fin último de mejorar la calidad asistencial y seguridad del paciente, así como de los recursos humanos, clínicos y asistenciales. Ese uso eficiente lleva implícita la renovación del parque tecnológico hospitalario. Sólo de esta forma se puede reducir el número de pruebas diagnósticas y aumentar la fiabilidad y mejora de los resultados.
Esta necesaria transformación, sin embargo, no debe realizarse sin una adecuada formación de profesionales especialistas en el sector, un colectivo cada vez más demandado por los hospitales, pero también de la industria tecnológica (fabricación, comercialización y servicio posventa) y empresas de asistencia técnica. Esta cuestión es tan necesaria como la propia renovación de los equipos. La integración de los profesionales de electromedicina en los cuadros de puestos de trabajo de los centros sanitarios públicos y privados como técnicos especialistas o superiores, ingenieros clínicos o biomédicos representa una necesidad, además de una apuesta de futuro por la calidad de la asistencia sanitaria que se presta al paciente en nuestro país.
En este sentido, celebro la puesta en marcha del Grado Superior en Electromedicina Clínica en varias comunidades autónomas en el ejercicio 2016/17, un título que aportará formación reglada y recursos humanos cualificados al sistema sanitario y que supondrá un antes y un después en la profesionalización del sector, mejorando la seguridad, calidad y mantenimiento de la tecnología sanitaria.
El gran reto se concentra, pues, en la apuesta por una transformación que permita abordar los nuevos desafíos que presenta el contexto nacional actual. El envejecimiento de la población, el incremento de la cronicidad y la necesidad creciente de cada vez más pruebas diagnósticas y tratamientos que necesiten de equipos altamente tecnológicos, obliga a preparar el sistema sanitario para un nuevo escenario en el que la tecnología tendrá aún un rol más protagonista si se quiere evitar el colapso del sistema.
En esta línea, la Seeic propone y exige una renovación urgente de la alta y media tecnología sanitaria por el bien de los pacientes, los profesionales y del propio sistema sanitario. Sólo de esta forma se garantizará una atención sanitaria segura, equitativa y de calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario