El jardín de un artífice de la estética con formas y volúmenes

Julio Millán Mateo dirige el Instituto de Cirugía Estética y Plástica en la Clínica Ruber. Ha desarrollado una de las técnicas de cirugía plástica mamaria más utilizadas y traslada su gusto por la proporcion y el equilibrio al jardín.

Sonia Moreno. Madrid | 07/10/2017 10:00

En este pequeño jardín, el cirujano Millán busca emular el estilo francés. (J. Millán)

El recorrido de Julio Millán por la medicina nace de una vocación temprana que le lleva a formarse en la reconstrucción oncológica, de la mano del profesor Rafael de la Plaza, en el Hospital Clínico de Madrid; también a incorporar a sus habilidades la microcirugía, cuando empezaba a despuntar en Italia, y finalmente, a la asistencia durante años de pacientes grandes quemados en el centro de la Cruz Roja. Toda esa experiencia desembocó en el Instituto de Cirugía Estética y Plástica que lleva su nombre, "donde han sido los propios pacientes quienes me han superespecializado", reconoce. Quizá por deformación profesional, Millán es además un gran aficionado a buscar la estética en los jardines.

PREGUNTA. ¿Cómo surgió su afición por la jardinería?
RESPUESTA. De hace tiempo. En realidad, siempre ha primado en mí tener una casa con un jardincito a vivir en un piso en el centro. Me gusta tener un jardín del que pueda ocuparme. No sé si en ello ha influido el hecho de que mi abuela tenía un membrillo en su casa; recuerdo de pequeño ver cómo lo cuidaba y lo que disfrutaba con los frutos que recogía.

En teoría, los cirujanos plásticos debemos ser perfeccionistas; yo además busco la naturalidad”

P. ¿Estilo inglés o francés?
R. El francés, sin duda. El jardín versallesco es mi favorito, porque soy muy ordenado. Prefiero dirigir los volúmenes y guardar las proporciones. En mi jardincito verás mucho arbusto, boj y árboles como el alcornoque y la encina, que para mí son la aristocracia de la vegetación, porque no pierden la hoja en invierno. Así, el jardín se mantiene verde en todas las estaciones.

P. Lo de dirigir la naturaleza, puede verse como una deformación profesional...
R. Teóricamente, los cirujanos plásticos debemos ser perfeccionistas. Un jardín exige mucha dedicación y fijarse en el detalle. Cuando estoy en el mío y veo que se desordena una planta, intento que vuelva al equilibrio.

El jardín versallesco es mi estilo favorito; en el mío predominan los boj y los árboles de hoja perenne”

P. De hecho, en el plano profesional, por esa búsqueda de la naturalidad desarrolló una técnica, ahora muy utilizada.
R. En la década de 1990, buscando esa naturalidad, desarrollamos el concepto de descenso asimétrico del surco submamario en mamoplastia de aumento, definido con base en nuestra práctica habitual para el empleo de prótesis de gel de silicona redondas, con vía de acceso periareolar inferior, en el plano submuscular, pero perfectamente extrapolable al empleo de cualquier otro tipo de implantes y técnicas quirúrgicas. Publicamos la descripción de nuestra técnica y casuística en varias revistas de la especialidad internacionales y ahora ya nadie se plantea un aumento mamario sin descender el surco. Así se ha contribuido a que un porcentaje mayor de aumentos mamarios sea más natural y estético.

P. Ha formado parte del equipo médico que trató en España a Shalini Yadav, la paciente india con ictiosis laminar. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
R. Ha sido muy enriquecedor contribuir a mejorar en algo la vida de esta niña.