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ESPAÑA
recursos humanos sanitarios escasos
Quien tiene un médico tiene un tesoro
En Europa trabajan 2.877.344 médicos y enfermeros. En África, sólo 174.500. Más de 50 países del interior del continente negro están en situación crítica: tienen recursos humanos sanitarios en números rojos, a pesar de que entre sus fronteras se cobija el 25 por ciento de la carga mundial de enfermedades. Occidente se ha pasado años haciendo campañas para ayudar a curar patologías emergentes y se ha olvidado de que los pacientes siguen en la sala de espera si no hay médicos. El oscuro agujero de la falta de atención sigue vivo y coleando.


Álvaro Sánchez León - Jueves, 17 de Febrero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.


Ayudar a otros países es una responsabilidad social y una tarea complicada, porque dar no es siempre el tratamiento más rentable. No es lo mismo curar la malaria en Malawi que curar el sistema sanitario de Malawi construyendo el futuro, aunque quizás eso impida hacerse una foto con un negrito para venderla a la prensa. Reconstruir el mundo sin altanerías y sin altavoces y hacerlo en la dirección adecuada es mucho más que llevar a África las huchas del Domund. El verdadero problema sanitario de muchos países del mundo es que tienen muy pocos médicos autóctonos, y algunos hacen las maletas hacia Occidente dejando atrás un panorama desolador: cerca de mil millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud. Así lo refleja el informe sobre La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria elaborado conjuntamente por Prosalus, Medicus Mundi y Médicos del Mundo.

En 2009 el mayor peso relativo de la cooperación sanitaria española (478 millones de euros, el 10,5 por ciento de toda la ayuda oficial al desarrollo) se destinó a enfermedades de transmisión sexual (23 por ciento de toda la ayuda oficial al desarrollo) y a la política sanitaria y gestión administrativa (22 por ciento). Las organizaciones que han dado a luz este documento con los pies en el suelo creen que la cooperación española en el sector salud debe orientar sus opciones estratégicas hacia la atención primaria y el fortalecimiento de los sistemas públicos de salud prestando más atención a algunos capítulos "huérfanos de ayuda", como la educación sanitaria y la formación de personal en los países de origen, una partida a la que España dedica menos del 2 por ciento del monto solidario total. Tiritas superficiales mientras la procesión va por dentro.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuidados en salud sólo se pueden dar si existe una relación entre personas, en este caso, entre el personal sanitario y la población. Los recursos humanos sanitarios disponibles en un país son un indicador clave de su capacidad para proveer servicios sanitarios, y ese debe ser el foco, según las ONG más pegadas al terreno, al que deben dirigiese los esfuerzos, ya que no hay nada más desolador que remar con sensación de avanzar... y navegar en dirección contraria. Dentro de la gran cantidad de retos que tienen que afrontar los sistemas sanitarios de todo el mundo, "el disponer de trabajadores de salud bien capacitados y en número suficiente es uno de los que más preocupan actualmente a la comunidad internacional", resalta Carlos Mediano, médico y vicepresidente de Medicus Mundi Internacional.

En Europa hay 2.877.344 médicos y enfermeros. En África la cifra cae por el despeñadero hasta los 174.510, una media de poco más de 2 por cada 10.000 habitantes. Otro dato que radiografía la enfermedad: el 30 por ciento de los médicos de Ghana trabajan fuera de su país.

Deberes para todos

La OMS considera que todos los actores implicados en la migración de personal sanitario han de esforzarse para aportar soluciones. A los países exportadores les exige proteger y mejorar el trato a sus trabajadores y formar profesionales especialmente para puestos en zonas rurales, sin olvidar los esfuerzos necesarios para facilitar el retorno de los facultativos que han abandonado el sistema. A los países importadores les reclama favorecer que reduzcan la dependencia de médicos migrantes formando a más trabajadores en sus propias facultades, establecer acuerdos bilaterales con los países exportadores destinados a suavizar el impacto financiero de la migración y hacer políticas responsables de reclutamiento y buen trato a los profesionales que llegan desde fuera.

La OMS, tarde, como todos los que tienen competencias sobre la planificación de recursos humanos sanitarios, aprobó el año pasado un Código Voluntario de Reclutamiento Internacional de Personal Sanitario en el que se establecen ciertos criterios éticos para cruzar la frontera. Entre otras cosas, reivindica que todos los países tengan planes propios que limiten la migración de recursos humanos, que se promueva la migración circular del personal, que exista una equidad legal entre los facultativos nacionales y foráneos y que se tenga en cuenta la situación del país al contratar. En el pasado examen MIR 61 licenciados haitianos optaron a una plaza de residencia. España, que exporta e importa sin complejos, debe hacer examen de conciencia.



Especialista en ayudar

Carlos Mediano es el vicepresidente de Medicus Mundi Internacional. Cuando terminó la carrera, este médico zaragozano tenía claro que su especialidad era la cooperación en salud. Cambió el MIR por el trabajo de campo sin pensar demasiado en su carrera profesional. Su primer contrato le llevó hasta la selva de Camerún. Allí le tocó hacer el traspaso de poderes: los médicos de fuera dejaban un hospital en manos autóctonas. Pasó por la frontera de Kenya y Somalia para Médicos Sin Fronteras. La práctica era prioritaria, pero un máster en Salud Pública le ayudó a formarse mejor para estar más disponible. Desde sus primeras consultas a campo a través, Mediano ha participado en decenas de proyectos. Ahora se dedica más a la investigación y a la evaluación, la asignatura pendiente, en su opinión, de muchos buenos deseos. Trabaja para preparar a los médicos del mañana de países con un futuro negro. ¿Podría España contribuir de verdad formando a médicos especialistas en cooperación sanitaria?

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