“La atención domiciliaria seguramente llegará donde no llega la asistencia socio-sanitaria y tendrá que ser costeada por los pacientes”, según Fidel Rodríguez, vocal del CGE
Silvia C.Carpallo
Fidel Rodríguez, vocal del Consejo General de Enfermería de España, valora la prestación actual de los servicios de atención domiciliaria, y el futuro de este sector, tanto como un servicio socio-sanitario necesario para una población envejecida, como una opción laboral, aun en escaso auge para los profesionales de la enfermería en España
Madrid (26/28-2-11).- Algunas empresas privadas comienzan a ver la atención domiciliaria como una opción de futuro y como un servicio que podría resultar complementario a la asistencia sanitaria convencional, y la tecnología home-care como una buena inversión a no tan largo plazo. Sin embargo, desde los sectores profesionales, la atención domiciliaria no tiene aún una gran repercusión. Fidel Rodríguez, vocal de la especialidad en Enfermería Familiar y Comunitaria, del Consejo General de Enfermería de España, habla en exclusiva con EL MÉDICO INTERACTIVO para aportar la visión de la enfermería sobre las perspectivas de la atención domiciliaria.
“La atención domiciliaria, la gestionan los servicios de salud, de las distintas Comunidades Autónomas, mediante programas y protocolos específicos. Esto se suele hacer a través del personal de los equipos de atención primaria”, explica el experto, contextualizando como es el funcionamiento de este servicio actualmente desde el Sistema Nacional de Salud. Igualmente, continúa explicando cuál es el protocolo de actuación descrito para esta asistencia sanitaria. “El protocolo pasa por diversos puntos, en primer lugar la valoración integral de las necesidades del paciente, incluyendo las causas de su inmovilización; a continuación por un establecimiento de un plan de cuidados, médicos y de enfermería, que incluya medidas preventivas, instrucciones para el correcto seguimiento del tratamiento, recomendaciones higiénico-dietéticas, control de los síntomas y cuidados generales, así como la coordinación con los servicios sociales; también por el acceso a los exámenes y procedimientos diagnósticos no realizables en el domicilio del paciente, además de tanto el tratamiento como el seguimiento de los tratamientos o procedimientos terapéuticos que necesite el paciente y, por último, por la información y el asesoramiento a las personas vinculadas al paciente, especialmente al cuidador/a principal”.
Pese a lo extenso de este protocolo, Fidel Rodríguez resume la labor de la enfermera domiciliaria, explicando que “principalmente realizará las labores técnicas sobre curas, tratamientos o procedimientos terapéuticos de los que no se pueda hacer cargo el paciente o cuidador principal, del que también debe estar pendiente”. Igualmente, insiste en que los pacientes a los que va destinado este servicio, “que suelen ser las personas mayores, discapacitados y personas que requieren atención paliativa, como por ejemplo los enfermos terminales”.
Aún con pocas perspectivas para la enfermería
Según el vocal del Consejo General de Enfermería de España, las cifras que se manejan de pacientes atendidos por servicios de atención domiciliaria dentro del SNS es apenas de entre 2 a 3 pacientes de entre 1000 habitantes. Aunque el progresivo y continuado envejecimiento poblacional, puede llegar a variar estas cifras, Rodríguez opina que aún no puede verse como un posible servicio complementario del SNS, “no creo que pueda verse así todavía, pero seguramente llegará a donde no llegue la asistencia socio-sanitaria y tendrá que ser costeado por los familiares o pacientes”. Sobre si actualmente estos servicios son una opción laboral para las enfermeras españolas, el experto declara que “actualmente la oferta laboral es muy baja ya que se presta a través del SNS. La mayor oferta está en los puestos en residencias de personas mayores donde existen grupos de empresa que comienzan a ofertar este tipo de servicios”. Pese a ello, admite que la atención domiciliaria “tiene una gran relevancia, sobre todo en el sector público y todavía tiene mucho recorrido, además de un gran espacio para desarrollar e innovar”.
Estos servicios están empezando a tener más repercusión en países como Reino Unido, destino siempre presente para las enfermeras españolas. Fidel Rodríguez explica que en este país “son las autoridades locales las que se encargan de prestar esta asistencia que contratan por bloques a proveedores independientes. Para la contratación reciben vía impuestos del gobierno central los fondos para esos pagos, donde, en concreto, supone algo más 25 por ciento de la financiación, aunque también existe un copago”. Sobre si este modelo podría ser exportable a España, el experto en Enfermería Familiar y Comunitaria responde negativamente, ya que “nuestro modelo está orientado a que el sector público se haga cargo de esta asistencia”.
Por último, y a raíz de la necesidad de que las enfermeras reciban una formación adaptada a estos servicios, Rodríguez concluye que “actualmente las enfermeras que ejercen en atención primaria están preparadas para este tipo de asistencia, pero con la especialización en Enfermería Familiar y Comunitaria se abre un nuevo campo más específico y que asumirá nuevos y mejores cuidados”.
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viernes, 25 de febrero de 2011
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