La poliposis nasal afecta a hasta el 5 por ciento de la población, según el Proyecto POLINA, el primer documento de consenso sobre esta enfermedad
Redacción
“Eso nos permitirá valorar la existencia de enfermedades asociadas que permita un abordaje integral desde el concepto de vía respiratoria única”, afirma el Dr. Adolfo Sarandeses, presidente de la Comisión de Rinología y Alergia de SEORL, y uno de los impulsores del proyecto
Madrid (26/28-2-11).- La necesidad de abordar la poliposis nasal desde las distintas especialidades médicas implicadas en el tratamiento de esta enfermedad es una de las principales razones por la que fue ideado el Proyecto POLINA, el primer documento de consenso sobre esta dolencia que ha sido presentado por las sociedades científicas SEORL (Sociedad Española de Otorrinolaringología) y SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica), en colaboración con MSD. “Eso nos permitirá valorar la existencia de enfermedades asociadas que permita un abordaje integral desde el concepto de vía respiratoria única”, afirma el Dr. Adolfo Sarandeses, presidente de la Comisión de Rinología y Alergia de SEORL, y uno de los impulsores del proyecto.
Este documento de consenso pretende plasmar por primera vez en una guía práctica de fácil lectura los conocimientos actuales y formular recomendaciones en relación al diagnóstico y al manejo de la poliposis nasal (PN). Es decir, “dar uniformidad al diagnóstico, al tratamiento médico y quirúrgico, y todo ello basado en las pruebas y evidencias actuales de las diferentes publicaciones que existen”, como explica el Dr. Antonio Valero, Coordinador del Comité de Rinoconjuntivitis de SEAIC y otro de los impulsores del documento.
Una buena historia clínica es esencial, puesto que es un punto clave en el diagnóstico, en la valoración de los síntomas y de la gravedad, en la afectación de la calidad de vida, en el establecimiento del tratamiento, respuesta al mismo y en la determinación de enfermedades asociadas. Entre los principales síntomas de PN se encuentran la secreción nasal anterior y posterior, dolor facial, pérdida de olfato y obstrucción nasal. En referencia a las enfermedades asociadas a la PN, el Dr. Valero menciona que la poliposis nasal “se asocia con cierta frecuencia al asma y a la intolerancia a antiinflamatorios no esteroideos (AINE)”.
La poliposis nasal afecta mucho a la calidad de vida, especialmente a los pacientes con PN grave. Estudios recogidos en el documento demuestran que su calidad de vida es peor que la de la población general española, y aquellos pacientes que junto con la poliposis nasal padecen asma, tienen una calidad de vida aún peor. La rinitis y el asma en estos pacientes son factores que frecuentemente se asocian a formas graves de PN, lo que contribuye a un mayor deterioro de la calidad de vida. Por ello, es importante un correcto diagnóstico para mejorar la probabilidad de éxito del tratamiento de la enfermedad. “La poliposis nasal se produce con mayor frecuencia en pacientes con asma y muy especialmente en aquellos con asma y alergia a la aspirina”, explica el Dr. Sarandeses, “si bien existe la sospecha clínica de su asociación con la alergia, la relación entre ambas no ha sido suficientemente demostrada”. Aun así, el documento recoge que la hiperreactividad bronquial y el asma son frecuentes (21-48%) en pacientes con poliposis nasal.
La obstrucción nasal es otro de los síntomas que afectan a la calidad de vida. “Cuando la obstrucción nasal es muy importante, los pacientes respiran por la boca, por lo que no duermen bien y esto incide en la calidad de vida”, asegura el Dr. Valero. La PN puede tener un impacto negativo en el ámbito laboral y escolar, ya que “puede causar bajas laborales y escolares, además de influir en el rendimiento”.
Pero el síntoma que mejor se correlaciona con un diagnóstico preciso de PN y con su gravedad, es la pérdida total o parcial del olfato. El Dr. Valero subraya que en estos casos “los pacientes pierden olfato y por tanto pierden el sabor por los alimentos”.
Dentro de las conclusiones que se recogen respecto al diagnóstico, el Consenso POLINA detecta la necesidad de marcar criterios acerca de cuándo se debe sospechar una PN y cuándo se debe remitir al otorrinolaringólogo y cuándo al alergólogo para evaluar si hay algún componente alérgico. Es decir, controlar el flujo de pacientes desde atención primaria a las dos especialidades involucradas. Además, “la endoscopia nasal es la prueba diagnóstica de elección de esta patología”, como señala el Dr. Sarandeses.
En cuanto a las necesidades que el documento encuentra con respecto a la investigación pendiente en esta área, destaca el conocer la prevalencia exacta de la PN, el papel de las infecciones en la fisiopatología de la poliposis o el papel de la sensibilización a alergenos. Además, el Dr. Sarandeses añade que “entre las necesidades de investigación de la PN se encuentra identificar el método más idóneo para evaluar la intensidad, gravedad y duración de los síntomas en esta enfermedad”.
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