miércoles, 22 de julio de 2009

USA - cómo brindar cobertura de salud a 46 millones de excluidos...



Diariomedico.com
ESPAÑA
REFORMA SANITARIA
Cómo dar cobertura a 46 millones de personas

El Congreso norteamericano ha aprobado ya el primer borrador de propuestas para extender la cobertura sanitaria a los casi 46 millones de estadounidenses que carecen de ella. Entre las propuestas está la exigencia a las empresas, bajo riesgo de multa, de ofrecer un seguro a sus empleados. La iniciativa, todavía no avalada por el presidente Obama, que más polémica ha despertado es la posibilidad de creación de una gran aseguradora pública. La Administración negocia además el compromiso de las empresas del sector con la reforma.

L.G.I. - Miércoles, 22 de Julio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. Los borradores de reforma contemplan multas a las empresas que no ofrezcan seguro a sus empleados y recorte de costes en los programas públicos
2. Los laboratorios darán 80.000 millones de dólares en la próxima década para tapar la falta de cobertura temporal en la que caen los pensionistas

Hace ya algunos años que se filtró a la prensa la historia de Dave Robertson, un farmacéutico afincado en la frontera de Canadá con Estados Unidos que en tan sólo unos meses había pasado de regentar una modesta botica rural a levantar un imperio de 6.000 metros cuadrados y 150 empleados. Su éxito tenía poco que ver con las buenas dotes de gestión y mucho con el peregrinaje de estadounidenses en busca de fármacos un 40% más baratos que los que podían adquirir en su país.

La historia de Robertson, todavía en los albores del Yes we can, fue sólo el principio de una intensa campaña dispuesta a sacar a relucir las debilidades del sistema sanitario estadounidense. Con la tasa más baja de cobertura sanitaria (84,7%) de los treinta países más grandes de la OCDE, no hizo falta esperar al siempre oportuno documental de denuncia de Michael Moore; la población estadounidense dio el sí a Obama para reformar la sanidad y extender la cobertura a los 45,7 millones de norteamericanos que actualmente carecen de ella.

Y no sólo a eso, sino a reformar un sistema sanitario basado en seguros privados que, según los datos de la consultora Deloitte consumen el 17% de los ingresos de las familias que sí tienen cobertura y que hacen sentir al 94% de la población estadounidense el temor a que los costes de la sanidad, llegado el caso, pongan en peligro la situación económica de sus hogares. No en vano las primas que se pagan a las aseguradoras estadounidenses se han duplicado desde el año 2000, mientras los ingresos de las familias estadounidenses han crecido sólo un 10%.

¿En qué consistirá la anunciada reforma de la sanidad estadounidense? La maquinaria Obama ha desvelado poco por el momento. El Congreso y el Senado norteamericanos han creado comisiones públicas para elaborar propuestas, los primeros borradores acaban de ver la luz y, aunque el presidente estadounidense se ha comprometido a afrontar la reforma este mismo año, la propuesta definitiva todavía no está sobre la mesa.

Hasta ahora, los borradores contemplan varias cuestiones clave: la obligación de las empresas, bajo pena de multa, de ofrecer un seguro sanitario a sus empleados; la extensión de la cobertura a los grupos de población que carecen actualmente de ella; la reducción de costes de los programas públicos de sanidad (Medicare, Medicaid, Veterans y Schip) y la posibilidad de creación de una gran aseguradora pública.

Según explica Ignacio Riesgo, socio de la consultora PwC, "en la reforma de la sanidad estadounidense sorprende que, pese a la crisis económica, Obama haya decidido proponerla como un asunto prioritario y de carácter urgente, pero también el carácter público que se está dando a las propuestas. Al revés que en la Administración Clinton, se han creado comisiones en el Congreso y el Senado con vocación de encontrar consenso y de no trabajar en la oscuridad". Con todo, para Riesgo "lo más trascendente en este momento es la posibilidad de crear una aseguradora pública".

En la reforma que se emprendió en Massachusetts, el estado norteamericano con mayor porcentaje de cobertura sanitaria, se hizo sin aseguradora pública y, aunque Obama todavía no ha detallado si optará por ella, la polémica ya ha surgido, por las pérdidas que un sistema de esas características supondría para algunas aseguradoras privadas y el riesgo de quiebra y de garantía de la cobertura de los ciudadanos cuyas aseguradoras quebraran.

Proveer de asistencia sanitaria a una población equivalente a toda la española entraña otros riesgos. Según los cálculos de PwC, una reforma de la sanidad semejante a la ya emprendida en Massachusetts podría suponer un fuerte desequilibrio inicial en el número de médicos, especialmente, en atención primaria, y la necesidad de subidas de impuestos para afrontar el coste anual de la reforma, que alcanzaría los 75.000 millones de dólares.

Programas públicos de asistencia sanitaria
En Estados Unidos el 15,3% de los ciudadanos (un colectivo equivalente a toda la población española) carece por completo de cobertura sanitaria. Esta desprotección es semejante a la que tenía España a principios de los años 80 y representa la tasa de cobertura sanitaria más baja de los treinta países más grandes de la OCDE. Entre la población que sí está asegurada, casi el 60% del total (59,3%) lo está a través de la empresa para las que trabaja.

El 8,9% cuenta con un seguro estrictamente privado y el 27,8% restante recibe asistencia sanitaria a través de alguno de los programas públicos. Estos programas públicos están destinados a los mayores de 65 años (Medicare), a personas de bajos ingresos y algunos tipos de discapacitados (Medicaid), a personal militar y excombatientes (Veterans) y a niños y sus familias, siempre que tengan ingresos superiores para optar al sistema Medicaid pero que cuenten con ingresos inferiores al doble del nivel de pobreza (Schip).

Para todos estos colectivos se cubren servicios de hospitalización, consultas, radiología y parte de el coste de los medicamentos.Cuando el seguro se recibe a través de la empresa para la que se trabaja, el empleado aporta entre el 16% y el 27% (dependiendo de si es cobertura personal o familiar) del coste total del seguro, lo que supone un desembolso importante, cercano el 17% de los ingresos anuales de las familias, a lo que hay que añadir los gastos de la prestación farmacéutica no cubierta.

Aliados
El presidente Obama no ha desvelado todavía qué aspectos del borrador de reforma aprobado por el Congreso estadounidense hace tan sólo unos días cuenta con su total beneplácito y qué otras cuestiones quedarán en el camino. Lo que sí parece claro es la voluntad de la Administración Obama de busca la complicidad de todos los agentes del sector.

Los grandes laboratorios farmacéuticos y las principales compañías de tecnología sanitaria se han reunido ya con el presidente y la reunión ha culminado con el compromiso de las empresas de aportar 80.000 millones de dólares (56.239 millones de euros) en la próxima década para ayudar a tapar el llamado agujero del donut.

En este agujero caen cada año cerca de cuatro millones de pensionistas acogidos al programa Medicare y supone para ellos un enorme esfuerzo: desembolsar el coste íntegro de sus fármacos una vez que el Gobierno ha financiado ya por ellos fármacos por valor de 2.250 dólares y hasta haber consumido medicamentos por valor total de 3.600 dólares, momento en el que saldrían del agujero del donut y recuperarían el derecho a la cobertura pública.

No hay comentarios: