RELEVANCIA DE LA INFORMACIÓN
Ante la 'tormenta perfecta': más crónicos, menos dinero y poca información evaluada
Expertos europeos que han elaborado un libro blanco para la sostenibilidad sanitaria coinciden en cuál es el camino: prevención, 'eSalud', paciente experto y reorganizar el circuito asistencial.
José A. Plaza. Bruselas | japlaza@unidadeditorial.es | 23/03/2015 00:00
Mary Baker, expresidenta del European Brain Council; Juan Jover, jefe de Reumatología del Hospital Clínico de Madrid y coautor del libro blanco; Vincenzo Atella, del Centro Internacional de Estudios Económicos y de la Universidad de Roma; Walter van Kuijen, presidente ejecutivo de Gobierno Global y Asuntos Públicos de Phillips; Mary Harney, exministra de Sanidad de Irlanda y presidenta del Grupo Europeo sobre Sostenibilidad en la Asistencia Sanitaria (ESG); Walter Ricciardi, coordinador del Libro Blanco sobre Asistencia Sanitaria Sostenible del ESG y profesor de Salud Pública en la Universidad Católica de Roma, y Pascale Richetta, vicepresidenta de Europa Occidental y Canadá de Abbvie, en la presentación de la jornada Camino hacia una sanidad sostenible, en Bruselas, en la que se presentó el libro blanco del ESG, la semana pasada. (José A. Plaza)
VISTA:
El libro blanco sobre sostenibilidad sanitaria en la UE, presentado el pasado jueves en Bruselas por el Grupo Director Europeo para una Asistencia Sanitaria Sostenible (ESG), con la colaboración de Abbvie y de Phillips -como contó diariomedico.com y su edición en Orbyt-, alberga varias ideas clave. La primera, en forma de tridente de actuación: prevención e intervención precoz, paciente activo y responsable y reorganización asistencial son las bases, según el documento, para el nuevo modelo sanitario que precisa la UE.
La segunda, que en este proceso son imprescindibles varias herramientas: comprensión y manejo de lo que supone envejecimiento y cronicidad; TIC y eSalud; más inversión pública en prevención y salud pública; una mayor y mejor evolución de las acciones; un traslado del foco asistencial del hospital a la comunidad (primaria y hogares); una mejor comunicación médico-paciente; una gestión eficiente de la prescripción de regímenes terapéuticos cada vez más complejos; la incorporación coste-efectividad de la innovación, y el abandono de modelos administrativos obsoletos y faltos de transparencia.
La tercera conclusión del ESG, iniciativa formada por políticos, clínicos, gestores, industria y pacientes, fue que el cambio es obligado y que va a ser muy complejo, notándose a medio plazo y alterando el statu quo de los sistemas sanitarios.
Inversión
Mary Harney, exministra de Salud de Irlanda y presidenta del ESG, explicó que no se trata de un trabajo individual de políticos, gestores, clínicos y pacientes, sino de una labor conjunta en la que todos los actores deben entenderse y colaborar.
Mary Harney, exministra de Salud de Irlanda y presidenta del ESG, explicó que no se trata de un trabajo individual de políticos, gestores, clínicos y pacientes, sino de una labor conjunta en la que todos los actores deben entenderse y colaborar.
Partió del clásico "en sanidad se invierte, no se gasta", y pidió la implicación de las políticas educativas para abordar el problema desde la base y mejorar prevención y autocuidado. Considera que los sistemas sanitarios manejan "muchos datos, pero poca información", y pidió "regularla, protegerla y compartirla". La UE debe crear mecanismos que incentiven este proceso y tener "más y mejores registros de pacientes crónicos", uniendo políticas ministeriales para que la promoción de la salud sobrevuele la labor de todos los Gobiernos.
Una relación más cercana y productiva entre hospital y atención primaria es fundamental, según Harney, que pidió potenciar la presencia de la eSalud y las TIC en el día a día de los sistemas sanitarios, en los que, tirando de otro clásico, "el paciente debe estar siempre en el centro de los procesos". Cambiar la salud y la sanidad "es difícil", por lo que los cambios no serán rápidos: "No se trata de tratar más, sino de actuar antes y de manera diferente, alterando la manera actual en la que se paga la sanidad y se invierte en ella".
Walter Ricciardi, coordinador del Libro Blanco sobre Asitencia Sanitaria Sotenible del ESG y profesor de Salud Pública en la Universidad Católica de Roma, apuntó que "la tormenta perfecta ya ha llegado, con más cronicidad y menos inversión", y pidió superar el debate teórico "y actuar ya, teniendo en cuenta que debemos compartir más prácticas en una UE con países muy diferentes, pero un objetivo común".
Sören Olaffson, coordinador de la Comisión de eSalud del Gobierno sueco, habló de la relevancia de la información y su manejo para mejorar la prevención, tratamiento y seguimiento asistencial. Según señaló, cualquier estrategia en eSalud debe basarse en una mayor implicación del paciente, un mayor apoyo para la implicación de los profesionales y una evaluación para comparar datos.
Michael Dixon, coordinador de la NHS Alliance y del College of Medicine, iniciativas ambas del Gobierno británico para una reforma asistencial, dijo que el camino hacia un paciente activo "se basa en una continua evolución, teniendo en cuenta que no todos los pacientes son iguales, y que las patologías los cambian". No se trata sólo de hacer pacientes más expertos, sino de consolidarlos en esa posición y facilitar que hagan uso de ella, algo que requiere de la intervención activa de políticos e instituciones y del protagonismo de "organizaciones locales centradas no en la política sanitaria, sino en la labor del usuario de la sanidad".
Universalidad
La potenciación de la salud pública es un pilar básico e insustituible, según explicó Martin McKee, del Grupo de Expertos en Salud Pública de la UE y de la London School of Hygiene and Tropical Medicine. En su opinión, la inversión en salud genera una importante mejora económica, "ya que devuelve 4 euros por cada euro invertido". Crítico con los modelos de exclusión sanitaria (se mostró contrario al modelo impuesto en España por el Real Decreto 16/2012, criticando pérdida de universalidad, en varios estudios publicados en The Lancet), considera que, "afortunadamente, muchos políticos de la UE aún comparten el espíritu de solidaridad social que siempre ha caracterizado a Europa, que genera equidad y universalidad".
La potenciación de la salud pública es un pilar básico e insustituible, según explicó Martin McKee, del Grupo de Expertos en Salud Pública de la UE y de la London School of Hygiene and Tropical Medicine. En su opinión, la inversión en salud genera una importante mejora económica, "ya que devuelve 4 euros por cada euro invertido". Crítico con los modelos de exclusión sanitaria (se mostró contrario al modelo impuesto en España por el Real Decreto 16/2012, criticando pérdida de universalidad, en varios estudios publicados en The Lancet), considera que, "afortunadamente, muchos políticos de la UE aún comparten el espíritu de solidaridad social que siempre ha caracterizado a Europa, que genera equidad y universalidad".
En su opinión, las soluciones específicas para una patología "no son soluciones", ya que las respuestas fragmentadas "dejan a gente excluida". Recalcó la idea de que "los sistemas europeos son sostenibles, pero matizó la necesidad de un cambio de mentalidad y de paradigma, lanzando varias preguntas al aire: "¿Queremos ayudarnos unos a otros y acoger a todos en lo sistemas sanitarios, y centrarnos en lo que funciona y dejar lo que no funciona? ¿Cómo prestamos una asistencia que cumpla las expectativas legítimas?".
Andriukaitis: "No se puede destruir el acceso a la sanidad"
La charla del comisario europeo de Salud, Vytenis Andriukaitis, fue uno de los platos fuertes de la jornada de presentación del libro blanco.
Pidió "vigilar el impacto de las reformas económicas estructurales en la salud pública" y, en el proceso de cambio sanitario que propugna el documento, "ser más grandes y ambiciosos hasta en las cosas pequeñas".
El futuro sanitario que busca para la UE cuenta con "más tecnología y mejor usada, con pacientes y sanitarios que sepan cómo relacionarse entre sí, y con equipos multidisciplinares".
La agenda de la Comisión Europea persigue más implicación en los sistemas sanitarios, más accesibilidad, capacidades propias de cada país para manejar los retos poblacionales e integración de los cuidados".
Tal y como Andriukaitis entiende la accesibilidad, este concepto debe manejar factores como cantidad de pacientes tratados, costes, relación con proveedores sanitarios, productividad y desarrollo profesional, conocimiento y evaluación de indicadores de cobertura, integración de sistemas de información... El comisario europeo parte de que hay recursos limitados, pero dijo que no hay más opción que "ser sostenibles y coste-efectivos, sin dejar de incorporar innovaciones". Sus últimas palabras fueron un alegato para la cobertura universal: "No se puede destruir el acceso a la sanidad; la gente no confiaría en la UE. Uno de los objetivos es crear trabajo y fortalecer los sistemas sanitarios: ¿Cómo vamos a hacerlo con modelos que no mejoren y promuevan la accesibilidad?".
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