lunes, 2 de marzo de 2015

'Charlas' sanitarias en un entorno seguro - DiarioMedico.com

'Charlas' sanitarias en un entorno seguro - DiarioMedico.com



REDES SOCIALES: IPPOK

'Charlas' sanitarias en un entorno seguro

Las sociedades pueden formar a facultativos y usuarios con las RRSS. Los médicos temen que la relación con el paciente se vea perjudicada. Las organizaciones dudan sobre cómo y dónde empezar y qué hacer.
Nuria Monsó. madrid | nuria.monso@unidadeditorial.es   |  02/03/2015 00:00
 
 

Ippokedada
Médicos y expertos de comunicación de 30 sociedades científicas aprendiendo sobre las ventajas de las redes sociales, la semana pasada. (José Luis Pindado)
La llamada web 2.0 es la que está basada en lo social, en compartir. Un entorno constructivo para fomentar la difusión del conocimiento científico, tanto entre profesionales como para los pacientes. No obstante, según se desprendió de la jornada "Sociedades científicas y redes sociales", organizada por Ippok, la red social de Diario Médico y Correo Farmacéutico y celebrada la semama pasada, aún hay organizaciones reticentes a estas plataformas, pues temen que pueda influir negativamente en la relación médico-paciente y dudan de la estrategia que deban seguir.
  • Hay cuatro barreras a la presencia de sanitarios en redes sociales: la falta de tiempo, miedo a dañar su reputación y exhibirse y la necesidad de confidencialidad
Según expuso Cristina Herrera, responsable de Contenidos y Marketing Social de Ippok, las redes sociales ofrecen muchas ventajas a las sociedades científicas: son un punto de encuentro entre profesionales, permiten que se generen grupos de trabajo en red (ahorrando en tiempo y costes) y contribuyen a la formación continuada y a generar debate. De cara a los pacientes, sirven de tarjeta de presentación, permiten compartir con la población documentos y consejos, estimulan el contacto directo con los usuarios y son útiles para abordar alertas y crisis sanitarias.
Cuidado con el paciente
Pero no todos los sanitarios ven los beneficios tan claros. Principalemente hay cuatro barreras: la falta de tiempo, miedo a exhibirse ante una audiencia muy amplia, la necesidad de confidencialidad de los datos sanitarios y el miedo a dañar su valor profesional.
Precisamente varios de los asistentes expusieron estas limitaciones durante el debate que tuvo lugar al final de la jornada. El mayor sería minar la confianza entre médico y paciente. Por ejemplo, uno de los usos de las redes sociales puede ser pedir ayuda a otros colegas con respecto a un diagnóstico o tratamiento. Estas consultas, además de servir de apoyo al médico, "pueden derivar en debates científicos muy interesantes", planteó Carlos Tejero, de la Sociedad de Neurología, pero, ¿y si damos datos suficientes como para que se pueda identificar de quién es esa radiografía que hemos compartido en Twitter? "Si el paciente lo descubre, ¿cómo influirá en la relación con su médico?", preguntó.
También se manifestaron dudas sobre si compartir información sanitaria no podría volverse en contra del facultativo. El lado negativo del paciente empoderado es el paciente que, creyéndose informado, "acude a la consulta con un diagnóstico en mente o exige al facultativo determinado tratamiento", expuso Francisco Bernabéu, de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular. Juan Bravo, de la Asociación Española de Pediatría, replicó que no estar en las redes sociales informando "es peor", y puso como ejemplo el movimiento antivacunas: "La sociedad científica tiene que estar en internet para contrarrestar esa información", argumentó. Otro miedo sería estar expuestos a las críticas públicas y a la posibilidad de que se suplante la identidad del médico.
En ese sentido, facultativos con más experiencia manifestaron que redes profesionales como Ippok, donde se exige el número de colegiado para registrarse, podían paliar esos problemas y contribuir a que el profesional se sintiera más seguro.
Estrategias
Otros portavoces de las sociedades manifestaron que se sentían muy desorientadas a la hora de plantear una buena estrategia en redes sociales y si el responsable necesita algún tipo de preparación.
Juan José Gómez, de la Sociedad Española de Cardiología, apuntó que no es necesario que el encargado sea un facultativo, "pero sí debe conocer la información que está manejando". En cualquier caso, recomendó que la persona "debe tener curiosidad por las redes sociales, no basta con abrirse un perfil, sino que hay que mantener la actividad a lo largo del tiempo y tiene que estar abierta a los comentarios que hagan otros compañeros".

Muchas plataformas para elegir según las necesidades

Según las necesidades, uno puede preferir una red social destinada a todo tipo de público, donde es más fácil difundir información sanitaria para la población general, o bien registrarse en una red de profesionales, un entorno más seguro donde poder intercambiar información sensible.
Durante la jornada "Sociedades científicas y redes sociales", organizada por Ippok, los médicos más experimentados recomendaron a sus compañeros evaluar las posibilidades que ofrece cada red social y elegir la que más se ajuste a las actividades que quiere desarrollar.
¿Cuál es la mejor red social para los sanitarios? Según votaron los asistentes a la jornada sería Twitter, que ganó por 16 votos frente a LinkedIn o redes profesionales como Ippok (empatadas con 12 votos), Facebook (11 votos) y YouTube (9 votos).
También las sociedades científicas parecen decantarse por esta plataforma, según un estudio de la Universidad de Vic, en Barcelona (ver página 16), ya que hasta 63 tendrían perfil en esta red social, mientras que 59 estarían en Facebook.
La preferencia contrastaría con la de Estados Unidos, donde, según una encuesta de MedData Group de julio del año pasado, sólo un 5 por ciento de los sanitarios tiene Twitter, mientras que el 32 por ciento tienen su currículum en LinkedIn, el 29 por ciento se han apuntado a alguna red profesional y el 21 por ciento preferiría Facebook.

No hay comentarios: