El CM de Sevilla advierte de que los cupos asignados a los médicos de AP sobrepasan la ratio de 1.500 pacientes
Sevilla (21-23/11/2015) - Redacción
A través de su Observatorio de la Sanidad, la institución colegial ha analizado algunos de los principales problemas de los profesionales de Atención Primaria de la provincia
El Colegio de Médicos de Sevilla, a través de la reciente puesta en marcha del Observatorio de la Sanidad, ha denunciado algunos de los problemas con los que se encuentran los profesionales de esta provincia. Se considera, entre otros aspectos, que los cupos asignados a los médicos se están alejando cada vez más de los cupos óptimos, establecidos en 1.200-1.300 TIS (Tarjeta Sanitaria Individual, que corresponde a un paciente), sobrepasando en muchas ocasiones la ratio de 1.500 pacientes/médico, establecida como máximo.
Según los datos recogidos por el Observatorio no se tienen en cuenta las TAES (Tarjetas Sanitarias Ajustadas por Edad) para ajuste de cupos; que permiten destinar más dedicación a la población añosa, dada la carga asistencia que supone este grupo de edad, a pesar del envejecimiento de la población. Se plantea la duda de que se esté contabilizando entre la población asignada a cada médico de Atención Primaria, a la población 'flotante' que se atiende (estudiantes, Erasmus, pacientes desplazados de su residencia habitual...).
El Observatorio, a demanda de los médicos, mantiene una reivindicación histórica la de los 10 minutos por paciente. Todas las recomendaciones de organismos independientes son claras en este punto y consideran que no se puede realizar atención de calidad en menos de 10 minutos por cita. Por el contrario, actualmente, se asegura se mantiene "a duras penas y con mucha dificultad agendas de cinco a siete minutos por paciente, tiempo claramente insuficiente".
Tal y como está planteada la AP no se tiene en cuenta que, el aumento de competencias por parte de este nivel asistencial y el envejecimiento de la población llena las consultas de pacientes pluripatológicos que precisan mucho más de diez minutos. A esto se añade el objetivo del SAS de demora cero, lo que significa que hay que tener cita para todo paciente que lo solicite en menos de 24 horas, con lo cual las agendas se ven claramente sobrepasadas. Como consecuencia, el tiempo para otras actividades, como, actividades preventivas, de educación para la salud, formativas y de investigación, es anecdótico.
En cuanto a la política de sustituciones cero por parte del SAS, conlleva que el paciente es asistido cada día por un médico distinto con el riesgo para su salud que ello conlleva y para el profesional que ve aumentada su tarea habitual ya saturada con reparto de pacientes que no conoce. Da igual el motivo: bajas largas, permisos reglamentarios, ausencias para cooperación internacional, cursos o actividades formativas...
Esta política, según ha podido constatar el Observatorio, genera demora en consultas, provoca aumento de 'consultas de urgencia' (al no tener cita para su médico) y acaba en disminución de tiempos por paciente ('listas sin límite') para evitar dicha demora, cerrándose así el círculo de deficiente asistencia. Y, aunque no es el problema principal, tampoco los profesionales reciben la remuneración establecida por ley por acumulo de cupo. Esta situación se agrava en el periodo estival o en periodos festivos (por Navidades) en el que se reducen las consultas y se llegan a cerrar los Centros de Salud por las tardes, y hay que repartir los cupos de los que disfrutan sus vacaciones entre los que permanecen abiertos.
En cuanto a la atención por parte del especialista se suele respetar, aunque no siempre, el plazo de garantía para que el paciente sea atendido en primera consulta por el especialista en menos de 60 días, pero a partir de ahí se demora la realización de las pruebas complementarias y las siguientes consultas para interpretación de las mismas, en muchos meses.
Ante esta situación de deterioro, el Observatorio de la Sanidad del CM de Sevilla considera que es consecuencia básicamente de la política de recorte de personal y la política economicista de la Sanidad. Todas estas circunstancias repercuten de forma muy negativa en la asistencia médica ofrecida en las consultas de Atención Primaria, con el consiguiente deterioro de la salud de la población y de la imagen del médico ante la sociedad.
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