Expertos denuncian una sobreevaluación de los fármacos a nivel autonómico
Sevilla (14-16/11/2015) - Silvia C. Carpallo
• Según el economista Álvaro Hidalgo, se calcula que 19 fármacos de uso hospitalario han tenido un total de 113 evaluaciones a nivel autonómico y de hospitales, lo que supone una barrera más al acceso de la innovación, pero sobre todo un problema de equidad
• Lo ha puesto de manifiesto en el marco del XXXVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) celebrado en Sevilla
La Farmacoeconomía también ha sido protagonista del XXXVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), y es que para hablar de nueva terapias o de nuevas formas de organización sanitaria los presupuestos siguen siendo un asunto fundamental. Siendo así, Álvaro Hidalgo, economista de la Universidad de Castilla-La Mancha, analizaba las repercusiones de la crisis en los presupuestos sanitarios de toda Europa, señalando que si bien no ha decrecido tanto el gasto sanitario, sí que lo ha hecho el gasto farmacéutico. Además, de forma paradigmática se observa cómo la tendencia general era que el gasto privado creciera en menor medida que el gasto público, sin embargo, "ahora en casi todos los países de la OCDE el gasto privado crece más rápido que el público".
Concentrándose en el caso español, Hidalgo señalaba que lo más llamativo es que "se ha producido una reducción del gasto sanitario per cápita en términos reales, cosa que no ha sucedido en otros países de la OCDE", cifrando este descenso en un 1,7 por ciento por año desde el comienzo de la crisis. Sin embargo, el experto puntualizaba que uno de los datos más preocupantes en este sentido era que "la diferencia entre la CC.AA. con mayor presupuesto y la que menos ha aumentado". Así, si en 2007 la diferencia entre Valencia, que era la autonomía con menor gasto per cápita, y País Vasco, que era la que más, era de cerca de 300 euros, actualmente, la diferente entre País Vasco que sigue en primera posición, con respecto a Andalucía, que es la que ocupa actualmente el último lugar, es de 500 euros, es decir "casi un 50 por ciento de diferencia entre una y otra".
Siendo así, el economista insistía en la importancia de "la eficiencia y la equidad del sistema", que también podía verse rota por lo que consideraba una posible "sobreevaluación de los fármacos a nivel autonómico". Y es que según sus datos, analizando el caso de 19 fármacos de uno hospitalario, se habían producido para los mismos un total de 113 evaluaciones a nivel autonómico y hospitalario.
Un marco ético para todos
El Congreso Nacional de la SEMI no sólo ha dado lugar para hablar de economía sino también de ética, y es que durante el mismo se ha presentado el "Marco Ético", un documento que recoge un conjunto de normas que deben guiar el comportamiento del médico internista, centradas en aspectos como el compañerismo, la búsqueda de la excelencia, la dedicación al paciente o el aprendizaje y la enseñada continuada. "El objetivo principal de este marco es que el médico internista no olvide cuál es el fin de su profesión, que no es otro que cuidar la salud del paciente y hacerlo de forma excelente, y para ello hay que informar bien al enfermo, dejarle decidir, estudiar, investigar... Todo orientado al cuidado de su salud. Existen otros bienes como la carrera profesional o el prestigio, pero todo debe quedar supeditado al cuidado de la salud de los pacientes", señalaba el doctor Benjamín Herreros, coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética de la SEMI.
Los posibles conflictos éticos dentro del campo de la medicina son variados e innumerables pero dentro de la actividad del internista están de plena actualidad los relacionados con el final de la vida (limitación de los esfuerzos terapéuticos, cuidados paliativos, enfermos en estado vegetativo), problemas derivados de la relación clínica (conflictos con los familiares, rechazo del paciente al tratamiento) y aquellos asociados a la investigación clínica y los ensayos clínicos. Así, estos conflictos éticos son los más complejos de abordar para los profesionales sanitarios. "Para nosotros no resulta complicado elegir el antibiótico adecuado en cada caso, sino que basta con revisar la última guía de práctica clínica; pero aceptar el rechazo a un tratamiento indicado, por ejemplo, es algo más difícil, porque aparte de la cuestión médica está la ética", concluía Herreros.
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