La pobreza energética impacta directa e indirectamente en la salud física y mental
Madrid (14-16/11/2015) - Eva Fariña
• El proyecto Sophie analiza cómo afectan las desigualdades sociales en la salud
• Entre el 7 y el 10 por ciento de las viviendas españolas tiene problemas para satisfacer sus necesidades domésticas
• El riesgo relativo de muerte por frío extremo es significativamente más alto en personas con situaciones desfavorecidas
La IV edición de las jornadas divulgativas organizadas por la Sociedad Española de Epidemiología (SEP) y el Centro Nacional de Epidemiología, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, ha analizado "Los determinantes estructurales de las desigualdades en salud: metodología utilizada en el proyecto europeo Sophie".
Carme Borrell, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y gerente de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, ha explicado diferentes metodologías y aplicaciones que se están empleando en el proyecto Sophie, financiado por el VII Programa Marco de la Unión Europea.
Sophie es la evaluación de políticas estructurales para disminuir las desigualdades sociosanitarias. Según ha explicado Carme Borrell, el Gobierno y sus políticas macroeconómicas, los bancos, las guerras, etc., influyen en la salud de la población. En concreto, Carme Borrell ha explicado la relación que existe entre la mortalidad y las bajas temperaturas: "El riesgo relativo de muerte por frío extremo es significativamente más alto en personas con situaciones desfavorecidas".
Casi el 25 por ciento del exceso de mortalidad que se produce en invierno es por pobreza energética, es decir, por la incapacidad de pagar los servicios suficientes para satisfacer sus necesidades domésticas. Entre el 7 y el 10 por ciento de las viviendas españolas tiene problemas para pagar las facturas. De hecho, el aislamiento de fachadas en tres barrios de Barcelona ha mostrado una reducción en el exceso de mortalidad en invierno. "La pobreza energética tiene impactos directos e indirectos en la salud física y mental", ha dicho Carme Borrell.
En este contexto, la Generalitat de Cataluña aprobó en 2004 la Ley de Barrios, con el objetivo de mejorar las áreas de espacio público, rehabilitación, equipamientos, nuevas tecnologías, sostenibilidad, igualdad de género, etc. Dicha normativa autonómica incluye los programas sociales "Salud en los barrios" y "Trabajo en los barrios". En total se invirtieron más de 1,7 billones de euros en unos 140 barrios. Según esta especialista en Salud Pública, la Ley ha tenido "efectos positivos sobre la salud y ha disminuido las desigualdades".
Esta jornada organizada por el ISCIII y la SEP forma parte del acuerdo marco firmado por el Centro Nacional de Epidemiología durante los años 2015 y 2016, "si los recursos y las circunstancias son favorables", como ha dicho Isabel Noguer, directora del Centro. En su opinión, estas iniciativas son necesarias para analizar "los determinantes sociales que influyen en la exposición, la vulnerabilidad y las consecuencias de las enfermedades, algo tremendamente complejo".
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