Hola a todos. Lo reconozco: soy un ser muy divulgador y cada vez utilizo más las redes sociales para comunicar, comunicarme y ser comunicada.
No siempre el divulgador en salud utiliza con eficacia las estrategias de comunicación, de manera que me parece casi una obligación implantar el microblogging en las estrategias de divulgación sanitaria, dándole la importancia que presenta en los medios de comunicación/divulgación de masas.
- "Diferenciar lo que es calidad percibida de calidad real; implantar indicadores objetivos de calidad asistencial"
De modo que, cuando desde Diario Médico crearon los hashtag #EleccionesDM y #MiPrioridadEnSanidad,preguntándonos a diferentes profesionales de la salud cuáles serían nuestras prioridades si pudiéramos decidir tras las elecciones del 20 de diciembre, no se me ocurrió más que preguntar a mis compañeros de tertulias en redes sociales: Necesito opiniones: Si #TúFuerasPresidente cuál sería #MiPrioridadEnSanidad Venga, es para @diariomedico.
Quiero destacar aquí que mis cómplices de divulgación (más de 19.000 si unimos las cuentas de Twitter, Instagram y Facebook) son instituciones o individuos particulares que son auténticos referentes de influencia en la esfera del microbloggingsanitario, conocen el lenguaje específico y las estrategias (tan cambiantes) de comunicación.
A su vez, están íntimamente ligados al campo divulgador, académico y científico fundamentalmente de la esfera sanitaria (médicos, enfermeros, fisioterapeutas, dietistas nutricionistas y licenciados o doctores en ciencias dela actividad física y deporte) y del deporte, teniendo en cuenta que mi área de actuación se mueve en esos dos extremos
Me encontré con que sus prioridades coincidían plenamente con las mías (como no podía ser de otra manera). Se encuadran en 4 puntos básicos que paso a exponer someramente, ya que recibó más de 800 respuestas en menos de 24 horas...(¡el poder de las redes sociales!)
- Menos curar y más avanzar en Promoción de Salud.
- Hacer hincapié en Educación y empoderamiento ciudadano frente al asistencialismo que impera en el sistema. Invertir seria y decididamente en programas preventivos en atención primaria. No buscar resultados tan cortoplacista y realizar evaluación y seguimiento.
- Dejar de oír de una vez por todas el mensaje de que la Sanidad no es un gasto, sino una inversión necesaria en cualquier sociedad. Diferenciar lo que es calidad percibida de calidad real, implementar indicadores objetivos de calidad asistencia.
- Invertir dinero en cambio de hábitos, en vez de en medicalización.
- Acabar con esta excesiva, imperiosa necesidad de medicalizar absolutamente todo, incluso los factores de riesgo, y sí, esto se puede hacer invirtiendo seriamente en cambiar hábitos
- Trabajar en las escuelas pacientes, educación sanitaria colegios, e implementar ahí actividad física terapéutica en Atención primaria y hábitos nutricionales correctos en nuestros grupos más sensibles
- Relaciones con la industria
- Revisar estrictamente y dejar reducido a lo mínimo imprescindible (esto es zero, null, nitch, rien...) la relación entre sanidad e industria alimentaria y farmacológica
- Diferenciar estrictamente el conflicto de intereses con el patrocinio de intereses que no hace sino confundir al sanitario y al paciente
- Abrir de manera seria y rigurosa un debate de qué profesiones y especialidades pueden entrar a formar parte del SNS
- Incorporación del dietista-nutricionista y a los profesionales de las ciencias de la actividad física y deporte a la sanidad pública.
- Acabar con todo aquello que se hace pasar por medicina sin serlo (homologaciones, evidencias de formación real y de eficacia en la prevención y tratamiento a través de esos sistemas de formación de especialidades sanitarias).
- Colaboración Iimprescindible con el Ministerio de Educación.
- Lucha real contra el intrusismo profesional y la mala praxis.
- Revisar y actualizar las estrategias de comunicación en salud
- Los profesionales de la salud deberían tener una formación específica en materia de comunicación y en las diferentes técnicas de marketing social y publicitario, para mejorar los objetivos propuestos de un programa de Educación para la Salud, así como para neutralizar adecuadamente y con rigor a quienes practican continuamente el arte de la charlatanería. Definitivamente sí, si nuestros objetivos contemplan no sólo la modificación de conocimientos, sino también de actitudes, hábitos y comportamientos saludables
Esto es como escribir la carta a los Reyes Magos...Esperemos que no vuelva a ser un brindis al sol y que en breve veamos algo convertido en realidad
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