viernes, 25 de marzo de 2016

Denegada la indemnización a un preso al que hubo que amputar brazos y piernas - DiarioMedico.com

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ABSOLUCIÓN AUDIENCIA NACIONAL

Denegada la indemnización a un preso al que hubo que amputar brazos y piernas

La Audiencia Nacional ha eximido de responsabilidad al Estado de la amputación de brazos y piernas a un preso a causa de una necrosis isquémica. El fallo entiende que la asistencia médica fue adecuada al tratarse de un cuadro de evolución tórpida, pues era muy difícil que fuera diagnosticado en la consulta de la prisión.
Santiago Rego. Santander   |  22/03/2016 16:34
 
 

La Audiencia Nacional ha denegado la indemnización de 660.000 euros solicitada al Estado por un recluso de la prisión de El Dueso, en Santoña (Cantabria), al que hubo que practicar amputaciones en brazos y piernas a causa de una necrosis isquémica distal. El afectado alegó que ese desenlace se produjo porque no había recibido la asistencia médica adecuada en el centro penitenciario. Para el tribunal, se trató de "un cuadro de instauración rápida yevolución tórpida que dificilmente podía ser diagnosticado en la consulta de la cárcel", que rápidamente derivó al interno a un centro hospitalario.
El preso ingresó a finales de septiembre de 2012 en El Dueso con una larga historia clínica. Al llegar al penal cántabro fue sometido a un reconocimiento médico que reveló que el interno era tratado con metadona por su adicción a las drogas, y que también recibía tratamiento antirretroviral porque tenía VIH, lo que conocía desde 2009 y del que tenía "buen control virológico".
Menos de una semana después de su ingreso en la cárcel cántabra, acudió a consulta con un "cuadro catarral con distermia ante lo que se le prescribió tratamiento sintomático". Tres días después, el interno volvió por no notar mejoría de la "sintomatología inespecífica". En esa segunda consulta se le observó falta de coordinación motora, tras lo que se le recomendó una observación continua en la Enfermería del centro penitenciario.
Sin embargo, dado que el estado confusional del paciente no remitía, fue trasladado de forma urgente al Hospital Valdecilla, en Santander. Allí ingresó en la unidad penitenciaria con unsíndrome confusional agudo, sensación de disminución de fuerza en ambas manos, distermia y fiebre, asociado a un cuadro de tos con expectoración y ligero dolor abdominal.
Un informe del hospital informó de que el preso presentaba "mala circulación sanguínea con frialdad cutánea, coloración azulada en algunas partes del cuerpo, hipoglucemias repetidas y elevado nivel de potasio". Cinco días después, fue ingresado en la UCI con una "intensa coloración" azulada y dolor en las cuatro extremidades, sobre todo en los superiores, con alternación del nivel de conciencia y sudores.
El servicio de Cirugía Cardiovascular aconsejó la amputación una vez definido exactamente el nivel de necrosis. El fallo asegura que las posibles causas de la isquemia eran el consumo de tóxicos o por rabdomiliosis secundario a hepatitis C. El informe del perito señala que, aunque no se llega a determinar el origen del proceso, se trata "en cualquier caso de un cuadro de instauración rápida y evolución tórpida que difícilmente podía ser diagnosticado en la consulta del centro penitenciario".
La Audiencia concluye que "no existe responsabilidad en los facultativos de la institución penitenciaria en la evolución de la enfermedad". La Sala coincide en que de la prueba pericial "no se deduce la existencia de que la desatención médica en la prisión fuera la causante de la necrosis isquémica y de la amputación de los cuatro miembros". El fallo puede ser recurrido ante el Tribunal Supremo.

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