lunes, 16 de octubre de 2017

Renovar la tecnología sanitaria exigirá algo más que una inyección económica - DiarioMedico.com

Renovar la tecnología sanitaria exigirá algo más que una inyección económica - DiarioMedico.com



CASI EL 60% DE EQUIPOS ESTÁ OBSOLETO

Renovar la tecnología sanitaria exigirá algo más que una inyección económica

A la espera del ‘Plan Renove', la Sociedad de Radiología ha estimado en una nueva encuesta que entre el 32 y el 59 por ciento de los equipos está obsoleto, por lo que ha trazado estándares para medir la obsolescencia, pide vigilar la ética en las compras y no dispersar la tecnología en varios servicios médicos diferentes.
Laura G. Ibañes. Madrid   |  16/10/2017 00:00
 
 

1 de 4
Flecha Ver Siguiente
Miguel Ángel Trapero
Miguel Ángel Trapero ha liderado en Seram la Guía para la renovación y actualización tecnológica en radiología, que incluye una encuesta sobre obsolescencia de los equipos actuales. (Mauricio Skrycky)
  • Miguel Ángel Trapero
  • Pablo Valdés
  • Ángel Morales
  • Carlos Sisternas
Entre el 32 y el 59 por ciento de los equipos de diagnóstico por imagen que hay en España está obsoleto, según una encuesta que acaba de realizar la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram) a los hospitales de más de 250 camas y que confirma la necesidad urgente de una renovación de equipos, que ya anticipaban los informes iniciados por la patronal de fabricantes de tecnología Fenin desde 2013.
El nuevo estudio de Seram coincide con el de Fenin en el diagnóstico de un parque tecnológico sanitario obsoleto en España, que incumple de forma sistemática las recomendaciones internacionales de la patronal europea de tecnología sanitaria Cocir (por sus siglas en inglés) que apuntan a que un 60 por ciento de los equipos deben de tener menos de 5 años, un 30 por ciento entre 6 y 10 años y sólo un 10 por ciento, menos de 10 años, ya que actualmente España dispone de más de un 60 por ciento de equipos de más de 10 años.
Concretamente, según los nuevos datos, un 43 por ciento de las TC tendrían más de diez años y se encontrarían en la misma situación un 35 por ciento de los ecógrafos, un 34 por ciento de los mamógrafos, un 26 por ciento de angiógrafos, un 27 por ciento de los aparatos de RX portátiles y radioquirúrgicos y un 24 por ciento de las resonancias.
  • Trapero: "Deben crearse registros únicos y transparentes con toda la información sobre los equipos, no sólo su antigüedad”
Sin embargo, el estudio de Seram va más allá que los informes de Fenin, al incluir por primera vez también información sobre cómo se gestiona esa tecnología, y dejar patente que la renovación de equipos tecnológicos va a precisar algo más que una mera inyección económica. Y es que, según la encuesta, sólo un 14 por ciento de los hospitales cuenta con protocolos o guías para la gestión del ciclo de vida de sus aparatos de diagnóstico por imagen y sólo un 8 por ciento ha trazado un plan estructurado para la renovación periódica de sus equipos.
Miguel Ángel Traperoresponsable de la encuesta elaborada por Seram, explica que el problema no se circunscribe a la obsolescencia de los equipos sino que "hemos comprobado también que hay otras carencias en el proceso de gestión de la tecnología: no hay un inventario de equipos y la información sobre los que hay está dispersa en diferentes unidades, al guardar los datos sobre la compra en los departamentos financieros, los de averías en mantenimiento, los de uso en Radiología... Falta una radiografía completa del equipo que ayude a valorar su obsolescencia más allá de su antigüedad, que valore su uso, sus averías, su seguridad...". Trapero afirma así que "deben crearse registros únicos que aglutinen toda la información de los equipos y esos registros deben ser públicos y transparentes".
En su opinión, "el problema de la obsolescencia no ha sido sólo de dinero, lo ha sido también por falta de consenso, por no haber elaborado protocolos y guías claras para la renovación". En esa línea, Seram ha elaborado ahora una guía de orientación sobre la esperanza de vida de los equipos de diagnóstico por imagen en función de la intensidad del uso que se le está dando.

‘Plan Renove'

Trapero explica que la Seram "ha enviado la guía al ministerio y consejerías y se la haremos llegar a todas las administraciones porque creemos que en ese Plan Renove que se está gestando -afirma en referencia al plan de renovación de equipos en el que trabajan ya Fenin y el Ministerio de Sanidad- va a ser tan importante la inyección económica que se haga como fijar criterios de renovación claros y un proceso regulado".
  • Morales: "No sólo hay que renovar los equipos; también hay que garantizar que las compras son sostenibles y las prácticas éticas”
Desde la patronal, Carlos Sisternas, director de Fenin Cataluña, se muestra también a favor de que el plan incluya recomendaciones "y reglas robustas y fiables que ayuden a saber cuándo algo queda obsoleto". Aunque hace ya más de dos años que la patronal reclamó a Sanidad el citado Plan Renove de tecnología sanitaria y hasta ahora no han trascendido detalles sobre cómo se articularía, Sisternas afirma que "estamos satisfechos sobre cómo se están desarrollando los acontecimientos, agradecidos por la sensibilidad y compromiso que ha expresado el ministerio y expectantes ante cómo se articulará el plan que estará listo a principios de 2018".
Sisternas reconoce que queda todavía por decidir prácticamente todo, si se tratará de una línea de crédito a las autonomías, si se hará con compras centralizadas o con qué sistema, "pero se va a constituir ya un grupo de trabajo para concretar precisamente esas cuestiones, porque técnicamente es además bastante complicado definir la obsolescencia para cada tipo de tecnología", y ver un plan adecuado para renovarla según prioridades. En principio, "el plan establecerá medios para renovar los equipos de forma progresiva para que en el plazo de 4-5 años España pueda cumplir ya las recomendaciones de Cocir sobre antigüedad de los equipos".
Esto obligará a las arcas públicas a una inversión que fuentes de la industria estiman en unos 1.000 millones de euros en el citado periodo de 4-5 años, si bien en estas estimaciones no se ha descontado todavía el impacto que ha tenido la donación de la Fundación Amancio Ortega, ni el que tendría la de otros equipos de alta tecnología más específicos y diferentes a las tradicionales resonancias magnéticas, TC, etc.
La renovación del parque tecnológico español debería venir acompañada también de una mejora en los sistemas de adquisición y uso de los equipos y una más intensa vigilancia de las buenas prácticas y ética en estas compras. Así lo explica Ángel Morales, que ha sido el responsable del nuevo Código de buenas prácticas en la contratación pública, que ha elaborado Seram en paralelo a la encuesta sobre obsolescencia de los equipos. Según Morales, "se trata de dos documentos, junto al de no dispersión de la tecnología sanitaria (ver página siguiente), muy interrelacionados. No sólo hay que renovar los equipos sino que hay que garantizar una compra sostenible y ética".
  • Valdés: La tecnología debe estar centralizada en Radiología para evitar problemas de inequidad y alterar listas de espera”

Compras éticas

En este sentido, Morales recuerda el informe elaborado por la Unión Europea en relación a 2013, en el que se estimó que entre el 10 y el 25 por ciento del gasto en contratación/compras públicas para la provisión de tecnologías sanitarias y productos farmacéuticos se perdía en prácticas corruptas, lo que equivalía a entre 30.000 y 75.000 millones de euros en sobrecostes para las arcas públicas.
Por ello, el estudio de Seram "ha trazado un mapa de riesgos legales y éticos en la compra y uso de tecnologías para, a partir de ese mapa, recomendar prácticas preventivas. Se trata de informar y formar al radiólogo, como asesor especializado que debe ser en esas compras, para que use su poder de influencia con honestidad y transparencia". En su opinión, "los códigos éticos de Farmaindustria y Fenin han sido un gran avance y apoyamos profundamente su esfuerzo, pero seguimos viendo prácticas que tal vez no sean ilegales pero rozan lo poco ético, y que conviene vigilar".
De ese mapa de riesgos, que abarca todas las fases, desde los peligros de redactar un pliego de condiciones a medida de un fabricante concreto al fraccionamiento de contratos o los incentivos ocultos en donaciones, Morales destaca especialmente la fórmula de los convenios de colaboración como prácticas de riesgo. "Para ser un convenio no debería haber interés comercial y a veces estos convenios incluyen la cesión del uso a una determinada tecnología; esto puede hacerse, pero no si es vinculado a la compra o prescripción de otros productos sanitarios, material fungible, implantable, etc".
  • Sisternas: "Estamos satisfechos con el compromiso ministerial para el Plan Renove que, creemos, estará a principios de 2018"
Junto a esos convenios, Morales ve también un riesgo importante en las "donaciones dirigidas a un centro concreto porque, como la dispersión de la tecnología, pueden incrementar la inequidad en el acceso a la tecnología y alterar la demanda. Parece más adecuada una donación como la realizada por Amancio Ortega, que deja en manos de la Administración decidir dónde hace falta el equipo".

¿Debería tener cada servicio médico su propia tecnología?

No es casual que la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram) haya hecho públicos de forma simultánea tres informes de importante calado, uno sobre obsolescencia de los equipos, otro sobre riesgos éticos en las compras de tecnología y un tercero sobre las consecuencias de la dispersión tecnológica con la instalación de equipos fuera de la órbita de Radiología. Los tres informes están tan interrelacionados que sólo juntos permiten trazar la radiografía real de los riesgos que está afrontando actualmente la tecnología sanitaria y los cambios que deben acometerse para garantizar un acceso equitativo, seguro y sostenible.
Según explica Pablo Valdés, responsable en Seram del informe sobre dispersión de la tecnología sanitaria, de poco servirá la renovación de equipos si ésta no se hace de forma racional, “invirtiendo donde hace más falta” para garantizar un acceso equitativo a la tecnología sanitaria.  Las palabras de Valdés esconden de fondo la preocupación que ha lanzado la sociedad de Radiología por la creciente dispersión de la tecnología que se está produciendo, con la instalación de equipos de diagnóstico por imagen en otros servicios hospitalarios, encabezados por Cardiología.

Según Valdés “Cardiología  es el detonante, pero no es el único servicio que está descentralizando la tecnología. Los radiólogos, no decimos que los cardiólogos y otros especialistas no trabajen con tecnología de diagnóstico por imagen, claro que no, pero creemos que la tecnología debe estar centralizada en Radiología para evitar que se creen dos listas de espera paralelas y que esto genere más de inequidad en el acceso y problemas éticos. La dispersión de la tecnología provoca que algunos pacientes de determinadas especialidades se salten la lista de espera y eso genera inequidades”.

Este problema se da precisamente por esos contratos de cesión de uso de tecnología que van asociados a ciertos convenios de colaboración y que figuran entre las principales prácticas de riesgo en contratación pública que se han detectado en este momento, de forma que en determinados servicios o centros se firma un convenio de colaboración para determinada cuestión que incluye la cesión de ese equipo tecnológico a un servicio médico “y esto altera por completo el sistema de listas de espera”.

Según detalla el informe de Seram,“aunque no es una práctica generalizada, con carácter ocasional existen empresas suministradoras de material sanitario que ofertan la cesión de uso de modalidades diagnósticas (ecografías, tomografías computarizadas e incluso resonancias magnéticas) a servicios médicos. La finalidad de este contrato consiste en llevar a cabo “la cesión de uso de una modalidad diagnóstica por una duración de tiempo limitada a cambio, aparentemente, de ninguna contraprestación (monetaria etc.), lo que parece contrario a la lógica del tráfico mercantil (con la excepción del contrato de donación). Esta práctica es cuestionable -detalla el informe- por el riesgo de que se vincule la cesión a la inducción para comprar, prescribir y usar otros  productos o servicios de la empresa cedente”.

Esto provoca, por un lado, “un aumento de los precios en la adquisición de los bienes y servicios, y constituye “un obstáculo para la libre competencia y concurrencia de licitadores”, además de no respetar los principios de contratación pública. Pero también estaría poniendo en riesgo, según detalla Seram, la equidad entre los pacientes, ya que “normalmente se ofrece [la tecnología] a un servicio médico concreto, lo que atenta contra los principios de igualdad, prohibición de discriminación y equidad en el trato a los pacientes”.

Equidad y seguridad

Los radiólogos afirman que con ello se estaría lesionando la igualdad de trato en el acceso a técnicas diagnósticas ya que “los pacientes procedentes del servicio cesionario no tendrían demoras, mientras que los pacientes de otras áreas estarían sometidos a las demoras de la lista de espera general, a pesar incluso de poder tener un mayor grado de prioridad desde el punto de vista clínico”.  Eso supone “una distorsión de los obligatorios sistemas de priorización de la demanda, en los que la priorización no se realiza por la procedencia de un servicio u otro sino por la gravedad de la patología que presenta el paciente”.

Además, según se explica en el estudio liderado por Valdés, la dispersión tecnológica podría provocar también algunos problemas de seguridad para el paciente  por exceso de pruebas puesto que la literatura científica constata que la autoderivación sin pasar por el filtro del radiólogo multiplica hasta por 2,48 veces el número de pruebas realizadas.

Noticias relacionadas


No hay comentarios: