Expertos coinciden en que la mejor utilización de los recursos no es suficiente para garantizar la sostenibilidad del SNS y que la clave está en encontrar nuevas fuentes de ingresos
Ana Montero
La gestión de la demanda de los servicios sanitarios y la inversión en prevención; la integración de los niveles asistenciales para una mayor eficiencia en la cronicidad; la introducción de mecanismos que evalúen la calidad de los profesionales sanitarios; la utilización de las TICs y la necesidad de un modelo de gobierno estable para el sector son algunas de las medidas planteadas para garantizar la viabilidad del SNS, según el informe “El SNS¿Ha dejado la Sanidad de ser una prioridad social?”, elaborado por la consultora AT Kearney y auspiciado por Farmaindustria
Madrid (1-6-11).- Según el informe “El Sistema Nacional de Salud ¿Ha dejado la Sanidad de ser una prioridad social?”, elaborado por la consultora AT Kearney y auspiciado por Farmaindustria, nuestro Sistema Nacional de Salud, a pesar de ser uno de los más reconocidos del mundo, se encuentra en una “encrucijada” y es urgente la acometida de iniciativas que permitan extraer el máximo valor de lo que se invierte en Sanidad. Todo ello en un momento en el que el sistema sanitario español soporta un elevado nivel de endeudamiento y cuando la capacidad del Estado de acudir a los mercados de capitales se encuentra “severamente” restringida, tal y como ha asegurado Gloria Lomana, moderadora del acto de presentación del informe y directora de Servicios Informativos de Antena3.
Por su parte, tal y como ha manifestado Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales y autor del prólogo del informe, el debate sobre la sostenibilidad del SNS “es complejo, pero es nuestra responsabilidad generarlo”, asegurando que “sería un error caer en la decadencia del sistema de salud porque se pueden arbitrar soluciones”. También ha señalado que el “sistema corre peligro y empiezan a romperse las primeras costuras”.
En este sentido, el documento “arroja un poco de luz” sobre la situación, tal y como ha señalado Pimentel, para crear un debate público que debe ser “sosegado” sobre qué servicios públicos queremos mantener.
Según ha afirmado María Eugenia Fanjul, vicepresidenta de AT Kearney y responsable de Pharma&Healthcare, “no queremos ni debemos renunciar a los niveles del calidad del sistema que no sólo está en peligro en España, sino también fuera de nuestras fronteras”, por esta razón, ha añadido, “debemos tomar decisiones con valentía, de hecho, algunas deberíamos haberlas tomado mucho antes”.
Para Fanjul el cambio demográfico es uno de los principales generadores de tensiones en el sistema, puesto que como ha declarado, “está diseñado para una pirámide poblacional de los años 60”. Al hilo, ha asegurado que la necesidad de atención sanitaria va a seguir creciendo, con la previsión de que en 25 años la cifra de mayores de 65 años se multiplicará por dos y ello repercutirá en nuestro sistema sanitario.
Ante esta situación, a la que se añade el aumento del gasto público, para Fanjul es “absolutamente” necesario revisar “estructuralmente” el sistema, pudiendo no ser suficiente saber gastar el dinero que tenemos, “porque nos encontramos con una deuda que supone el 1,5 por ciento del PIB”, a lo que ha añadido que “hay que buscar soluciones a corto plazo que pasan por encontrar otras fuentes de financiación y por gestionar mejor los presupuestos de Sanidad, ya que estos no se han utilizado como una herramienta de gestión”.
Para Fanjul, el déficit sanitario es un problema “insoportable”, con una deuda acumulada de 10.000 millones de euros, “es necesario un Pacto de Estado e intentar que esto no se vuelva a producir”, a lo que ha argumentado que los gestores sanitarios deben utilizar los presupuestos como herramienta y han de ser responsables de cumplir los objetivos en términos de calidad.
Además del deber “inexcusable” de utilizar mejor los recursos, Fanjul ha presentado algunas de las líneas de actuación que se plasman en el informe como la gestión de la demanda de los servicios sanitarios y la inversión en prevención, “implicando al paciente y haciéndolo corresponsable del servicio prestado”, según sus palabras; la necesidad de integrar los niveles asistenciales para una mayor eficiencia en la cronicidad, “de manera que la AP tenga su portfolio y pueda descargar a la atención hospitalaria”, ha añadido; la introducción de mecanismos que evalúen la calidad y eficiencia de los profesionales sanitarios, “para que sus incentivos estén alineados con los objetivos perseguidos”, señala Fanjul; la utilización de las TICs como la receta electrónica o la historia clínica electrónica y la necesidad de un marco estable por parte del Gobierno central y de las consejerías de Sanidad de las distintas CC.AA.
La clave está en la financiación
Estas medidas reflejan que es “imprescindible” mejorar en la gestión de los recursos, pero según Fanjul “estas iniciativas no pondrán a cero el contador”, por lo que es necesario “buscar nuevas vías de financiación a corto plazo”.
Entre ellas, ha destacado asegurar vías alternativas de origen privado, como la comercialización de determinados servicios asociados al consumo de particulares en los centros sanitarios, por ejemplo, parking o cafeterías; atraer investigación, desarrollo y ensayos clínicos en los hospitales españoles; crear tasas o impuestos específicos al alcohol o al tabaco como el “céntimo sanitario”; aumentar los impuestos sobre todo en la economía sumergida…
Para concluir, Fanjul ha asegurado que si no le dedicamos más recursos a la Sanidad, la solución pasará por renunciar a muchos servicios, lo que “perjudicará a las capas más pobres de la sociedad”.
La presentación de dicho estudio ha contado también con la presencia de Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), quien ha calificado de “oportuno y metodológicamente acertado” el informe y sobre el que ha matizado que es necesaria una “gestión inteligente y moderna” del personal sanitario en atención a la productividad.
Para Ontiveros, existe una figura transversal que recorre el informe y es que es necesaria una “estrecha” cooperación entre la administración pública y las comunidades autónomas. También ha desatacado la importancia de la conformación de “clusters” sanitarios y el fortalecimiento de la “natalidad empresarial” en torno al sistema.
Ontiveros también ha coincidido con Fanjul en que son necesarias nuevas vías de financiación, nuevas figuras tributarias y luchar contra el fraude.
El secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, y la ex ministra de Sanidad, Ana Pastor también han acudido al acto, destacando el primero que “las soluciones que se planteen para la sostenibilidad del sistema han de ser factibles, valientes y acordes a los deseos de los ciudadanos”, asegurando que “habrá un momento para proponerlas y pronto lo haremos”.
Por su parte, Ana Pastor ha asegurado que la financiación del sistema está en “riesgo” y hay que abogar por una cartera de servicios “única”; por unos fármacos con nomenclátor único y por una política farmacéutica innovadora.
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