illana, de la consejería de sanidad de madrid
Algo hay que hacer en el SNS
El autor pide no dilatar en el tiempo las soluciones necesarias para hacer sostenible el sistema y apuesta por medidas como aligerar la estructura administrativa y revisar la cartera de prestaciones.
Fidel Illana. Subdirector General de Evaluación y Control de la Dirección General de Ordenación e Inspección de la Consejería de Sanidad de Madrid.
24/06/2011 00:00
Hace casi un año que Diario Médico tuvo la gentileza de publicarme una tribuna que titulé Algo habrá que hacer. Desde ella llamaba la atención sobre el enorme riesgo que corría nuestro Sistema Nacional de Salud por la amenaza de falta de sostenibilidad.
Hoy ya han saltado las alarmas. Fenin y Farmaindustria han denunciado públicamente la enorme deuda, de más de 9.300 millones de euros (más de un billón y medio de las añoradas pesetas), que el SNS mantiene con sus proveedores, a lo que se añaden dilatados periodos de pago que, en algunos casos, superan los 600 días. Esto sin contar la deuda oculta, la de las inversiones y la situación presupuestaria de las comunidades autónomas. Además, queda pendiente la total universalización de la asistencia sanitaria, cuestión inaplazable que generará costes. La fotografía resultante del momento es catastrófica. Es claro que el sistema está amenazado de derrumbamiento por ruina. De ahí que en esta tribuna cambie el tiempo verbal de futuro por el de presente: Algo hay que hacer. Y hay que hacerlo ya.
En pocas ocasiones como ahora se justifica tanto ese pacto por la sanidad tan nominado como decididamente abandonado. Es el momento de remangarse y sentar principios y acuerdos comunes para ser asumidos por todo el SNS, tanto por las comunidades autónomas como por la Administración general del Estado. Hay que ejercer la eficiencia, la austeridad y recortar. Ahí van algunas ideas:
Costes de estructura
Un primer punto se refiere a los enormes costes de estructura de administración y gestión del sistema. El gigantismo estructural es una máquina de crear burocracia. La revisión de las enormes estructuras de las consejerías de Sanidad de las distintas comunidades autónomas debería ser un primer paso. Viceconsejerías, direcciones generales, agencias, entes públicos y demás centros directivos existentes justifican esta revisión y exigen unos ciertos criterios comunes de austeridad y eficiencia.
Revisión de prestaciones
El Real Decreto 1030/2006 sobre la cartera de servicios comunes del SNS ha sido una de las normas de mayor calado sobre la asistencia sanitaria en el sistema en estos últimos tiempos. Puede ser un momento idóneo para su revisión. Determinadas técnicas, tecnologías o procedimientos pueden acotarse o suprimirse, desde los conceptos de coste-eficiencia o utilidad, salvaguardando la equidad. ¡Qué interesantísimo reto para la Comisión de Prestaciones, Aseguramiento y Financiación dependiente del Consejo Interterritorial!
Copago
Parece que no hay ningún partidario de este tema, al menos en manifestación pública. Sin embargo, creo que, de modo inicial, se ha de ser imaginativo para conseguir algunos efectos que busca el copago, sin incidir en la equidad del sistema. Yo nunca he podido entender, pongamos por caso, por qué las ortoprótesis externas tienen una aportación por parte del paciente y las implantables no. Es cuestión de analizar la posibilidad de imposición de tasas, por ejemplo, a la libre elección, a la habitación individual hospitalaria, a la comida hospitalaria a partir de determinado plazo, la hiperfrecuentación y otras propuestas que, como se ha indicado anteriormente, no penalicen la equidad.
A nadie le extraña que se imponga una sanción a quien defrauda a Hacienda o se multe por exceder con el automóvil el límite de velocidad. Sin embargo, nadie se ha planteado la posibilidad de sancionar a quien defraude al sistema sanitario o no cumpla con sus obligaciones legales. No puede ser, por citar un caso, que a quien falte reiteradamente a las citas de consulta o pruebas sin avisara no se le llame siquiera la atención.
Regulación
Por no denominar a este apartado planificación, me quiero referir al importante papel que debe asumir la Administración en la planificación, coordinación y regulación de la asistencia sanitaria. Es una función que no se puede abandonar. Las referencias asistenciales, la regulación de los flujos de pacientes y lo que los clásicos definían como ordenación sanitaria son conceptos que incrementan la eficiencia del sistema. Además, no se puede plantear que el mercado, en su más específica acepción, pueda regular el sector de la asistencia sanitaria, como si fuera el sector hotelero o de grandes superficies. La sanidad privada ha de incardinarse con la pública desde los clásicos principios de subsidiariedad y complementariedad. La Administración ha de regular debidamente estas relaciones.
Evaluación e inspección
No son conceptos de buena venta política ni gestores de titulares amables en prensa, pero la labor callada de los equipos de evaluación, concebidos como un apoyo asesor para la gestión, se debe valorar al alza en tiempos de crisis. La ingrata labor de la inspección sanitaria debe retomar un papel que quizás nunca debería haber abandonado, por más que conciertos de canon fijo o procedimientos negociados hayan promocionado ese cierto abandono. Una evaluación e inspección sanitaria independiente, apoyada desde la dirección y bien dotada, son artífices de eficiencia.
Atención primaria
Es una opinión generalizada que los sistemas sanitarios que poseen un potente primer nivel asistencial son más eficientes. Nuestro sistema posee esa potencia que además es muy bien valorada por la población. Desde mi punto de vista, la reforma de este primer nivel se ha quedado estancada esperando una segunda parte; lo que algunos denominaban la reforma de la reforma. Creo que es momento de impulsarla. ¿Dónde han quedado la compra e intervención sobre especializada desde primaria, la promoción de la gestión clínica, los sistemas de gratificación, la liberalización laboral? ¿Dónde la formación, la investigación, el desarrollo, la innovación? ¿Dónde la desburocratización, la independencia del paciente y su autocuidado, las soluciones a la masificación? ¿Dónde el gran acuerdo con enfermería? Creo que aún se puede hacer mucho para dar mayor protagonismo real a la primaria.
A estas propuestas han de sumarse las de gestión sobre compras, conciertos y gestores, que se comentaron en su momento. Y, como dice Carlos Amaya, analizar ese pozo de ineficiencia que constituyen las urgencias. La fotografía resultante del momento es catastrófica. Es claro que el sistema está amenazado de derrumbamiento por ruina. Algo hay que hacer y hay que hacerlo yaSe puede estudiar la imposición de tasas, por ejemplo, a la libre elección, a la habitación individual hospitalaria, a la comida en hospitales desde determinado plazo o al exceso de visitas
Algo hay que hacer en el SNS - DiarioMedico.com
viernes, 24 de junio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario