La capacidad científica del sistema español de innovación creció en 2009 un 8,5 por ciento con respecto a 2008, según el Informe Cotec 2011 sobre Tecnología e Innovación en España
Redacción
Se ha presentado en Madrid este informe que señala cómo la crisis ha tenido importantes consecuencias en la forma de entender la innovación, que en el plano público han quedado reflejadas en un claro interés por establecer estrategias de innovación y en el plano privado en una mayor confianza en el conocimiento que tienen las personas de la empresa para aumentar su competitividad
Madrid (2-6-11).- La crisis ha tenido importantes consecuencias en la forma de entender la innovación, que en el plano público han quedado reflejadas en un claro interés por establecer estrategias de innovación y en el plano privado en una mayor confianza en el conocimiento que tienen las personas de la empresa para aumentar su competitividad. El Informe Cotec 2011 sobre Tecnología e Innovación en España, presentado en Madrid, refleja esta situación.
Los datos del informe de este año se refieren a 2009, cuando ya la crisis se había instalado en la economía española, y reflejan que la actividad de innovación y, más concretamente, la de I+D empresarial, de la que se dispone de datos más fiables, ha experimentado la primera reducción de su historia. Las consecuencias de esta reducción se han dejado sentir ya en el número de solicitudes de patente de origen español, tanto de ámbito nacional como de otros países, y también en la producción y en las exportaciones de los sectores de alta tecnología, si bien estos sectores han soportado mejor el impacto de la crisis que el conjunto de la economía.
El capítulo II se refiere a la innovación en servicios y hay continuas referencias a estrategias, a nuevas formas de políticas de innovación, como es el caso de la basada en la demanda, o a la consideración de la educación como elemento esencial para la competitividad de un país. Esta nueva visión de la innovación obliga a una revisión a fondo de los indicadores que la caracterizan, según el estudio.
El gasto en I+D empresarial seguirá siendo una referencia obligada porque es el principal indicador de la actitud innovadora de un país. Y aunque este indicador, para España, ha caído por primera vez en 2009, y lo ha hecho en un 6,3 por ciento, un análisis más cuidado de este dato muestra que la reducción de gasto ha sido muy selectiva y poco precipitada. Así, mientras que los gastos corrientes totales han incluso aumentado muy ligeramente, han sido los de capital los que han absorbido toda la reducción, al disminuir en un 36,8 por ciento. Por otra parte, cuando se observan estos cambios según el tamaño de las empresas, resulta que las mayores de 250 empleados mantienen sus gastos totales a costa de aumentar en un 3,3 por ciento los corrientes y reducir en un 22 por ciento los de capital. Las pymes disminuyen sus gastos totales en un 11,8 por ciento aunque solo lo hacen en un 1,7 por ciento los corrientes, mientras que los de capital se reducen en un 42,8 por ciento.
El número de empresas que realizan I+D en España también ha notado los efectos de la crisis, disminuyendo un 9,6 por ciento, pero de nuevo ha habido comportamientos dispares. Las de más de 250 empleados eran en 2009 solamente unas mil ciento cincuenta, un 9,11 por ciento menos que en 2008; sin embargo, el número de sus investigadores ha crecido en un 3,8 por ciento, lo que se refleja en el aumento de sus gastos corrientes antes mencionado, aunque la intensidad de I+D de este grupo es solo el 0,8 por ciento.
La capacidad científica del sistema español de innovación, medida en número de publicaciones en revistas internacionales de prestigio, creció en 2009 un 8,5 por ciento con respecto a 2008. Este ritmo de crecimiento es muy parecido al experimentado en el número total de publicaciones internacionales generadas en todos los demás países, por lo que nuestra cuota se ha mantenido en el mismo nivel que en 2008, es decir, el 3,25 por ciento. En cambio, el otro indicador de output, las patentes, ha entrado con la crisis en una fase de decrecimiento. El número de patentes presentadas en la oficina española de patentes por residentes disminuyó un 0,9 por ciento respecto a 2008, y el número de solicitudes de patentes europeas de origen español también disminuyó en un 4,8 por ciento.
La producción de bienes de alta tecnología experimentó en el año 2009 una reducción del 12,4 por ciento, diez puntos menos que la reducción experimentada por la producción industrial total española. Y esta bajada en la producción industrial se refleja en el comercio exterior de bienes de equipo. Las importaciones cayeron drásticamente en 2009, situándose por debajo de las realizadas en el año 2000. La caída de las exportaciones fue menor, situándose en el valor que tenían en 2005.
Los índices globales de referencia internacional de competitividad nos siguen situando por debajo de la treintena, que no se corresponde con la novena posición que ocupa España en términos económicos. Es verdad que España, en el índice de IMD, basado fundamentalmente en datos estadísticos, experimenta un ascenso de tres puestos, pero en el índice del World Economic Forum, en el que tienen mayor peso los datos de opinión, ha descendido nueve puestos.
Por lo que se refiere a la política de innovación, destaca el positivo balance del programa CÉNIT, que ha movilizado un presupuesto total de 2.300 millones de euros, con una aportación pública de 1.072 millones. En los 91 proyectos CÉNIT han participado 1.253 empresas, de las cuales, el 58 por ciento eran pymes, y han conseguido involucrar a 1.589 grupos de investigación públicos y centros tecnológicos. Según datos oficiales, los 16 proyectos de la primera convocatoria, que ya han finalizado, fueron origen de 211 solicitudes de patentes y de 565 publicaciones científicas.
En 2010 ha seguido incrementándose la participación española en el VII Programa Marco de la UE, principalmente debido al liderazgo en grandes proyectos de demostración en las temáticas de seguridad y energía, así como a la mejora en la participación en TIC y transporte, entre otras. Según los resultados provisionales disponibles, el retorno obtenido en 2010 asciende a 422,9 millones de euros, lo que equivale al 8,2 por ciento del presupuesto adjudicado para toda la UE-27. Los retornos acumulados por entidades españolas en el conjunto del Programa Marco hasta 2010 suponen el 7,5 por ciento del presupuesto total. De estos retornos, las empresas captaron el 31,6 por ciento, las universidades el 23,5 por ciento, los centros públicos de investigación el 16,5 por ciento y los centros de innovación y tecnología el 11,4 por ciento.
:: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::
miércoles, 1 de junio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario